Aura
Reviso los últimos detalles del hotel antes de dar el visto bueno para su apertura oficial en una semana. Solo una semana más y después de dos intensos meses en los que no he visto a mis amigos, ni a mi familia , ni tampoco a Asher. Lo hecho de menos como nunca, no he estado incomunicada con él, hemos hablado por cartas y alguna que otra vez lo llamé con el fio de la casa de mis abuelos.
Necesitaba este tiempo para mí, este tiempo centrada en mi proyecto y no en el dolor de los demás o evitando a la prensa. Quizás fui extremista sin embargo creo que tomé la decisión correcta, me siento mejor que nunca, más preparada para volver a casa y enfrentarme a los problemas que haya allí.
Aquí en Colombia seguí yendo a terapia, cuatro días a la semana. Necesitaba comprender que yo no llevé al suicidio a Liam. Hace unas semanas Marie me dijo que Liam le había dejado una carta, dándole la verdadera razón que lo llevó a tomar esa decisión. Quise preguntar cual había sido la razón pero tanto ella como yo queríamos respetar que él solo dijo solo a ella, fue su última voluntad y yo no soy nadie para ignorar ese último deseo. Lo único que espero es que ahora viva en paz.
– Señorita Trumman, ¿está todo correcto?
– Lo está, comiencen a preparar la ceremonia de inauguración.
Giro la silla para salir de la hermosa recepción, mi abuelo me espera fuera con el coche. Me sonríe y me ayuda a subir al coche. Vamos a ir juntos a recoger a mi abuela de la peluquería, por eso tenía un poco de prisa.
– El hotel está genial, Aura.- me sonríe.- Eres un genio.
– Gracias.
– ¿Estás emocionada?
– Más de lo que quiero reconocer, estoy emocionada y nerviosa. Es mi primer hotel y…
– ¿Y qué…?
– Después de este hotel, papá se va a retirar y me lo va a dejar todo.
– ¿Por qué no me lo habías dicho?
– Papá y yo queríamos mantenerlo en secreto, hasta el día de la inauguración nadie lo sabrá.
– ¿Quieres que guarde silencio?
– Si.
– ¿Luciana lo sabe?
– No, mamá no lo sabe. Ella diría que todavía es muy pronto pero estoy casi en los treinta, llevo años preparada pero ella tiene miedo.
– Todos tenemos miedo de que nuestros hijos se hagan mayores. Yo sufrí mucho cuando tú madre dejó Colombia, con los años ese miedo no ha desaparecido pero si ha menguado. Sé que ella es feliz allí, su vida está allí y tu padre le ha dado seguridad.
– Algún día lo entenderé.
– Con tu nueva pareja seguro que si.
Al principio mi abuelo no acababa de aceptar a Asher, a pesar de que lo conoció cuando vinieron él y Marie y dijo que parecía un buen hombre, pero al final mi abuelo me vio feliz cuando le escribía las cartas o cuando lo llamaba por el fijo. Mi abuela fue todo lo contrario, amó desde el momento uno a Asher.
Mi abuelo me ayuda a bajar del coche, baja como siempre primero la silla y la pone mirando para mí para que yo sola pueda bajar. Él está ahí por si me caigo.
– ¿Camilo?- mi abuelo y yo nos giramos para ver a un hombre mayor, con una barba larga y descuidada.- Si eres tú, ¡cuánto tiempo hermano!
– ¿Luis?
– ¿Conoces a este hombre abuelo?
– Si cariño, es uno de mis hermanos.-dice con un poco de desagrado.
– Yo también soy abuelo, de veinte niños.- sonríe el hombre.
– Ella es mi única nieta.
– ¡Qué pena!- dice mirando la silla de ruedas.
– No entiendo por qué, tú, tus hijos y tus nietos viven en la pobreza, mientras que mi hija y mi nieta viven en Estados Unidos y pueden vivir bien.
– Es tu culpa que seamos pobres.
– Os propuse trabajar conmigo, no quisisteis pero luego bien que queríais que os diera dinero cuando lo tuve. La vida no es así, tienes lo que has cosechado.
– Nosotros no…
– Tengo que ir a por mi esposa, espero que te vaya mejor.
Andrew fue el primero en llegar y conocer de una vez a mi abuelo, y se llevan tan bien como se llevan por teléfono. E incluso Andrew se presentó con su nueva pareja, mi abuelo al principio lo miro extrañado, luego empezó a hablar con ellos y a reír como si nada. Kristal y Jacob fueron los siguientes, Kristal entró gritando “darle de comer a esta embarazada”, fue una sorpresa saber que está embarazada pero es que llevo dos meses sin hablar con ella. Mason y Stella llegaron una hora después, mi sobrina corrió hasta mí y me lleno la mejilla de besos.
– ¿Tus padres no han llegado?
– No tardarán mucho.- Mason asiente.- ¿Cómo está tu padre?
– Genial, es el hombre que conocí antes de que mi madre lo destrozase.
– Me alegro Mason.
– ¿Y Asher, Killian y Lea?
– No tengo ni idea, tenían que terminar unos trabajos.
– ¿Marie?
– Viene con mis padres, todavía no entiendo por qué no habéis venido juntos.- él sonríe.
– Ella está trabajando..- asiento, no voy a presionarle a que me cuente todo lo que ha ocurrido en estos dos meses. Sé que para Marie han sido muy difíciles.
Termino de arreglarme justo cuando llegan mis padres y mi mejor amiga. Los tres me saludan con un beso en la mejilla.
– Marie, tengo algo para ti.
– ¿Para mí?
– Si, ven conmigo.
Entramos a mi cuarto en la casa de mis abuelos, ella ya estuvo aquí hace varios meses. Ella se sienta en la cama mientras cojo el regalo. Ella lo ve en mis manos antes de que se lo dé. Marie rasga el papel con delicadeza, como es ella, delicada. Empiezo a ver las pequeñas lágrimas formarse en sus ojos.
– Siempre he pensado que la foto de tu salón no representa correctamente a Nathaniel.