Caminé junto a Beverly ante la atenta mirada del caluroso sol de Derry, yo iba jugando con los hilos de mi sudadera, mientras que Beverly, bueno, ella se encontraba jugando con el dinero de que se encontraba en su mano derecha, sabía que por una parte se encontraba incómoda, yo la hacía sentir incómoda, pero oye, fue ella la que me invitó a venir, por que de no es por mi, me hubiera ido a mi casa, aunque bueno, pensándolo bien, es mejor estar aquí junto a ella.
-¿Quieres?.-le ofrecí de mi barra de mascar, ella niega con la cabeza, me da una vista rápida y vuelve su mirada al frente, ¿debería sentirme ofendida?
La farmacia del padre de Gretta se hizo presente en nuestra vista, le di un empujón mientras dejaba pasar a Beverly primero, al menos intento ser amable, ella me sonríe fugazmente, al menos hasta que aparta la mirada, lo primero que hago es ir a la sección de cigarros, me muerdo el labio fuertemente al verlos, cuanto quisiera uno, pero por desgracia, mi madre no es mucho de darme dinero, mientras que a mi hermana, si es necesario le da hasta la casa.
-Ya vuelvo.-me dice, la veo desaparecer de mi vista, alcé las cejas.
Beverly, en serio esperas que me quedé aquí parada? debe ser un chiste.
Sin hacerle caso, claramente, comencé a avanzar hacía donde se había ido ella, escuché la campana del lugar sonar pero sin embargo lo ignoré.
-En serio?.-una sonrisa sale de mis labios, y ella baja la mirada avergonzada.-tranquila, es normal. Somos mujeres.-ella asiente y me sonríe.
Ambas caminamos por el pequeño pasillo hasta que una voz nos hizo parar a las dos en seco.
-Hasta luego papá.-escuchamos la irritante voz de Gretta resonar, agarré a Beverly del brazo y la conduje al otro pasillo, pero paré de repente haciendo que ella chocara con mi espalda.
Bill Denbrough, Eddie Kaspbrak y el judío, Stan. Se encontraban delante nuestra.
Editado: 09.10.2019