—¿Sigues peleada con Larry, Azula? —le preguntó Lottie mientras ambas compartían una malteada de fresa en la cafetería de la universidad— esa pelea es absurda, cariño. Deberías volver con él
<<Joy es imposible. Es de esas personas que se encierran en sí mismas y rara vez salen a la realidad>> más sin embargo la había salvado. Cualesquiera que fueron las circunstancias y a pesar de que él es una incógnita para ella, Azula sentía que esa conexión que había entre ellos dos crecía a cada segundo.
—¡Azula Derkins! —exclamó Lottie furiosa
—¿Qué? Lo siento querida, estaba en otro mundo. ¿Qué me decías?
—¡Sobre Larry!
Azula terminó de beberse la malteada—No pienso volver con Larry. Punto
Lottie no ocultó su alegría—¿Estás segura amiga?
—Puedes jurarlo
—No te importará si él y yo... pues...
Azula frunció el ceño— En lo absoluto—dijo mientras se colocaba de pie
Por detrás de ella pasó una brisa refrescante y al mirar atrás, vio a Joy pasar con una prisa muy muy poco habitual en él; tenía un libro gordo en su mano derecha.
—Ahí está tu...—comenzó a decir Lottie, pero Azula no la escuchó porque se dispuso a perseguirlo
—Joy...—susurró preocupada—¡Joy!
Joy se detuvo y Azula chocó con él. El dio media vuelta y la miró.
—Joy ¿Qué oca...?
—Azula—la interrumpió él—creo que es justo decirte que no existe ninguna forma de que yo, así sea considere, invitarte al baile de graduación—y al decir esto se fue
Azula estaba anonadada—pero ¿Qué demonios...? —esta se dispuso a perseguirlo—¡Joy!
Él se detuvo y esta volvió a chocar con él. El dio media vuelta y la miró—Joy... pero si eso es dentro de cuatro años.
—Creo que así te da tiempo para encontrar a alguien que sí lo haga—le dijo este
Azula miró a Joy como si este tuviera dos cabezas— ¿estás... enojado por algo?
—Enojarse es completamente innecesario
—Estas molesto por algo
—Odio la lluvia—le confesó
Azula lo miró. Solo estaba salpicado por unas cuantas gotas.
—¿Odias la lluvia?
—La odio casi tanto como a la geografía y a los patos estúpidos. Lo primero es escoria y los segundos son una vergüenza para el resto de las aves.
Joy siempre había odiado la lluvia, sin tener un motivo en particular.
De repente Azula sacó un pañuelo de su bolso y comenzó a secarle unas cuantas gotas de su rostro.
—Ten—le dijo ella— puedes quedarte con el pañuelo—Joy lo aceptó, pero no dijo nada— y Joy quiero que sepa—dijo, mientras buscaba en su bolso—que todo en esta vida tiene solución—a continuación, sacó una sombrilla—ten, para que no te mojes—él la recibió, pero no le dijo nada— a mí la lluvia me hace sentir viva—le dijo ella con una sonrisa.
Joy la observaba. Ella era perfecta en todo lo que hacía y decía, Joy podía observarla todo el día y jamás se aburriría, esa necesidad de ella, aumentaba cada vez que la veía.
—¿Sabes cuál es el problema con el universo? —le preguntó Joy
—Te encanta salirte por la tangente ¿cierto? —Joy no le dijo nada y ella continuó— Y... ¿Qué le pasó a tu amigo?
Joy se inclinó ante ella y le susurró—Lo mismo que le pasó al homo erectus... fue reemplazado por una especie mejor—y al decir esto se fue.
***
Ray Derkins se encontraba en el lanzamiento del nuevo libro de biotecnología de su amigo Frederick Queen, estaba en compañía de Joy. Este se había mostrado callado al principio, pero luego compartió sus opiniones con él y Ray supo que era un chico muy inteligente.
Ray supo que Joy era muy calculador. Observaba todo con una expresión serena que pasaba desapercibido. Joy era una cornucopia de ineptitudes sociales; Ray no tenía que ser adivino para saber que Joy en la vida había tenido una novia y obviamente era virgen de todo.
Queen terminó la conferencia y todos se pusieron de pie y le aplaudieron.
—¿Qué te pareció, Joy? —le preguntó Ray mientras aplaudían
— Ha sido muy interesante, señor
Ray asintió—Vamos, te lo presentaré. —Joy asintió y ambos se dirigieron a donde está Queen. A medida que pasaban, muchas personas se acercaban a saludar a Ray y ojos curiosos se posaban en Joy y este al parecer, ni se percataba de ello.
Al llegar a donde se encontraba Queen, había dos hombres más.
—Derkins—lo saludó
—Queen—le dijo Ray mientras le estrechaba la mano—felicidades, como siempre, me sorprendes.
—Gracias, viejo amigo
—Quiero presentarte a Joy McFly, un amigo de mi hija. Estudió matemática pura en Harvard y ahora va por tercer semestre en física. ¿Cómo te parece?
—Wow—exclamó Frederick mientras estrechaba la mano de Joy— es raro ver chicos como tú interesaos en la ciencia. ¿Cuántos años tienes, hijo?
—Dieciocho—le dijo este.
Frederick Queen era un hombre alto, rubio, ojos verdes y piel blanca.
Miró a Ray y luego a sus acompañantes—Muy interesante, Joy. Deberías de invitarlo a nuestras reuniones académicas, Derkins. Así va cogiendo experiencia.
—Eso haré, Queen—le dijo Ray. << Nunca he tenido un discípulo, pero Joy vale la pena>>
—Espera Derkins—le dijo Frederick—¿dijiste que era amigo de Azula? —Ray asintió y Frederick se echó a reír—¿Estás seguro que no entendiste "Enemigo"?
—¿Por qué? ¿Hay algún problema?
Los cincos hombres se voltearon al escuchar la voz femenina.
Azula llevaba puesto un short negro, medias veladas de mallas y unas botas largas negras, un bolso negro, sus rizos sueltos y tenía una copa de champan en la mano.
—¿Qué haces aquí, Azula? —le preguntó su padre
Azula lo ignoró, se acercó a Joy y le dio un beso en la mejilla—Hola—lo saludó, arrastrando las sílabas—he estado aquí desde hace rato gastándome todo el champan. —y al decir esto se lo bebió d un tirón—mesero—lo llamó, dejó la copa vacía en la bandeja y tomó otra—¿no beben? —preguntó
—Yo no bebo nada que sea autodestructivo—le dijo Joy