― A mí me sobra un poco ― digo mirándola de reojo
― Yo podría seguir ― dice dándome una mirada coqueta ― ¿Te parece en el cuarto de regalos? Vi un peluche enorme que dudo que quieran en su casa.
― Bien ― digo y vamos riéndonos al cuarto de regalos, llegamos y al fin puedo probar esos labios carnosos.
De tímida no tiene nada.
Luego reacciono ― Espera, no podemos ―
― ¿Por? ― dice Rache abrazándome y besando mi mandíbula despacio.
― Le prometí a mi hermano no... digamos... Acostarme contigo ― digo mirando al oso triste
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Editado: 02.09.2018