Capítulo 6

Asher

Ayer le dieron el alta a Aura y hoy ya está trabajando, y da miedo, no he visto a nadie hablarle hasta ahora y yo tampoco lo haría si me da esa mirada estar aburrida de la vida y de pocas ganas de hablar, así parece hasta una persona cruel. Todavía me sorprende que sea amiga de Andrew, no tengo nada en contra de mi hermano menor, pero cometí el error, en mi adolescencia, de golpearlo por la ira que sentía en contra de nuestro padre. Poco después de eso Andrew se mudó de estado y no volví a saber de él, así que entiendo que esté molesto conmigo.

Uno de los empleados habla con Aura mientras que esta asiente distraídamente, y creo que no lo hace aposta, Aura pasa más tiempo distraída y en su propio mundo que atendiendo en las reuniones o a quien le habla en general.

– Un momento.- le pide al chico.- ¿Cuánto va a costar eso?- dice sin creer lo que él le dice.- Puede que no sepa tanto como debería del tema, pero tampoco soy estúpida y no cuesta eso.

– Señorita Trumman, si cuesta eso.- ella lo mira con aburrimiento.

– ¿Si busco a personas externas que no se beneficien del dinero extra, me cobrarían lo mismo?- el hombre se tensa y ella sonríe.- Por su reacción intuyo que no.- niega decepcionada con al cabeza.- Prepara un informe que me crea.

Aura no le da tiempo a responder cuando ya se marcha de vuelta a su despacho. No sé que tenga de especial ese lugar pero las únicas personas que he visto entrar hasta ahora en él, han sido sus padres, Steven y Andrew, el resto llaman a su puerta y ella sale a atenderlos.

– ¿En qué estás pensando?- me giro para ver a Killian.

– En que nos quedan dos días aquí.

– Me gusta Nueva York.- dice de repente.- No sé que tiene la ciudad pero me gusta.

Volvemos de vuelta a los despachos que nos ha dejado Benjamin, es un buen hombre. Escuché varios rumores de que era un hombre serio y con poca paciencia, y es cierto lo de que no tiene mucho aguante con los ignorantes y aquellos que se pasan de listos creyendo que lo van a engañar. El señor Trumman lleva más de treinta años como presidente y dueño de una de las cadena de hoteles más grande del país, y no es por su amabilidad que lo ha logrado sino por su inteligencia y astucia.

Me meto en mi Instagram para cotillear nuevamente el perfil de Aura. Las únicas fotos de los últimos cinco años son fotos de paisajes, de su perro o de modelos que no tienen nada que ver con ella. Si bajas más entonces encuentras fotos de ella, fotos hermosas en las que sonríe abiertamente, incluso descubrí que tiene un tatuaje, que tapa con maquillaje, en su cuello, y otro entre sus pechos, ese lo sé por una foto en bikini que ella posteó hace siete años.

Gracias a sus fotos antiguas puedo hacerme una idea mayor de como es físicamente. Es de complexión mediana, cabello castaño casi siempre corto por encima de los hombros, ojos oscuros incluso cuando le dan la luz, curvas sutiles, de silueta más bien recta, pechos medianas y piernas no muy largas. Aura no es la mujer más hermosa que he conocido, es más bien una chica normal. Ella destaca mucho más por su personalidad que por su físico.

– Hermanito.- Lea entra en el despacho sin llamar.

Lo más rápido que puedo salgo del perfil de Aura y me meto en el mío, como si fuese algo interesante y tan solo tengo tres fotos y porque Lea me obligó a subirlas sino ni eso tendría.

– ¿Necesitas algo Lea?

– Iba a pedirle a Aura que me acompañase a comer, pero su amiga llegó.

– ¿Tiene amigas?

– Si, por le menos una, la modelo brasileña Kristal Ferreira.- a esa chica estuvimos a punto de contratarla pero acabó por rechazarnos, no me sorprende que sea amiga de Aura, sus personalidades se complementan.- ¿Me acompañas a comer?

– ¿Le has preguntado a tu novio si nos acompaña?- el pobre tiene que estar muerto de hambre, él no desayuna.

– Si me preguntó, ¿vienes?

– Como siempre soy el sujeta velas, pero sí, voy.- digo levantándome de la silla.

Salimos de mi despacho hasta llegar a la recepción de la última planta. Steven nos sonríe como todos los días, ¿no se cansa de sonreír? Es un buen hombre, un muy buen amigo de su jefe, y quien le pasa los resúmenes de las reuniones a Aura. Creo que Steven no va a las reuniones como secretario de Bejamin Trumman sino como el de su hija.

– Kristal.- me giro al escuchar la voz de Aura.- El chiste dejó de tener gracia hace un rato.

– El chiste sigue vivo.- le replica ella.- Sino estuviese siempre tan distraída no me haría tanta gracia.- se burla de ella.

– Gracias Kristal, muy amable de tu parte.- rueda los ojos.- ¿Vendrás o no conmigo a la reunión de ex alumnos?

– ¿Me estás pidiendo que sea tu acompañante?- se abanica la cara dramáticamente.

– Si sigues haciendo eso me llevo a Mason.- le advierte.

– Mensaje entendido, si quiero ir contigo.- dice más seria.- ¿Ellos estarán?

– No tengo ni la menor idea, tampoco me importa.- le sonríe con tranquilidad.- Jacob tiene que estar esperándote abajo, será mejor que te des prisa y vayas con tu novio.- la apresura.- Y Kristal, sino te sientas cómoda con ese trabajo, di que no.

– Tengo un contrato Aura.- no entiendo nada pero mi hermana me ha pegado lo cotilla.

– Si, y en ninguna parte dice que tengas que hacer eso, lo hemos repasado juntas, niégate si te hace sentir incómoda Kristal.- dice mucho más seria, demandante.- No te obligues a hacer algo solo porque es tu agencia, aprende a negarte.

– Tendré en cuenta tu consejo.- le sonríe y se despide de ella con un beso en la mejilla.- Te quiero.

– Yo también.- rueda los ojos.

Aura se queda mirándola hasta que entra en el ascensor, luego nos mira al resto. Nos saluda con una sonrisa antes de girarse a Steven y pedirle el informe de una reunión pasada, estoy seguro de que ya se lo dio, pero Steven le pasa un cuaderno con él, no le reclama nada.