Gracias a eso pude calmarme un poco y seguir.
Al entrar a la habitación, mi padre comenzó a buscar algo, le pregunté que estaba buscando a lo que respondió, que un asiento, dude, pero le dije que no lo hiciera, pero él insistió y me trajo un asiento.
Yo me senté con mucha curiosidad por lo que me diría, trate de imaginármelo, pero no pude, entonces él hablo
- suspiro - Luna, mira tengo mucho que quisiera decirte, no sé si podre ser capaz de hacerlo, puedo ver en tu rostro que quieres una respuesta ante mi desaparecida, pero no sé cómo explicarlo, pero lo intentaré
- Papá, no sé que ha pasado es por eso que no te he juzgado, pero, si me gustaría una explicación sobre el divorcio entre tu mi mamá, por favor.
- Si, lo haré, mira Luna yo cuando era más joven vivía en Alemania y en realidad fui un empresario, no muy reconocido, pero si ambicioso, lo que más deseaba era el dinero, sin importar las formas para conseguirlo, mi empresa era pequeña, pero estable, trate de ganar más y más hasta que me perdí a mi mismo, por tanto, trabajar.
Un día colapsé y al despertar lo único que me importo fue la negociación que me había perdido, estaba tan furioso, que rápidamente me levante de la cama del hospital y fui a rogarle una nueva oportunidad para la negociación, yo no quería perder tal oportunidad, había escuchado de algunos amigos que este hombre tenía unos negocios que hacían que ganase mucho dinero aunque la verdad nadie sabía de qué se trataban, solo había rumores de que él era un mafioso, muchos en la empresa me pidieron que recapacitara, que pensara bien con quienes estaba involucrando a la empresa y que investigara más, pero yo cegado por la cantidad de dinero que podría ganar no me importaron sus palabras.
Editado: 21.04.2022