La mañana fue muy brillante y colorida para ambos. Carlos y Ronaldo están tomando una ducha juntos. Se secaron con la misma toalla y se vistieron a la par.
-¿Cómo sigues, mi niño?-preguntó Ronaldo.
-Ya estoy mejor. Creo que solo necesitaba dormir.
-Estoy muy feliz de que estés bien.
-Gracias, amor. Te amo.
-Yo más a ti.
Se besaron. Ronaldo sonrió. Carlos también.
-Es hora de irnos a clases, mi niño hermoso.
-Sí, amor. Vámonos.
Carlos y Ronaldo salieron del departamento.
En hora de clase, los grupos estaban reunidos en diferentes puntos del aula. Carlos, Francis, Gabriel y Martín empezaron a conversar:
-Bueno, nosotros ya tenemos todo finalizado gracias a unas horas de desvelo y a la ayuda de Dennys.
-Te hace bien tenerlo como novio.
-Dennys es muy especial para mí. Cada minuto a su lado es un encanto. Y es bastante ágil para investigación y estadística. Él me enseñó todo lo que necesitaba aprender.
-¿Y han hecho travesuras juntos?
-¡Francis! ¿Acaso quieres saber lo que hacemos?
-No me des tantos detalles. Solo dime si han hecho o no algo.
-Sí, ya hemos tenido relaciones sexuales en dos ocasiones.
-Parece que Gabo ya conoció un poco la diversión.
-Bueno, antes de comenzar a hablar sobre el proyecto, tengo que contarles algo.
-¿Qué tienes, Martín? ¿Algún problema con Marcelo?
-Algo así. El problema está en que Marcelo tiene un autoestima muy baja y muchas inseguridades. Pasa algo cabizbajo y es retraído. No sé cómo se animó a ser mi novio si no podemos estar juntos de una manera positiva.
-Ya veo. Entonces, ¿has pensado en hablar con él?
-Sí quiero. Todavía quiero estar con él y no lo dejaría solo. Creo que en este caso quien puede tener un diálogo con Marcelo es Assael, Lenin o Carlos.
-Bueno, podríamos hablar los tres con él. Es increíble que llegó a ser presidente de su curso.
-Él se opuso al inicio, según me contó. Sin embargo, el profesor Mendieta le insistió porque sabía que es responsable y sus compañeros creen en él.
-Debió ser muy duro para él.
-Pudo asimilarlo. Y yo espero que los tres hablen con Marcelo.
-De acuerdo. Voy al baño, chicos.
Carlos se levantó y entró al baño. Cerró la puerta con seguro
Marcó al número de Assael.
-¿Hola? Te habla Carlos, tu compañero. Gabriel me dio tu número. Necesito tu ayuda en algo. Y yo sé que eres el indicado para esto.
Estuvo contándole con todos los detalles necesarios para que esté enterado de lo sucedido.
Un par de horas más tarde, Lenin, Carlos y Assael se reunieron con Marcelo en el patio del campus.
-Oigan, muchachos, ¿para qué me hicieron venir?
-Fui yo el de la idea, Marcelo. Ya hemos hablado tú y yo antes, pero no como ahora. Agregué tu número cuando el coordinador me pasó tu contacto. Creo que no lo recuerdas ahora porque han ocurrido demasiadas cosas extrañas.
-Es cierto.
-Marcelo, tú y yo entramos al curso de inducción al mismo tiempo. Por eso nadie del curso me conoce tanto. Tú y yo hablamos hasta cuando yo repetí primer semestre. Y me contaste de lo que pasaba en casa.
-Assael, esto no se debe hablar ahora.
-Mira, por lo poco que sé de ti, creo que eres un buen chico y puedes lograr más de lo que te imaginas.
-Gracias, Lenin.
-Bueno, yo ya pasé por el asunto de ser el nuevo y entiendo a Carlos a la perfección. Por eso acepté venir y convencí a Lenin.
-Fabian no estaría muy contento, pero ya me arreglaré con él.
-Al punto que quiero llegar: en primer semestre, tuve muchos contratiempos por culpa de mis anteriores compañeros. En esa universidad, existe gente muy caprichosa y engreídos con lujos que son más grandes que su humanidad. Yo rompí los esquemas de ser el niño retraído y pobretón para enfrentarme al malvado Mayron Brown. Todos tenemos un demonio que nos hace creer que somos inferiores, que no valemos nada y que nunca podremos ser mejores que ayer. Y tú mismo eres el único de demostrarle que no es cierto.
-Yo luché por una relación sana y estable con Fabian y lo logré. Desde el curso de inducción somos novios. Y nadie ha podido cambiar eso.
-Yo tuve que mantener mi relación con Marcel en secreto hasta que Mariela lo divulgó. Sin embargo, la mayoría del curso me apoya, incluyendo a Carlos.
-Si crees que Martín no es una buena compañía, al menos deberías tener un motivo. Solo no lo dejes con la duda, ya que la incertidumbre podría empeorarlo. Cuando te pidió ser tu novio, jamás pensé que estaría tan contento. Es como que se le olvidó su accidente y cuando fue herido con una bala.
