Una sola noche basta para sentir mierda.
Odio entrar en esos tipos de pensamiento, hace que solo quiera tírame de un décimo piso y acabar con mi vida, odio con todas mis fuerzas despertar llorando porque sé que será un día más de mierda en mis días a días, días que solo quiero gritar con todas mis fuerzas a esas personas que se encargan en hacerme la vida más miserable de lo que ya es.
También porque cuando entre más pienso más sobre pienso y luego se vuelve tedioso, mis pensamientos solo están concentrados en una sola cosa y eso no me gusta. Me hace sentir con bajo autoestima.
Llegó a ignorar a mi entorno y solo pensar en porqué tuve que nacer así, una vida que solo me trae problemas, desilusiones y ya.
En fin.
Toca levantarse para ir a la escuela, pero la verdad no tengo nada de ganas. Bueno no es como si, siempre me gustara ir, pero tampoco me gustaría quedarme en casa o en el negocio, así que lo mejor seria ir al colegio que sé que nadie me trataría como en casa.
Siempre soy la última en levantadme, pero la primera en despertar; odio despertar y estar solo acostada.
Pero también odio levantarme y que mi padre esté por ahí despierto, me siento demasiada insegura.
Siento que mi corazón se oprime de solo escuchar su voz.
Siento que en cualquier momento me regañara o me pegara si hago algo malo al no más levantarme.
A si que prefiero ser la última en levantarme y solo hacerme la dormida y esperar que se vaya.
Pero como es de costumbre siempre toca la puerta de mi cuarto y hace que me estremezca de miedo.
Odio ese mal rato de la mañana.
-¡¡¡KATHERYNE!! – si sus gritos y la tocada de mi puerta hace que solo me tape de pies a cabeza y tape mis oídos, nunca se lo que dice solo escucho gritos, y la verdad nunca quisiera volver a escuchar lo que dice.
Solo hace que me sienta peor de lo que siempre estoy.
Y doy inmensas gracias a dios por que no tiene las llaves de mi cuarto, si eso fuera a si posiblemente tuviera ataques de nervios y si me ve en ese estado no tendría piedad y agarraría el lazo que siempre tiene y me pegara.
Aunque eso no sería la primera vez.
A si que solo toca hacerme la dormida, taparme los oídos, fingir que nada pasa, esperar a que él se vaya, y listo.
Podré levantarme a gusto al saber que él ya no anda por ahí.
La verdad me alegra saber que el se va antes que nosotros, a si no tengo que preocuparme que el ande por ahí y verlo; ni tampoco tener que sufrir un incómodo momento de decirle: “buenos días” y que desde ese momento empiece a decir esas cosas hirientes que odio escuchar de su boca.
- MARGARET!! BAJA YA QUE SE TE HACE TARDE – al escuchar el grito de mi madre se que mi padre se fue y puedo despertar más tranquila, veo mi reloj y veo que solo falta media hora para poder llegar a clases.
- AAH!! Ya es tarde – me levanta de un golpe me baño apresuradamente y alisto todo en cuestión de segundos – el tiempo definitivamente corre más rápido que yo – me digo a mí misma bajando de mi cuarto a la sala donde mi madre se encuentra cocinando – Ma lo siento, pero ya es tarde, no me queda tiempo de desayunar, nos vemos – le digo dándole un beso en la mejilla y salir corriendo de mi casa a la escuela.
La verdad me siento mal al no desayunar, pero se que mi madre no me prepara el desayuno sabiendo que por culpa de mi padre y mi maldita inseguridad que el ande ahí me agarra siempre la tarde.
Sali apresuradamente de mi casa, quería llegar lo más temprano posible y no llegar tarde, ya muchos días lo ha hecho como para otra vez llegar tarde a estudiar, aunque no me culpo, se que no es mi culpa aunque en parte si la sea.
Se que es mi culpa, porque si fuera mas valiente y no tuviera miedo a mi padre y que si sus palabras solo las pasara de largo, muy probablemente, llegaría a tiempo.
-ahora p-prometo dormirme temprano y dejar de p-pensar eso – me detuve en seco y di un fuerte suspiro para normalizar mi respiración aun sabiendo que no es que yo no quiera dejar de pensar en esas cosas, es que siempre llego a pensar en eso, bueno no siempre, solo cuando mi padre está cerca mío y me grita, así que se que es una promesa vacía – doy gracias a todos los universos que la escuela este cerca de mi casa!! – casi grito, pero más bien eso fue como un chillido agudo.
Tener la escuela cerca en una ventaja, si viviera lejos, y si vivera ese mismo estilo de vida se que muy probable no estudiara.
- casi la dejan afuera otra vez señorita Miller – me dijo la profesora que se encarga de recibir a los alumnos.
- lo siento señora Choi no volverá a pasar – ella solo me regalo una sonrisa eh hice una reverencia; ella es de corea del sur, así que no me siento mal al hacer una reverencia, creo que es costumbre por los doramas que veo.
La señora Choi es una gran persona de verdad, ronda los 35 a 40 años, si no más, pero siempre ha sido buena persona conmigo.
Cuando llegue al aula aún no habían tocado, pero ya faltaba poco, en todo eso se fui a mi asiento y veo la Lilian mi mejor amiga.
-cuando será el día que no vengas tarde – me dijo dándome una risa con sarcasmo
- ese día hago fiesta en casa, estás invitada – le digo riendo, sabiendo que jamás pasara.
Ella no sabe los problemas que vivo en casa, la verdad detesto que las personas sepan lo que vivo, odio sentir que las personas sientan lastima por mí.
Se que jamás podrán ayudarme o darme el valor para afrontar eso, sabiendo que soy la persona más débil del universo, y se que jamás lograre ser fuerte como aparento ser.
- no pues gracias – ambas reímos de mi mal chiste.
- por cierto, mañana queríamos ir de comprar… ¿te apetece ir? – odio que me pregunten si puedo salir, siempre tengo que dar una excusa para decir que no. – ¡¡y vamos no me digas que no!! Siempre das una excusa, por tu comportamiento todos piensan que te la pasa de fiesta en fiesta, pero si supieran que nunca hemos salido juntas, serias la burla del aula – la escucho reír y pienso en eso.
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Editado: 25.01.2024