Mientras me pongo a pensar en qué decirles a mis padres este chico se la pasa jugando con mis cajones de ropa, los abre y cierra una y otra vez.
—Oye deja eso y ayúdame a pensar en algo—le dije algo frustrada, pues no se me ocurre nada.
El chico dejo de jugar y volvió a sentarse en la cama.
—Yo no sé qué decirte, no sé cómo funcionan las cosas aquí, ¿No puedes solo decir que yo estaré aquí y ya?
—No, tengo que dar una explicación de porqué me fui durante tres días sin decir nada y regrese con un chico—la verdad sí se me ocurre algo, pero no es apropiado.
Observe al chico, y de nuevo note su ropa negra y gastada, no puedo presentarlo así, a no ser que diga que es un vago que me encontré en la calle y quiero darle alojamiento, ¡Sí!
—¡Al fin pensé en algo! Ahora solo debo justificar mi desaparición
Pero antes de que pudiera pensar en algo más escuche la puerta principal abrirse, y la voz de mis padres al entrar a la casa.
—No puede ser ya no tengo tiempo—me dirigí al chico—Quédate aquí hasta que te diga que bajes, primero hablare con ellos
Salí de la habitación y cerré la puerta con cuidado para que aun no escuchen que ya estoy aquí, me siento muy nerviosa, no quiero enfrentarlos, no sé cómo van a reaccionar, pero no tengo opción, así que baje la escalera y apenas estaba en la mitad de ella cuando me vieron, los tres están en la sala, mis padres y Marco, vi como sus rostros se iluminaron al verme.
—¡¡Abi!!—mi madre empezó a llorar y corrió a abrazarme apenas baje por completo la escalera
También mi padre y Marco hicieron lo mismo.
—¿Dónde estabas? ¿Qué paso?—mi padre empezó preguntar
Yo aún no tengo muy claro lo que les voy a decir.
—Hija lamentamos no haberte creído de ese hombre en tu habitación y mira lo que paso, ese maldito te secuestro—dijo mi madre, y eso me dio la respuesta que necesitaba
—Así es, ese sujeto me secuestro y…--aun no terminaba de hablar cuando Marco interrumpió
—¡Mira papa!—grito y señalo hacia arriba de la escalera
Todos volteamos, y vimos a ese extraño muchacho ahí parado observando, ¡Maldición! Le dije que no saliera.
—Deber ser el mal nacido que se la llevo y viene de nuevo—dijo mi padre--¡Vamos por él!
A lo que mi padre y Marco fueron furiosos tras el chico, él al ver que querían atraparlo corrió y se encerró en mi habitación, mientras ellos tratan de entrar, debo intervenir ahora antes de que lo atrapen.