Había sido un viaje muy largo.
-Ya llegamos mis pequeños, sáquense los zapatos y espérenme, ya los llevo a su cuarto -dijo la señora Catalina-
La casa era lujosa, con jardines en la entrada y una puerta muy grande. Luis y yo sentíamos recelo, nunca habíamos llegado tan lejos, total que con brazos cruzados nos quedamos mirando los focos.
- ¿Tienen hambre? -preguntó la señora Catalina desde el segundo piso-
-Si, un poco... -respondimos-
-Yo igual Catalina, ¡quiero ahora un sándwich! / Los mocosos pueden esperar. -Desde la puerta ordenó entre gritos Julián-
Sorprendidos regresamos la mirada y se veía tan prominente, tan odioso, tan irrespetuoso, tan machista...
- ¿Y ustedes que me ven? ¿Acaso tengo monos en la cara? ¡MIREN A OTRO LADO! -agregó el viejo entre gritos-
-No les grites así, recién acaban de llegar. -respondió la señora un poco alarmada-
-Parece que no me has escuchado, ¡TENGO HAMBRE MUJER! – Con el ceño fruncido comentó Julián-
- Ahhhhh, ahorita los preparo -con la cabeza baja respondió-
Resulta ser que Catalina se había enojado por los gritos que nos había pegado Julián, más no por las ordenes que le daba su "maridito", esto ya no parecía algo nuevo, para que ella reaccione así; ya no...
Estábamos asustados, hace días notamos el carácter que tenía Julián, pero jamás lo habíamos escuchado gritar a Catalina, su esposa.
-Luis creo que debemos irnos a dormir, total varias veces nos hemos quedado sin comer. No se preocupe "señito" -mencioné ante la actitud de Julián-
- Si Mateo, creo que debemos dejarlos solos. -Luis entre dientes añadió-
-Está bien niños, en su cuarto hay cobijas y almohadas, acomódense ahí, mañana lo arreglamos bien. -Catalina con esto terminó la conversación-
Agarramos nuestras maletas y subimos las gradas.
Había tantos cuartos, sin embargo, entramos al correcto. Nuestra habitación era muy grande y nos alegramos.
Nuestro reconocimiento fue algo así, tiramos las maletas en una esquina y nos dejamos caer sobre una de las camas de la litera, a los pocos minutos ya escuchaba los ronquidos de Luis y decidí dormir.
Al día siguiente, nos despertó un "ya mis niños, está listo el desayuno" de la Señora Catalina.
Con prisa nos levantamos, nos lavamos la cara y bajamos las gradas corriendo, el hambre nos mataba (no era literal), pues no habíamos comido desde que salimos del Hogar y por ende estábamos débiles.
-Buenos días señora Catalina
-Buenos días preciosos, no me digan señora, llámenme de cualquier manera, pero menos "señora" -nos respondió con vergüenza-
-Lo lamentamos -respondimos aún más avergonzados-
-Bueno hoy he preparado unos huevitos con salchichas y pancito, espero les guste. -mientras se acercaba mencionó-
- ¡Oh por un demonio! ¿has visto eso Mati? -en voz baja me alarmó Luis-
- ¿Qué cosa? ¿de qué hablas?
- Mira su ojo coño, ¿acaso no lo haz visto?
Oh no, esto no estaba bien... Cata tenía el ojo morado, ayer no lo tenía así...
No recordábamos nada, dormimos tan profundo...
Cata se dio cuenta que lo habíamos notado y dijo:
-Bueno chicos iré a bañarme, dejen nomás ahí los platos cuando acaben. -entre un tono de prisa caminó hacia el baño-
- Si no se preocupe Cata...Estábamos sorprendidos, el maldito de Julián la había golpeado, pero eso no ocurrió recién, por el moretón parecía que violentó contra ella ayer.
Nos terminamos el desayuno y antes que ella acabe de "bañarse", nosotros ya habíamos lavado los platos, limpiado la mesa y comenzamos a barrer. Realmente no estaba bañándose, podíamos escucharla llorar.
No sabíamos que hacer cuando ella salió, no sabíamos si era oportuno preguntarle sobre sus ojos, simplemente solté un "¿está bien?"
-Si, no se preocupen. Solamente me golpee con el mueble de la cocina, a veces tiendo a ser distraída -con una risa nerviosa comentó-
- ¿Y el señor Julián?
- ¿Por qué? ¿escucharon algo? -rápidamente contestó-
- No, ¿de qué habla?, solo pregunté porque no lo había visto.
-Ahhh el salió a trabajar muy temprano.
- ¿En qué trabaja Julián? -rompiendo el silencio Luis preguntó- No era muy común de él hablar frente a alguien, era un poco introvertido, sin embargo, le causaba interés aquello.
- Mi Julián trabaja en su mecánica, recuerdo que cuando nos conocimos éramos simples estudiantes de universidad, mientras que él estudiaba mecánica, yo estudiaba Literatura.
- ¿Usted trabaja? -agregó Luis-
-De poder puedo, pues aún no me jubilo. Solo trabajé en un colegio un año, Julián luego me dijo que no era necesario que yo trabaje, él decía que yo era su mujer y debo atenderlo. Yo estaba muy enamorada y accedí, desde ese día no enseño eso que tanto me gusta. ¿Te gusta leer no Mati? Vamos muéstrame tu libro favorito -comentó Cata saliendo del tema-
Después de escuchar aquello confirmamos que no se había golpeado con un mueble de cocina, Julián la había maltratado, quizás porque se demoró en hacerle su sándwich o porque existió una discusión de por medio, pero no tenía motivos para golpear a Cata, es más no debía hacerlo jamás. A pesar de todo, deducimos que esta no era la primera vez que esto pasaba.
Cata es una mujer muy linda, se nota que lo ama con locura a pasar de los años y los malos ratos que le hacía pasar el viejo Julián.
- Si ahorita voy Cata, espéreme. -subí las escaleras muy deprisa-
Un vacío inundó mi pecho, y solo grité.
-¡Nooooooo!
¿Han sentido el sentimiento de dolor y aprieto en el pecho?
ESTO ERA MUCHO PEOR, había olvidado mis libros...
No sabia como ni porque, para mi eran muy valiosos, muy importantes, absolutamente cada uno de ellos. Juraba que los había guardado, desarme toda la ropa de la maleta y no, no estaban.
Me era muy difícil aceptarlo y busqué en la maleta de Luis, pero tampoco encontré nada.