Leah
Encontrar la manilla no fue complicado, era simple, un arco de oro blanco con pequeños diamantes incrustados y en cuyos extremos colgaban una estrella dorada con toques morados y una luna, la había diseñado con las piedras que recolecte a lo largo de mis cumpleaños, para recordarme que siempre hay algo bueno en lo que nos pasa, después de todo solo en la noche aquella a la que todos odian y en medio de la que se esconden los monstruos esta la maravilla mas hermosa, las estrellas.
-es aquí capitán, dije mientras me la ponía, el hombre asintió y expreso no se si para consolarme a mi o para consolarme a si mismo
-el príncipe es fuerte, todo estará bien
-¿además de un recate que mas podrían estar buscando?, digo quien puede ser tan estúpido para secuestrar a un príncipe además quien podría conocer tan bien el lugar y no ni se te ocurra decir que era un robo yo también estaba allí y el único objetivo era el príncipe
-no eres tonta niña y no esperaba que lo fueras, pero la verdad en este momento no se nada, aunque puedo asegurarte que hare lo posible por encontrar a el culpable
Asentí y seguí caminando
El capitán rasco su cabello, el castaño venteado de blanco y su sonrisa estiro algunas arrugas ya presentes, esta vez fue el quien rompió el silencio
-que planeas hacer una vez salgamos del laberinto
- le estoy dejando ese problema a la Leah de mas tarde, espero dar con una maga o que alguien halla encontrado una pista para entonces
Soltó una carcajada sincera, al punto que se me contagio y yo también empecé a reír, la mejor medicina en un momento tan estresante como este, sin embargo, no duro mucho, llegamos a la salida y el monstruo del que estaba intentando escapar llego, era hora de tomar una decisión de la que no tenía ni idea
-que haremos si Alan no resiste, va a ser culpa mía, él se fue con ellos para salvarme y yo solo solo lo dejé ir, fui una cobarde y no hice nada Ángel, es mi culpa
Unas lágrimas iniciaron a deslizarse por mi mejilla e hice un gran esfuerzo por controlarme para que las demás no salieran, cerré los ojos y empecé a respirar, por más que intentase ser fuerte y ser el corazón de hielo que las distintas necesitaban, la que no sentía dolor ni se metía en problemas, a veces no soportaba, habían situaciones que me demostraban que yo era de carne y hueso como los demás, que sentía miedo y tristeza y por más que luchara para no salir lastimada yo no iba a salir exenta, era ley natural debíamos caer para levantarnos más fuerte, no importaba cuantas grietas tuviéramos eso solo nos hacía crecer, nos apagábamos para resurgir con el brillo de una estrella, todo va a estar bien todo va a estar bien, me decía a mí misma para controlarme esperando que esas palabras se hicieran realidad, cuando menos pensé unos brazos musculosos me rodearon
-confía en mí, todo va a estar bien
Di una leve sonrisa y correspondí el abrazo, no había pasado mucho cuando una voz nos interrumpió
-gracias a mi todo va a estar bien
Esa voz la reconocía, era la misma voz de mosca muerta del supuesto amigo de Alan, pero ¿Cómo estaba aquí? ¿a él no lo habían transferido o estaban por hacerlo?
- dos cosas primero y más importante porque dices eso y segundo y solo por educación ¿Qué rayo haces aquí parasito?
Pregunte un poco atropellado mientras me alejaba del capitán y me acercaba a el tipo que estaba enfrente mío con una sonrisa de oreja a oreja
-¿de dónde salió el parasito? No es tan complicado decir Jared, J-A-R-E-D que mis padres no se demoraron pensando mi nombre para que una simple asistente venga y me lo cambien
Paso por mi lado y siguió hasta quedar enfrente del hombre que hace pocos segundos me estaba dando fuerza
- Un placer capitán, resulta que recibí una llamada de la reina muy preocupada por el paradero de Alan, por lo que volé inmediatamente hasta aquí con una maga de primera para rastrear al príncipe, ¿contenta asistente?
Dijo esto último mirándome a mí con una sonrisa petulante, el capitán no perdió tiempo y me salvo de terminar en la cárcel por asesinato, yo no era paciente, y ya había sido muy condescendiente con la cigarra, sí lo aceptaba no era la mejor poniendo apodos, había leído la fábula de la cigarra y la hormiga y estaba seguro de que él era como la cigarra y que solo se alimentaba de Alan como un parasito, pero eso no era lo importante ya buscaría en los libros un apodo adecuado
- ¿se puede saber quién es la maga? Tengo de fuentes directas que estos no están disponibles, pregunto Ángel
- Así es señor, pero esta maga trabaja para el reino donde fui nombrado, si gusta se la puedo presentar
- Haga el honor, por favor
- Stela adelante
Y de en medio de los árboles salió unos ojos cafés que yo conocía muy bien, la dueña de esa cabellera crespa, pantalones oscuros y blusa blanca era mi prima ahora con el nombre de Stela ¿Cómo había llegado a otro reino? Y peor aún ¿Por qué estaba con el parasito? Hasta donde yo sabía estaba en mi apartamento investigando sobre la segunda piedra, primero el tal Jed y ahora está mujer, mejor que rezaran que yo nunca tuviera el poder que tenia Alan de lo contrario ya estarían en la guillotina, ni que tuviera libertad con mi magia porque la imaginación me sobraba, no era hija de mi madre por nada , que sonrieran después de todo el que ríe de último ríe mejor, pero de eso me ocuparía después, lo principal ahora era salvar al príncipe