Ronaldo cruzó los brazos y refutó lo siguiente:
-No, Carlos, no quiero que te acerques a Jossimar ni a Joaquín.
-¿Por qué no?
-Ellos no te convienen.
-¿De qué rayos hablas?
-No son los que tú crees.
-Ronaldo, esto es bastante serio. El problema radica en la discordia que existe entre Dorian y Joaquín.
-Tú no debes meterte en esa pelea. No me gustaría que resultes herido.
-Al menos dime qué sucedió en la fiesta de Gabriel.
-No.
-Oye, Ronaldo, dime lo que pasó. Te prometo que te lo compensaré.
-¿Cómo?
-Bueno, yo sé que también quieres que te deje manosearme. Podría permitirlo si es que hablas.
-La verdad es que prefiero no hablar de lo ocurrido.
Carlos deslizó sus manos en su tronco. Ronaldo trató de contener la respiración y se mordía los labios.
-Solo te pido una pequeña cosa para que no hayan más problemas. Así que dime.
Carlos bajaba lentamente su mano, apuntando a la entrepierna de Ronaldo.
-Está bien. Por favor detente, Carlos. No juegues con las ganas.
-De acuerdo. Te escucho.
*****
Jossimar estaba en el piso, sentado en una esquina de la sala. Carlos creyó haberlo escuchado llorar.
-¿Todo está bien, Jossimar?-le preguntó.
-No, Carlos, pero no quiero hablar con nadie. Déjame solo.
-Pues tienes que hacerlo aunque no te guste. Yo estoy dispuesto a apoyarte.
-Carlos, en serio no es un buen momento. Vete, por favor.
-De acuerdo. Te veré en clases.
Carlos se retira de ahí.
El martes entró un compañero conocido por los demás. Su nombre es Martín Palacios. Gabriel le preguntó:
-¿No deberías estar en reposo?
-No, Gabo, porque después reprobaré este semestre.
-El coordinador te ayudará con las faltas.
-Igualmente quiero aprender algo mismo.
-De acuerdo. Tú decides.
Se sentó al lado de Carlos. John le comentó:
-Ha sido una mala idea que retornes luego de lo que sucedió.
-No me siento afectado por eso.
-Ojalá fuera cierto lo que dices, Martín.
-Mejor quédate callado, John.
Carlos sintió que no era apropiado estar en ese ambiente extraño. Pero no podía salir sin dar explicaciones.
Milton y Roberto se acercaron a conversar con Carlos.
-Carlos, antes que te vayas, quisiera saber por qué te fuiste de la fiesta de Gabriel.
-No es un tema que se deba hablar.
-Somos tus compañeros. Puedes confiar en nosotros.
-No es prudente. Por ahora me gustaría que no traten de investigarme.
-De acuerdo. No te molestaremos más.
Ellos se alejan de Carlos, quien sigue caminando a la salida.
*****
-Me enteré que fuiste a hablar con Jossimar. ¿Por qué?
-Era solo algo que me enteré por medio de Ronaldo.
-¿Aún sigues recibiendo información de su parte?
-Nada ha cambiado, John. Así que no puedo darte más detalles de lo que sucedió.
-Pero has ido en un mal día. Jossimar pasaba por un choque emocional.
Por eso es que él no quería que nadie le interrumpa.
-Yo creía lo mismo.
-No debería afectarte. Espera a que se recupere.
-Yo puedo esperar. El problema es que no me gusta lo que está pasando.
-¿No crees que estás exagerando un poco?
-Para nada. Lo que pasó en la fiesta de Gabriel me ha dejado tan inquieto que no puedo dejar de pensarlo.
-Cálmate, Carlos. Recuerda que hay que estudiar para los exámenes.
-Sí, lo recuerdo con claridad. Ya me tengo que ir, John.
-Cuídate mucho, Carlos.
Al día siguiente, Carlos se admiró al notar la ausencia de Jossimar. Quizá todavía siga mal, pensó. En toda la jornada de clases trató de estar presente ahí aunque desconcertado por lo que presenció. En hora de salida, cuatro alumnos se aproximaron a Carlos.
-Te estábamos buscando, Carlos Márquez-dijo una chica.
-¿Quienes son ustedes?-preguntó.
-Yo soy Gislaine Paredes, presidenta de octavo semestre. Ella es Kristel Pacheco, presidenta de séptimo semestre. También están Joan Salas, presidente de cuarto semestre y Marcelo Estrada, presidente de tercer semestre.
-¿Por qué me estaban buscando?
-De seguro estás interesado en saber lo que ocurrió en tu curso el semestre pasado, ¿verdad?
-Sí. ¿Quién les habló de eso?
-Eso no importa ahora. Lo que te vamos a contar es una parte de la historia que nadie de segundo desea hablar.
-Podrían meterse en problemas si lo hacen.
-No le tenemos miedo a los de sexto. Ya conocemos bien a Joaquín Vélez.
-Estuvo en mi curso hasta cuarto. Dejó de estudiar 1 año porque no soportó más el ambiente en el que se encontraba.
-Gislaine y yo hemos observado un poco más cerca sus actos y todo lo demás que revela su personalidad.
-A nosotros nos metió en un gran lío. No tuvo una sanción grave porque justamente se compadecieron al enterarse de la muerte de Carla.
-Es una pena perder a un ser querido, pero no debió quedarse ese caso en el olvido.
-Marcelo...
-Lo siento, Gislaine. Me dejé llevar.
-De todas formas, evita llamar mucho la atención para que no seas tan fácil de ser su presa.
-Me están dando un poco de miedo.
-No era nuestra intención. Te pedimos disculpas, Carlos.
-Para poder ayudarte en la búsqueda de la verdad-continuaba Joan-, deberás hacer una promesa.
-Si la rompes, nos meteremos en un gran lío-añadió Marcelo.
-¿Qué dices, Carlos?-le preguntó Gislaine.
Carlos, un poco confundido por lo que escuchó, suspiró mientras coordinaba soltar una respuesta apropiada.
-Acepto la promesa-fue su respuesta luego de unos segundos de incertidumbre.
No sabía si tomó la decisión correcta o no, pero como ya no tenía más opciones, ellos eran un comodín para su búsqueda. Se alegró por eso al mismo tiempo que escuchaba la promesa acompañada de un trato.
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Editado: 19.11.2024