TENEMOS QUE HABLAR
Decir que en el ambiente se sentía competitivo era poco, estaba tenso, no hacía calor y los dos muchachos sentados frente a frente sudaban frío, llevaban alrededor de treinta minutos de juego. Como era de esperar Luis le había ganado hábilmente a Antonio en la primera ronda, se habían tomado cinco minutos para la segunda y siguieron con Charlie. Algunos alumnos no prestaban atención a lo que tenían frente a ellos entre esos chicos estaba Anderson que leía un libro de Edgar Allan Poe y Fernando quien "disimuladamente" jugaba en su celular hasta que escucharon a Luis decir lo siguiente:
—Jaque mate —dijo sentándose bien en su silla. Todos dejaron de hacer lo que hacían y Clara fue a revisar el tablero, una vez hecho esto me dio una señal a la directora.
—Bien hecho, señor Hamilton —la señora se levantó de su silla y se colocó en frente de Charlie. —Señor Scott debo admitir que dio una muy buena pelea el señor Hamilton al igual que el señor Grant; sin embargo, solo puede haber un ganador. Felicidades, señor Hamilton ha demostrado su inteligencia ante este primer extraescolar y dos partidos de ajedrez —una ola de aplausos resonó en el gran lugar.
Luis se levantó de la silla al igual que Charlie y se dieron un apretón de manos, Antonio subió al escenario y también les dio la mano a sus compañeros. Una vez terminado los muchachos bajaron y sus compañeros los abrazaron y felicitaron por su esfuerzo por Luis, bueno él fue al que mejor le fue los chicos del equipo de rugby lo levantaron del suelo y se lo llevaron para festejar. A los otros dos solo los dejaron de lado. Poco a poco el aula se fue vaciando hasta que solo quedaron los señores de la limpieza, algunos del staff y... Clara que les ayudaba a recoger lo que había quedado en el escenario, Bruno no iba a desperdiciar esta oportunidad para hablar con ella, lo necesitaba, ambos lo hacían, pero eran demasiado orgullosos para aceptarlo.
—Mariposa... —la llamó estando abajo, mientras ella les indicaciones a los chicos del staff para bajar la mesa. —Mariposa —insistió —Clara —alzó la voz.
—¿Necesitas algo, Anderson? —volteo a verlo de una manera inexpresiva como ya era común esos días.
—Sí, hablar contigo de lo que sucedió en... —ella no lo dejó terminar haciéndole señales son unas hojas que tenía en la mano cortándole.
—No tenemos nada de qué hablar, novato, olvida lo que sucedió en ese lugar que no volverá a suceder, lo que pasó ahí se queda ahí —saltó del escenario quedando frente a él.
—Mariposa, tenemos que hablar, si estás enojada conmigo está bien lo entiendo, fui un estúpido, pero por favor no me alejes y no me pidas algo que es imposible —rogó.
—No es imposible, solo inténtalo, con el tiempo entenderás que es mejor así y creeme lo agradecerás al mundo entero —iba a irse, pero se interpuso en su camino —Déjame pasar, por favor, Anderson, no tengo tiempo para y tus jueguitos.
—Dame otra oportunidad.
—Estoy ocupada, puedo hablar en este momento —evitó tratando de esquivarlo.
—Por favor.
—Yo te dije que no confiaba en las personas, que te iba a costar mi confianza y yo como idiota la soy fui demasiado rápido porque no se que hacer en estas situaciones y te conté algo de un tema que no le cuento a cualquiera, te enojas conmigo por algo del pasado, luego te vas dejándome con una sensación extraña y una de culpa ¿crees que no me voy a enojar? Esto... no sé si está yendo muy rápido o muy lento, no, no lo sé, ¿de acuerdo? No soy buena para esto, te lo dije. Ahora solo quiero que me dejes pasar, hablamos luego cuando tenga tiempo —sin remedio la dejo ir.
***
El timbre del apartamento sonaba horriblemente mal creando un fastidio en la cabeza de Clara debía cambiarlo lo antes posible de no ser así le explotaría la cabeza.
—¡Joder, que ya voy! —grito por novena vez yendo a la puerta —será mejor que sea buena tu excu...sa —al abrir la puerta no se imaginó encontrarse a toda una manada de chicos y chicas en su puerta, creyó que era Will que la venia buscar para salir cosa para la cual tenía ganas—¿Qué mierda... está pasando?
—¿Aquí es la fiesta? —pregunto el chico que estaba enfrente de todos con una peluca de payaso.
—¿Que- qué fiesta? ¿Qué hacen ustedes aquí? —le preguntó tratando de cerrar poco a poco la puerta sin que se diera cuenta.
—La fiesta de celebración por haber ganado la primera etapa del extra —explicó animado.
—¿Y quién les pasó mi dirección? —frunció el ceño.
—No lo sé, un número desconocido nos mandó a esta dirección con la información de que se haría una fiesta aquí.
—¿Que nunca les dijeron que no deberían hablar con desconocidos?
—Técnicamente no hablamos con ellos solo seguimos su indicación — señaló un jovencita asomando su cabeza.
—Como sea, lamento reventarles su burbuja, pero aquí no hay ninguna fiesta de iniciación o lo que sea así que pueden irse o mejor dicho les invito a retirarse de mi casa. —la estampida de chicos hizo un coro de ah decepcionados.
—Oh, ¿en verdad? —pregunto el chico y Clara asintió afirmando —De acuerdo gracias y disculpa las molestias. Vámonos chicos aquí no hay fiesta.
—No hay problema —cerró la puerta y apoyó su cuerpo en ella, luego de unos minutos se alejó de ella entonces volvió a sonar ese terrible timbre — ¡Que no hay fiesta de tango!
—Oye, tranquila yo acabo de llegar, pero eso de una fiesta suena tentador —Will apareció detrás de la puerta con su uniforme deportivo azul y una sonrisa.
—Ah, eres tú.
—Suenas decepcionada por mi aparición ¿qué pasó? —pregunto curioso.
—Bueno una bola de gente se presentó en mi puerta hace menos de cinco minutos —explicó. — ¿Qué haces tú aquí?
—¿No puede venir por mi hermana a su departamento luego de que le hay dicho que pasaría por ella? —bromeó recordando lo que le había dicho antes de iniciar las clases.