-Martín puede soportar todo eso y más. Él ha estado buscando un compañero para los buenos, los malos y los peores momentos que uno tiene.
-Entonces, ¿qué dices?
Marcelo agachó ligeramente la cabeza y juntó sus manos en un puño. Luego, empezó a manifestar lo siguiente:
-Cuando entré a conversar con Assael, jamás pensé que estaría con un compañero tan atractivo. Martín me sonrió y yo me sonrojé. Empezamos a charlar en Facebook y sentimos que había química. Entonces, salimos una vez y nos besamos.
-Eso es encantador.
-Me gusta Martín, estoy enamorado de él y no hay otro igual a él. Solo que...no quiero que mi actitud le afecte.
-Él podrá manejarlo. Y yo te pregunto, ¿podrás hacerle frente al compromiso?
-Sí, Carlos. Yo me comprometo a estar en una relación sana con Martín. Acepté ser su novio porque en gran parte esperaba el momento que me lo pidiera. Aunque, por otro lado, no salíamos mucho. Es algo bastante extraño, ¿no?
-La verdad no tanto.
-Tienen todo este tiempo para salir y conocerse más.
-Además, recién están empezando. Si ustedes dos sobreviven a los dos primeros meses, podrán seguir de largo.
-O al menos podrán empezar a tener una base para una relación sólida.
-Ronaldo y yo tenemos tres meses de relación y en dos semanas más cumpliremos cuatro. He aprendido a manejar mi vida personal con lo académico y, por más cruel que suene esto, yo nunca hago deberes grupales con él. Solo hablamos de eso a solas.
-Fabian y yo hemos trabajado muy pocas veces juntos, pero nos ha ido de maravilla.
-Trabajar con Marcel es increíble. Me encanta su astucia, su inteligencia y sobre todo su paciencia.
-Veo que ustedes se llevan bien con sus novios, quienes son sus compañeros de curso. En cambio yo...no sé mucho sobre Martín. Lo poco que sé lo he escuchado de Gabriel y bueno, aunque no lo crean, Martín fue en parte nuestro compañero en primer semestre, pero se retiró antes de terminarlo. Por eso no llegué a saber mucho sobre él. En cambio tú, Assael...
-Somos buenos amigos.
-¿Te puedo hacer una pregunta?
-Sí, Carlos.
-¿Tú quieres a Martín de esa manera?
-Lo quiero tanto como jamás pensé querer a alguien. Martín es...ese alguien que necesitaba en mi vida. Y no me gustaría perderlo.
-Si no quieres perderlo, entonces confía en él y háblale cuando te sientas mal. Eso hice yo con Ronaldo y nos hemos fortalecido. Ronaldo me contó su pasado y la verdad lo sigo admirando por como es.
Marcelo sonrió y dijo:
-Voy a llamarlo para que venga. Gracias chicos por estar conmigo.
-Hazlo que repase para el proyecto. Mañana es la exposición.
-Lo haré.
Carlos, Assael y Lenin se van. Marcelo sacó su celular para llamar a Martín.
-Hicimos un buen trabajo, Lenin.
-Sí, Assael. Y fue gracias a Carlos.
-De hecho fue Martín quien me dio la idea. Yo solo la ejecuté.
-Es todo un genio.
-Lenin, ¿es Fabian el que está sentado allí?
Regresaron a ver hacia un lado.
-Creo que si. Y parece que está con Marcel.
-Debemos ir allá. Carlos, es una pena que debamos dejarte aquí.
-No se preocupen. Iré al sitio de Ronaldo. Está cerca del campus.
-Bien. Nos vemos mañana.
Assael y Lenin caminaron hacia sus novios. Carlos regresó a mirar donde estaba Marcelo.
De repente, siente unas manos que cubren sus ojos. Por el aroma, ya supo de quién se trataba.
-Hola, precioso.
-Ronaldo...
Le descubrió los ojos y sonrió.
-Acertaste. Te ganaste un beso.
Le dio un beso corto en los labios.
-Pensé que estarías donde tu madre.
-Estaba yendo para allá cuando te observé desde lejos. ¿Qué hacías por acá?
-Vine a hablar con Marcelo. Y justamente iba a buscarte.
-Aquí me tienes, mi niño. Soy todo tuyo.
-Y yo tuyo. Ronaldo, estuve pensando en lo de vivir juntos.
-¿Y qué decidiste?
-Me gustaría vivir contigo, amor.
-Carlos, sería muy hermoso vivir contigo. Te ayudaré con la mudanza al terminar el tercer semestre.
-¿Signfica que viviremos juntos a partir del cuarto semestre?
-Eso mismo, amor. Por eso te pido que cuando ya se dé la mudanza, no tengas miedo de estar a mi lado.
-No lo tendré, amor. Yo estoy seguro de eso.
Ronaldo lo abrazó y besó su frente.
-Ronaldo, tu caballero, tu príncipe vendrá a rescatar cuando estés en peligro.
-¿Te he dicho que sueles ser muy imaginativo?
-No, aunque sí lo soy.
-Me gusta que lo seas.
-Pensé que no. ¿Quieres ir donde mi madre?
-Sí, amor.
Ronaldo y Carlos salieron de la universidad.
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Editado: 19.11.2024