Caminé por la calle de la señora que siempre vende dulces desagradables, la miré por unos segundos y ella también me miro, no lo sé, hay veces en las que me manda esas miradas totalmente extrañas, una sonrisa se dibujó en su cara, pero no de esas sonrisas que siempre manda, si no una muy distinta, totalmente diferente, miré al frente totalmente extrañada pero justo choqué con una persona.
-¡Oh mierda!.-escuché a alguien decir.
Delante de mi, tirado completamente un chico de pequeños shorts se encontraba tirado mientras agarraba sus pastillas y las colocaba en un pequeño frasco.
-Oh, no, no, no ¡mi mamá me va a matar!.-dijo asustado, alcé las cejas extrañadas.
-Gracias rubia, ahora mi amigo visitará el hospital por un mes.-iba a decir algo pero vi justo como el brazo del chico sangraba y votaba lo que era sangre.
-Pues para la próxima que se fijé por donde va.-dije mientras ponía ambas manos en mi cintura, miré al chico de gafas y luego me di cuenta que de lo conocía, era el chico ese que siempre soltaba insultos y que estaba en el Club ese en el que Henry siempre molesta.
El club de los perdedores.
-Alá, pero si es el Gafotas.-dije sonriendo mientras me cruzaba de brazos, el me miró con odio y me ignoró completamente mientras ayudaba a su amigo a levantarse mientras esté ya tenía todas las pastillas en el pequeño frasco.-Para la próxima dile a tu amigo que miré para delante, ¿bien? no queremos más accidentes aquí.-les dije a ambos, pero mi mirada puesta en el chico de Gafas, Richie.
-Tu también andabas distraída.-dijo el de shorts mientras miraba su frasco, con la mirada baja, alcé una ceja y chasqué la lengua.
-Sí, pero no andaba mirando las nalgas de una señora de 60 años.-le dije guiñándole un ojo y dándome la vuelta.
-¡Vete a chingar a otro, maldita perra!.-escuché al Gafotas gritarme, pero como respuesta, le enseñe mi dedo favorito, el del medio.
Una sonrisa salió de mis labios al no oír respuesta, había ganado.
Editado: 09.10.2019