Azura Mundo de cristal

Capítulo 20º Humildad

Llevamos horas caminando, y ya llevamos los pies muy cansados, dentro de poco buscaremos un lugar, para pasar la noche. Mia viene a mi lado, ahora ya no lleva a los pequeños y aunque no me dice nada, yo noto que los echa de menos, va en silencio, con la mirada como perdida, las dos vamos las primeras de la fila, en el centro el resto de mujeres y, por último, van los hombres.

Todos llevamos el oído, pendientes de cualquier ruido, y los ojos alerta, ante cualquier peligro que nos pueda acechar.

No nos hemos encontrado con nadie, en las montañas, tampoco con osos y lobos, aunque por esta zona los hay, pero no podemos descartar en cualquier momento, que se pueda dar la situación.

—Creo que, si paramos aquí, es un buen lugar para pasar la noche.

—¡Esta bien, Azura ! Montaremos el área de descanso aquí

—Pondremos un mantel y colocaremos embutido y pan, que nos dio Vadi.¿Os parece bien?

—Claro señora, Larsson—dice Azura

La señora Larsson, tiene casi sesenta años, es una mujer delgada, muy ágil, y bromista, ella tenía una Mercería, en Drea, su marido se marchó hace muchos años abandonándola a ella y a su hijo.

A su hijo le atropello un coche, cuando tenía siete años, al cruzar a por un balón que se fue hacia la carretera.

Desde entonces es una mujer, solitaria, pero con un buen corazón y muy buena persona, ella es la chispa del grupo, que anima a las mujeres.

—Hacemos unos bocadillos, de chorizo y los repartimos, para cada uno. ¿Os parece bien? —Pregunta Larsson.

—¡Claro, perfecto! —Dice el herrero.

—¿Puedo hacerme, uno de atún Azura?

—Mia ¿No te apetece, de chorizo?

—A veces no me sienta muy bien, y no tengo mucho apetito.

—Se que echas a los pequeños de menos Mia, pero ya tienen hogar, una familia, es lo importante su felicidad.

—Si lo sé, pero había pensado, quedármelos yo.

—¿Tu, Mia? ¿Pero si eres, muy joven? Tendrás tiempo de tener niños.

—Lo eran todo para mí, yo estoy sola, no tengo a nadie, me había hecho a la idea de formar una familia con ellos, les he cogido tanto cariño, que ... ¡Los echo, mucho de menos!

—¡Oh, Mia! ¿Por qué no me has dicho, esto antes? Se que eres joven como yo, pero eres una chica muy madura y responsable, tal vez haya algún niño en Ekero , con el que te puedas quedar.

—¡Ojalá, Azura !Me gustaría llenar este vacío, que llevo en el corazón.

—¡Ya verás como si, son muchos los niños que no tienen padres!

—¿Queréis fruta chicas? —Preguntó la señora Larsson.

—¡Si, nos apetece, ¡Dos naranjas, por favor! —Contestó Mia.

Ya está anocheciendo, poco a poco, nos vamos acostando a dormir, esta noche el herrero y dos hombres más harán guardia, después les relevarán otros tres hombres.

Las mujeres hablan entre ellas, alguna se ha quedado dormida, pero el resto cuentan anécdotas, chistes, para tener noches amenas y en lo posible divertidas.

Mia esta igual que yo, arropada con una mantita, hasta la cintura, y con la mirada puesta en el cielo, lleno de estrellas, encima de la montaña, una gran luna llena, digna de ver, qué nos ilumina...

Pienso en Mia, y me causa tristeza, las circunstancias de la vida, lo que estamos viviendo y todo lo que nos falta por vivir, nos ha hecho madurar, pero yo no sabía hasta qué punto.

Y es que la vida, te cambia mucho, tengas la edad que tengas, aprendes, y valoras, creces como persona, te haces mayor antes de tiempo y adquieres responsabilidades.

Espero que al llegar a Ekero , Mia encuentre un soporte para su vida, ella está sola y necesita tener a alguien a su lado, o algo por lo que ilusionarse, que le de vida.

—¡Buenas noches Azura! Que descanses...

—¡Buenas noches, Mia! Dulces sueños, piensa bonito...

La noche es cálida, me gusta el silencio y esa pequeña brisa de aire que toca mis mejillas, acariciándome, me gusta pensar, hacia mis adentros, y saco todo lo positivo de esta experiencia, que me está tocando vivir.

Me gusta dejar lo negativo en el pasado, porque cada día que pasa me alejo de el, por que vivo el presente, como si fuera el ultimo día, y lo vivo lo mejor que puedo, y miro hacia el futuro, que cada día veo más cercano, a cada paso que doy, sé que me acerco más a el.

¿Como estará, Cillian ? ¿Y mi familia, estarán todos bien?

¿Llegare a tiempo, para sacarlos de la pesadilla en la que viven?

Lo único que quiero, es estar con todos ellos, tenerlos a mi lado, y por fin ser feliz...




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