Azula se encontraba de pie en el baño con un cuchillo en la mano. Lo observó por un momento y luego miró sus muñecas.
—No voy a darles la satisfacción de suicidarme, seguiré viviendo y los voy a joder a todos— y al decir esto arrojó el cuchillo a la tina.
***
Ray no había podido pegar el ojo anoche, así que no dudó en despertarse temprano e ir a ver a Azul. Le sorprendió ver que esta se había ido.
Ray observó la habitación y suspiró—¡Geoffrey!—llamó a su mayordomo y este sorprendentemente apareció de inmediato.
Este hizo una reverencia—buenos días señor
—buenos días, veo que se levantaron temprano y limpiaron todo este desastre. Gracias
—es nuestro trabajo señor
—¿sabes a qué hora se fue esa mujer?
—así es señor, se fue muy temprano. Me pidió que le diera esta nota
Geoffrey le entregó un papel—gracias. Puedes retirarte
—con su permiso señor—hizo una reverencia y se marchó
Ray observó la nota. "Querido Ray... No quiero que pienses que vine a quitarte a Azula, sólo me gustaría pasar un rato con ella. No es necesario que le digas que soy su madre, quisiera ser su amiga. Att: Lady Azul Norwich"
Ray cerró los ojos <<¿Por qué tenía que aparecer en estos momentos?>> no había podido conciliar el sueño. La llegada de Azul Parker había sido... bueno ahora era Lady Azul Norwich, era condesa y viuda sino mal recordaba. Ella pudo haber sido Azul Derkins y él le hubiera todo, pero ella escogió otra vida <<Mucho mejor por lo que veo>>. Unos pasos firmes lo hicieron salir de sus pensamientos y salió a la sala, unos profundos ojos verdes lo observaron y salieron de la estancia dejándolo allí solo con sus pensamientos.
***
<<Esperaba no encontrarme con Derkins maldita sea>> pensó Azula mientras entraba a su Aston Martin DB10 y cerraba la puerta tras sí. Tomó un cigarrillo de marca Filter, lo encendió y dio una buena calada de humo. A continuación encendió el auto y se puso en marcha.
<<¿Por qué dijiste todo eso Azula? ¿Por qué no te mantuviste callada como siempre? Ahora todos te tendrán lástima... principalmente Joy>>
Se tocó la cadena que le había dado Joy, al investigar de dónde provenía el dije se dio cuenta que era una letra griega que usaban frecuentemente en el cálculo.
—Ay Joy...—susurró mientras daba otra calada de humo.
De repente un niño se cruza la carretera.
—¡Oh Dios mío!—exclamó y pisó el freno. El niño rodó por la carretera y Azula bajo del auto.
—cariño ¿estás bien?—el niño asintió y la miró, tenía unos profundos ojos verdes iguales a los suyos, su piel era blanca y su cabello castaño.
—¿debería llevarte a un hospital? ¿Seguro estás bien? ¿Dónde está tu madre?
—no quiero ir a un hospital, si estoy bien y no lo sé
Azula reconoció el acento británico de inmediato.
—¿puedes levantarte?—el asintió y se puso de pie—¿estás solo?
—me escapé de mi institutriz
Azula sonrió—debe ser muy mala
—lo es, todo lo que hago está mal
—si así son todas ellas—le dijo Azula
—¿usted también tiene institutriz? ¿No está un poco grande?
Azula se echó a reír—no, no tengo institutriz, pero cuando tenía tu edad las hice huir con cada broma que hacía
El niño la vio con admiración—¿en serio? ¿Podrías enseñármelas?
Azula sonrió—claro, de camino a tu casa te las enseño ¿vale?
—¡Sí!—exclamó este—aunque estoy en un hotel
—no importa, te llevaré allí
—Bien
—Soy Azula ¿y tú?
—Raven
—muy bien Raven, sube al auto—este la obedeció—¿te parece si vamos por unas hamburguesas antes?
—¡Si!
—¿y helado?
—me gusta el helado
Azula sonrió—es bueno saberlo
Era un niño muy lindo pero vestía ropas demasiado serias para su edad. Azula se puso en marcha después de cerciorarse que este se pusiera el cinturón.
—Raven eres de Inglaterra ¿verdad?
—Sí, Soy de Cornualles
—¿y cuántos años tienes?
—doce
—eres muy alto para tu edad
—sí así dice mi madre, por cierto tú nombre es muy parecido al de ella
Azula sonrió—vaya que coincidencia
***
Ray tenía más trabajo que el de costumbre y en parte agradeció por ello. Su cabeza estaba hecha un ocho y sus pensamientos se habían divididos a un cincuenta por ciento para Azula y el otro cincuenta para Azul. Cerró los ojos por un momento y suspiró. No podía trabajar ahora.
Hace unos minutos Geoffrey le dijo que Aidan y Joy seguían dormidos y este había telefoneado a los padres de Joy para no preocuparlos. Ray volvió a suspirar y cerró la pantalla de su ordenador.
En ese instante sintió los golpes de la puerta.
—Adelante
Entró su rígido mayordomo e hizo una reverencia—Señor, la...—su mayordomo fue interrumpido por Azul. Ésta estaba agitada y había estado llorando.
—Ray...—susurró
Este se puso de pie muy lentamente—¿Qué quieres?
—Ayúdame... no encuentro a mí hijo...
—¿Qué?
***
Aidan abrió un solo ojo y lo cerró de inmediato. Por alguna extraña razón se había negado a dormir en la habitación de huéspedes y ambos durmieron en la misma cama.
<<Que gay debe verse esto>> pensó. Pero al mirar a la dirección donde debería estar Joy, estaba vacío.
En ese momento se abre la puerta y entra Joy solo con los pantalones.
—Buenos días Joy—lo saludó Aidan—¿Qué hora es?
—aquella mujer está abajo—le informó este
—¿Qué mujer?—le preguntó Aidan y Joy no le dijo nada—¿la madre de Azula?
—dijo que no encuentra a su hijo
Aidan se levantó de la cama y se puso el pantalón—¿hijo? ¿De qué estás hablando?—Joy lo miró pero no le dijo nada. Aidan carraspeó—se me olvidaba que tú no te explicarías ni aunque tuvieras un mes para hacerlo—Aidan se colocó la camisa—iré a ver qué pasa
Aidan salió de la habitación y notó que Joy lo seguía. <<Ayer fue un día de locos>> Aidan no había tenido una educación cristiana porque creció en una familia científica, su madre era escritora y maestra; pero solo le habló un poco de la biblia. Pero ayer como nunca le había pedido a Jehová, a Buda y Alá que por favor finalizaran aquella pesadilla.