Raúl estaba recargado sobre el automóvil estacionado a un lado de la carretera, esperaba impaciente por Amairany, quien estaba con Leonardo.
La mujer intentaba convencerlo de que les brindará su ayuda
—He soportado demasiado y no tengo por qué tolerar a ese sujeto, ni sus arrebatos de violencia en mi contra —dijo Leonardo molesto
—Tiene razón, señor Montiel, estoy avergonzada de la actitud de Raúl y cansada de pedir disculpas en su nombre. Pero, nuestra situación es desesperada, de otra manera yo no estaría aquí.
—¿Qué más quieren de mí? —Leonardo se sentía acosado
—Señor Montiel, usted nos ha dicho que no tiene nada que ver con Alyssa, permítame dudarlo —dijo Amairany y Leonardo estaba en shock, pero la muchacha prosiguió—: Recibimos una llamada del banco del Villar, Alyssa tiene una caja de seguridad, el beneficiario es Raúl, pero, usted es el responsable del contenido de la caja de seguridad.
Leonardo hizo un gesto de sorpresa.
—¡Eso no puede ser!
—Comprenda entonces nuestras dudas.
—No conozco a Alyssa Gante, ¿Cuántas veces lo repetiré?
—Sin su presencia no podremos averiguar el contenido de la caja de seguridad, por eso estamos aquí.
—Yo no me aguantó más las groserías de ese muchacho. No entiendo por qué esa mujer me ha puesto en esté predicamento, y la verdad no encuentro un motivo para ayudarlos.
—Se lo suplico, señor Montiel. Créame que si estoy aquí es por Raúl, él no podrá continuar con su vida si esto queda sin respuesta, en cambio, si esto tiene explicación, Raúl sufrirá, pero al cabo del tiempo, sanará, y continuará con su vida.
—¿Y Alyssa?, ¿no te importa lo que pasa con tu amiga? —preguntó Leonardo intrigado
—Raúl es lo único que me importa, lo conozco desde la infancia. Alyssa no me importa, no es más que una desgraciada con cara de buena, pero yo sé que es una hipócrita miserable —dijo Amairany, Leonardo se sorprendió al escuchar cómo se expresaba de la desaparecida, notó resentimiento y coraje en sus palabras
—¿Qué pretenden que yo haga? —preguntó Leonardo
—La caja de seguridad se encuentra en la sucursal de la Capital. Yo sé que usted vive allá, acompáñenos a abrir el contenido de la caja, después de eso le prometo que lo dejaremos en paz.
—No sé si debo hacerlo, no confío en ustedes.
Amairany le mostró su identificación y su placa de policía.
—Soy policía de Pueblo del centro, estoy ahora en un proceso de retiro, pero pronto me reintegraré.
—¿Por qué tienes un proceso de retiro?
—Bueno, las administraciones de alcaldes van cambiando y la nueva fue difícil para mí, decidí retirarme y volver la próxima.
Leonardo estaba dudoso.
—Sé que dije que no conocía a Alyssa, así es. Sin embargo, ella me envió un mensaje en una de mis redes sociales —le mostró el mensaje en su teléfono móvil, Amairany lo leyó sorprendida
—¡Es una maldita perra! —exclamó la mujer—. Lo envió el día de San Valentín, mientras planeaba la boda con Raúl, le enviaba un mensaje de amor a usted, ¡Es una traidora!
—Nunca respondí a ese mensaje.
—Hizo muy bien, si lo hubiera hecho, la historia sería distinta.
—Les ayudaré con ciertas condiciones —dijo Leonardo—. La primera es que ese hombre deberá controlar su violencia, no debe golpearme, ni ofenderme, la segunda es que iré a ese banco y después desaparecerán de mi vida, y la última es que responderán a todas mis preguntas con la verdad, porque no confió en ustedes.
Pese a todo Amairany estaba satisfecha de la generosidad de Leonardo
—Lo prometo, cumpliremos con sus condiciones.
Amairany contaba a Raúl, la conversación con Leonardo. Estaban de pie afuera del auto.
—¿Así que tiene condiciones?
—¿Qué esperabas?, lo golpeaste, da gracias a Dios que ha querido ayudarnos.
—¿Ahora debo agradecerle? —dijo Raúl ofendido
—Raúl, ahora ese hombre nos tiene en sus manos, si se niega a ayudarnos jamás sabrás que dejó Alyssa para ti.
Raúl meditó sus palabras, Amairany tenía razón y aunque le doliera Leonardo Montiel era indispensable para averiguar el paradero de Alyssa.
—Está bien, cumpliré con las expectativas de su majestad—dijo Raúl sarcástico
—Hay algo más Raúl —dijo Amairany con un tono de voz suave—. Alyssa envió un mensaje a Leonardo, el día de san Valentín de este año, lo envío a su red social.
—¿Qué dices? — Raúl sintió frío y un revuelco en su estómago
—Ella le escribió un poema de amor, lo he leído.
Raúl tragó saliva, un nudo se había formado en su garganta, alzó la mirada encontrando la de Leonardo. Raúl tenía los ojos llenos de rabia, pero contuvo su violencia, porque si perdía la cabeza, perdería la última pista que lo conduciría a Alyssa.
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amor y odio, realidades alternas, desaparicion secretos y mentiras
Editado: 18.06.2021