Azar

Capítulo 3

Asher

Killian y mi hermana observan a la hija de Bejamin Trumman. Sabía que hace unos años el hermano mayor de Killian tuvo problemas con la justicia pero no que eso problemas hubiesen provocado la parálisis de alguien, en específico la parálisis de la única hija de los Trumman. El mundo es, definitivamente, muy pequeño.

– Por más que me miren no voy a cambiar.- dice ella al girarse.

Mi hermana y amigo se sonrojan al ser descubiertos mirándola, yo a pesar de también haber sido descubierto guardo mis apariencias y miro para cualquier otro lado con tal de no tener que enfrentar su oscura mirada.

Aura Trumman es hermosa de forma peculiar, su cabello castaño, ojos oscuros y piel ligeramente bronceada, herencia supongo que de su madre porque su padre es igual de pálido que mi hermana y yo. De su cuerpo puedo decir poco, delgada, con pecho mediano y si pudiese levantarse no creo que midiese más de metro sesenta y cinco.

– Aura.- ella se gira por completo con la silla al escuchar una voz detrás de nosotros.

Me giro para ver al hombre que la ha llamado, debe de tener la misma edad que Aura, ojos castaños, cabello rubio y piel pálida. El hombre no es nada de otro mundo, ni feo ni guapo, más bien común. Él intenta parecer intimidante pero no lo logra, más miedo da Aura y está en una silla de ruedas.

Aura ni sonríe, esa mirada si que da miedo. Juro que si las miradas matasen el hombre estaría tres metros bajo tierra. Existen miradas poco amables, y luego está la mirada que Aura le lanza al hombre que tenemos enfrente.

– ¿Qué se te ha perdido aquí Liam?- ellos siguen mirándose sin amabilidad.

– El que odies a mi familia no hace que los contratos con la empresa de tu padre dejen de tener validez.

– ¿Desde cuándo odio a tu amable madre o a tu cariñoso padre Liam?- ella se mueve con la silla de ruedas, acercándose al hombre.- No te equivoques, yo te odio a ti y a tu mellizo.- hace una mueca de disgusto.- Aunque siempre es mejor verte a ti que a él.

– ¿Sigues culpándolo?

– Y lo seguiré haciendo hasta que me muera.- se encoje de hombros.

– Quizás eso sea pronto, me informaron que hace unos meses intentaste quitarte la vida.

– Por eso me fui de viaje.- lo mira con asco.- Ahora deseo vivir.- se ríe ella.- Ve a hacer lo que tengas que hacer con mi padre, y evita pasar cerca de mí la próxima vez que tengas que venir.- rueda los ojos con fastidio.

– Eres infantil.

– Si tú lo dices.- resopla cansada.- Me voy a comer.- se despide de él antes de irse a los ascensores.

Mi hermana decide irse detrás de ella,y yo no quiero quedarme aquí junto con este hombre, algo de él no me gusta y no lo conozco, así que decido seguirlas.

Aura no dice ni una sola palabra mientras el ascensor baja. Yo no puedo evita pensar que hace no mucho intentó quitarse la vida. Debió ser difícil no poder volver a andar, quizás si ella no hubiese sabido nunca lo que es andar y como se siente hacerlo, no hubiese intentando suicidarse. Es solo una suposición mía, quizás otras cosas la atormentan y por eso quiso quitarse la vida, y tampoco voy a meterme en sus asuntos. Ese hombre no debió mencionar el fallido intento de suicido de Aura, es es algo muy personal y la única persona con derecho a decirlo es ella.

Bajamos del ascensor los cuatro juntos. Hay pocas personas en la cafetería. Algunos nos miran con curiosidad a mi hermana, a mi y a Killiam, sin embargo ninguno de ellos mira a Aura, hacen como si tan solo fuésemos tres los que hemos entrado al lugar.

Aura se detiene al lada de una mesa con cuatro sillas, aunque ella no la necesita, ya tienen la suya propia.

Me sorprendo cuando echa para atrás una de las sillas y ayudándose de la mesa y de su propia silla, cambia y se sienta en la silla normal. Hay que tener mucha fuerza en los brazos para poder cargar todo el peso de tu cuerpo, también necesitas mucho entrenamiento.

– En vez de mirarme, pueden sentarse.- dice ella con una sonrisa.

– ¿Por qué te cambias de silla?- pregunta mi hermana mientras se sienta al lado derecho de Aura.

– A veces me gusta hacer las cosas que hacía cuando mis piernas respondían.- no parece que la curiosidad de mi hermana la moleste.

Killian y yo nos sentamos en las sillas que quedan libres, observando a ambas mujeres. Mi hermana es menor que Aura por dos años, me lo dijo su padre, y yo soy tres años mayor que la hija de los Trumman.

– Al principio mi cuidadora me cambiaba de silla, desde hace poco más de un año lo hago yo sola.- su mirada brilla como si estuviese orgullosa de lo que ha logrado.

– Tuvo que ser difícil.- ella asiente.

– ¿Qué quieren de comer? Yo invito.- dice viéndonos a todos, cambiando también de tema.

Un camarero nos da la carta, al principio pensé que era una cafetería, pero resuelta que es un restaurante dentro de la propia empresa. Es original, creo que es la primera vez que veo algo así, escomo un pequeño negocio dentro de uno más grande y conocido.

Ella ni mira la carta, le pide al camarero el menú del día acompañado de vino. El resto tardamos un poco más en decidirnos, todos los platos de la carta tienen nombres apetecibles.

– Espero que la comida sea de vuestro agrado.- dice cuando empiezan a llegar los primeros platos.

– Gracias e igualmente.- responde Killian.

La observo comer, es delicada para todo lo que hace, no imaginé que alguien pudiese verse dulce y delicada mientras corta un trozo de carne. Aura desprende elegancia cuando toma vino, debe de robarse la mirada de muchos hombres en las fiestas.

Aura es una mujer peculiar, no por su condición física, sino por su forma de ser. Hace menos de una hora parecía estar cabreada y con su mirada asustaba tanto que prefería no mirarla a la cara. Ahora parece una mujer completamente distinta, toda sonrisas y amabilidad mientras que habla y come con nosotros.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.