Bajo la cama

Capítulo 16

Ambos bajamos hasta la sala, la cual está llena de gente, está mi familia y cinco oficiales, todos nos observan, el chico se esconde detrás de mí.

—Señorita necesitamos hablar con usted y con el chico detrás de usted—dice un oficial—Los demás sean tan amables de esperar en otra habitación

Mi familia y los otros cuatro policías se van del lugar, el oficial que se quedó me señala el sofá indicando que me siente, empecé a caminar y el chico me siguió, ambos nos sentamos en el sofá más grande y luego el oficial también tomo asiento frente a nosotros.

El chico no deja de mirar al oficial de arriba abajo, y el oficial igual con él, luego empieza a hablar.

—Muy bien, necesito que me cuente a detalle lo que paso desde el día en que despareció hasta el día de hoy, y que me diga quién es ese chico—y señalo al muchacho junto a mí

—Claro, le diré todo—y empecé a mentir lo más que pude

Le dije que cuando regrese a mi cuarto la primera vez que la policía vino, el sujeto apareció y me golpeó la cabeza dejándome inconsciente, y que cuando desperté estaba en una habitación vacía y oscura que tenía una ventana, y que estuve ahí sola por los tres días, le dije que nunca vi al sujeto, y que el chico junto a mí el tercer día rompió la ventana entro y me rescato.

—¿Y usted cómo supo que ella estaba ahí?—le pregunto el oficial al chico, él solo se quedó callado y yo rápidamente intervine

—Él me dijo que escucho mis gritos de ayuda mientras pasaba por el lugar y pues quiso ayudarme, luego me trajo de regreso hasta mi casa, y estoy muy agradecida con él

El oficial parece no estar convencido.

—¿Por qué no habla él?—pregunto 

—Es muy tímido—solo respondí eso

—Pues que al menos me diga su nombre—y volteo a verlo directamente a él—¿Cómo te llamas muchacho?

Ahora que lo pienso ni siquiera yo lo sé. Él chico esta mudo, parece asustado de nuevo, voltea a verme como esperando que yo responda, ¡¿Qué ni siquiera sabe su nombre?!

—Disculpe oficial—interrumpió otro policía desde la otra habitación—Venga un momento por favor

—Ahora vuelvo—dijo el oficial y se marcho

—¿Por qué no respondes?—le reclame susurrando para que no escuchen

—Es que no tengo un nombre—dijo

—¡¿Qué?!

—Pues no lo tengo, nunca nadie me ha llamado por un nombre ni nada

Maldita sea, tengo que darle un nombre, y pensar rápido porque el oficial ya está volviendo.

—¿Y bien?—dijo mirando al chico, y yo respondí con el primer nombre que se me ocurrió

—Se llama Adrik, no lo quiso decir porque le da vergüenza hablar, le digo que es muy tímido—el oficial volteo a verme

—Bien eso no importa mucho, por ahora explíquenme una cosa, o mejor dicho usted señorita ya que el caballero no habla, mi compañero me mostro hace un momento su primera declaración de la descripción del sujeto que estaba en su habitación, en la cual usted solo destaco unos grandes ojos azul brillante, los cuales curiosamente coinciden con nuestro querido y mudo Adrik, ¿No le parece una gran coincidencia? –dijo el oficial

¡Rayos! Esto está empeorando.




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