Azura Mundo de cristal

Capítulo 10º Una salida.

Al día siguiente nos levantamos temprano, pero Diva, ya tenía todo preparado, había café recién hecho, galletas y unos tiernos bollitos con mantequilla.

También había llenado nuestras mochilas, con bocadillos de embutidos y las cantinas de agua, nos había preparado una bolsa con manzanas, naranjas y había metido unas tabletas de chocolate para los dos pequeños.

El panadero estaba bastante resfriado, tenía una tos muy profunda y podía coger pulmonía, nos quedaba mucho por caminar hasta llegar a la otra aldea, y más camino hasta llegar a Ekero, el tiempo era bastante desapacible y muy frio por las noches, con días de mucho viento, días de mucha lluvia, no queríamos correr el riesgo de que empeorara su salud, hable con Diva.

—¿Podríamos dejarlo aquí contigo? ¡Te pagaremos a la vuelta, yo tengo que volver nuevamente a Drea!

—¡Claro, que se puede quedar! ¡Lo, cuidare, puedes irte tranquila, está en buenas manos!

—¡Gracias, Diva! ¡Te lo agradecemos!

—¡Me hará compañía! ¡Espero volver a verte! ¡No tienes que pagarme nada! Lo hago con mucho gusto.

—¡Claro, que me veras! ¡Tardare algo! Pero regresare...

Nos despedimos del panadero y de Diva, y comenzamos de nuevo con nuestras aventuras por las montañas, bordeando el rio.

Habíamos hecho un descanso que nos había venido muy bien, nuestros pies estaban más descansados, nos habíamos bañado y habíamos comido, como si tendríamos hambre de cien años.

Estábamos preparados y más fuertes que nunca, para nuestra segunda parte del viaje, habíamos tenido mucha suerte al encontrarnos con Diva.

Los terrenos están empedrados, hoy hace viento y el polvo se introduce en los ojos, Mía lleva a los pequeños de la mano, desde el primer día, se encarga de ellos, les ha cogido mucho cariño, creo que ellos a ella también, no tienen padres, uno, su madre falleció al tenerlo y su padre falleció al caer de la obra donde trabajaba.

El otro vivía con una abuela que falleció hace poco, sus padres se fueron de Drea y no regresaron, nunca a por él.

Espero que encuentren una familia en Ekero , y tengan el futuro que se merecen, siendo tan pequeños no ha comenzado muy bien su vida.

Cada vez que los miro, me acuerdo de mis hermanos, mi hermano empezara a perder órganos, y mis padres lo permitirán, cada vez estará peor de salud, mi hermana pequeña, será una procreadora, una persona nacida para dar y dar más hijos, a un líder, a una ciudad sin sentido, donde todo es real, pero dudoso.

Un mundo donde todo debe ser perfecto, pero donde abunda la imperfección, donde nada es lo que parece...

Y el pueblo caya, el pueblo otorga...

Llegamos a una especie de cascada, pasando por detrás hay una cueva, donde nos introducimos para pasar la noche, por lo menos allí estaremos a cubierto, no es de fácil acceso, aun así, vemos que es el lugar perfecto.

Preparamos una hoguera, para estar iluminados, y al mismo tiempo calentitos, ante las bajas temperaturas de la noche. Damos paseos para mantener el cuerpo caliente y activo, los hombres llevan una baraja de cartas, y se entretienen, las mujeres siempre en un corro, se ponen hablar sobre su futuro en la deseada ciudad de Ekero.

Mia siempre se sienta con los pequeños y les lee cuentos que se va inventando, tiene buena imaginación, los pequeños siempre terminan quedándose dormidos.

Y yo, yo siempre distante con mi silencio, pero preparada para afrontar todo lo que se nos ponga por delante, siempre dirijo al grupo, y todos me respetan, imagino que Cillian ,hablo con ellos antes de enviarlos hacia mí.

Soy joven con un futuro incierto, sin saber si voy a volver a ver a mis padres, a mis hermanos, sé que voy a regresar a Drea, que mi alma ahora es libre, que no pertenezco a nadie, que mi vida es solamente mía y yo decido como vivirla, y lucho por lo que considero que es justo, y por todas las personas que pueda salvar y ayudar, mi objetivo es mirar hacia el futuro, un lugar mejor para todos, un comenzar desde cero, y espero poder traer conmigo la próxima vez a mi familia, y sacarlos del infierno donde ahora se encuentran sumergidos ,ahogados por tener la boca cerrada , paralizados por tener las manos atadas, con el miedo en el cuerpo, por las amenazas de ese ser tan repugnante, sin remordimientos y sin escrúpulos.

Espero también ver a mi vuelta a Cillian, quiero que él pueda venir, no sé cómo estará ahora mismo, por que debería haberme emparejado con él, obligada por orden de Armadus ,pero al huir tal vez lo emparejen con otra muchacha de mi edad, y no lo vuelva a ver más, aunque eso es una cosa que no quiero ni pensar, además pertenece a la resistencia, ayuda a huir a ciudadanos de Drea, eso es su prioridad, al igual que la mía.

Al despedirnos al lado del colegio el ultimo día que nos vimos, a mi salida de Drea me dijo:

"El Que No Vive Para Servir...No Sirve Para Vivir..."

A veces la vida te saca a empujones de los sitios donde no te conviene estar.

Y no pasa nada...

 




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