<<Por los clavos de Cristo>> musitó Ray al bajar de la limosina con la gobernadora. Su pacífica casa estaba lleva de paparazis y policías. Todos los funcionarios del gobierno, personas de gran influencia de la OMS—por fortuna sus padres le habían telefoneado y le dijeron que no podían asistir a cena porque se les había presentado una reunión de último minuto y Rey tuvo que viajar a Rusia—científicos de la Real Sociedad de Londres bajaron de los autos.
—¿Qué sucede señor Derkins?—le preguntó la gobernadora
—eso es exactamente lo que voy a averiguar—le dijo Ray mientras sacaba su teléfono celular y marcaba el número de Aidan.
—Hola tío Ray ¿Cómo estás? Espero que bien ¿Cómo está la salud de la gobernadora?
—bien. Pero no es la salud de ella la que me preocupa, sino la tuya ¿Qué demonios está pasando Aidan?
Lo escuchó suspirar—lo siento tío pero es algo que se me sale de las manos. Echa a tu gente de aquí y habla con la policía—Ray observó a una ambulancia entrar—van a llevar preso a Joy
—¡¿Qué?!—exclamó Ray—¿a Joy? ¿Por qué?
—le dio su merecido al puto novio de Azula y el muy infeliz está medio muerto
—¿Qué Joy hizo qué?
—tío te lo explicaré todo después pero ¡Date prisa!
Ray colgó el teléfono y miró a la gobernadora.— ¿Todo bien Señor Derkins?—le preguntó ella
—discúlpenme, pero la cena no podrá ser. Sé que todos ustedes tienen un tiempo valioso que desperdiciaron por una cena que no se hizo—se excusó Ray—lo cierto es que cuentan con mi apoyo en los proyectos que tienen en mente. Tanto la OMS como la Real Sociedad están su disposición y de nuevo mil disculpas.
Tanto la gobernadora como y los funcionarios del gobierno quedaron contentos al contar con ese gran apoyo y no pusieron queja alguna al marcharse.
Ray los observó y suspiró. A continuación miró a la policía—que Dios me ayude
***
Joy observaba como la ambulancia se llevaba el cuerpo de Larry y tragó saliva.
—¡¡Empieza a rogar que esté bien, porque me encargaré de que te hundas!! ¡¡Maldito!!—exclamó la rubia amiga de Azula en cuanto puso los ojos en él—yo iré con él en la ambulancia
Las personas de la fiesta al ver la policía salieron huyendo por todas partes y todo se volvió un caos.
Joy cerró los ojos al ver los flashes de las cámaras que se dirigían a ellos.
—¡Joy!—oyó que lo llamaba Aidan—¡ven aquí!—exclamó y Joy obedeció y entró a la casa. En ese momento la policía comenzó a arrestar los que estaban drogados.
—no puedes meterte en tu mundo ahora Joy—le dijo Aidan—te necesito en este—Joy miró a Azula, esta se encontraba muy mal—lleva a Azula a su habitación, es la que está subiendo las escaleras al final del pasillo ¿de acuerdo? Métela en la ducha con la ropa puesta no importa, trata de que recupere un poco el conocimiento—Aidan le entregó un celular—este es el celular de Azula, guárdalo. Te llamaré allí—Aidan tomó a Azula y se la dio—enciérrate con llave. Mi tío Ray y yo pondremos orden en este caos
Joy miró a Azula. Esta lo abrasó y se estaba riendo sola.
—¡date prisa Joy!—exclamó Aidan—exclamó Aidan y Joy tomó a Azula en brazos y se dirigió a las grandes escaleras. Ésta no paraba de reírse.
—¿estamos en nuestra noche de bodas Joy?—le preguntó—¿Dónde está mi vestido?
Joy se concentró en subir cada escalón con setenta con 60 kilos en sus brazos.
—Jamás pensé que te casarías conmigo—continuó ella—como siempre me rechazabas...
Cuando por fin logró subir el último escalón, se concentró en buscar la habitación.
—es porque no soy lo suficiente buena para ti ¿verdad? Soy una zorra sin escrúpulos ¿no es así?
Joy encontró la habitación y afortunadamente la puerta estaba abierta y este al entrar la cerró con el pie.
—quédate aquí—le ordenó este al ponerla en el suelo mientras se dirigía al cuarto de baño
—si mi señor—Azula arrastró aquellas palabras y Joy suspiró, llegó a la bañera y abrió el grifo para llenarla. Dio media vuelta y chocó con Azula. Esta se había quitado el saco y estaba en ropa interior y conservaba los tacones.
Joy la miró a los ojos—Azula...—pocas veces la llamaba por su nombre. Más bien él nunca la llamaba por nada—métete ahí
Sorprendentemente Azula se quitó los zapatos y lo obedeció. Cuando ya tenía todo el cuerpo en la tina sumergió su cabeza en el agua y Joy se sentó en una silla junto a la bañera.
Azula salió a la superficie y se quedó ahí en la bañera mirando un punto fijo.
—no está drogada ¿verdad?—le dijo Joy
Azula negó con la cabeza—solo me fume un par de cigarrillos y me bebí media botella de vodka
Joy asintió—¿piensas seguir llevando tu vida así?
—no lo sé. Aunque no me culparás por estar contenta en estos momentos
—¿por qué lo estás?
—tú y yo estamos manteniendo una conversación normal y tú no estás diciéndome nada que no sea del tema
Joy se puso de pie y se dirigió al espejo.
—¿acaso fingías?—le preguntó Azula
—No
—¿entonces?
—no me interesa comunicarme con el mundo, lo hago cuando lo deseo
—o sea que siempre que te hablaba...—le dijo Azula mientras se colocaba de pie—¿no estabas en este mundo?
—evito estarlo
—pero no entiendo Joy—le dijo Azula mientras salía de la bañera y tomaba una toalla—una vez tú madre me dijo que eras autista, que el médico te hizo un examen a los seis años
Joy dio media vuelta y la miró a los ojos—¿tengo cara de padecer autismo?
Azula lo miró—Pues... decías cosas raras y... eres un superdotado... pues no. No tienes cara
—que bien—dijo Joy al salir del baño y sentarse en la cama de Azula. Esta se cubrió con una salida de baño y se sentó junto a él.
—Joy ¿Qué opinas de las relaciones largas?—este la miró—bueno... tampoco una relación de mil años luz
—el "Años luz" es una unidad de distancia no de tiempo
—bueno, me entendiste ¿no es así?