Bajo la Luna Roja: La Obsesión de Lafcrat

La Obsesión de Lafcrat

Hace muchos años en un pequeño pueblo vivía una hermosa muchacha llamada Helena. De caracter alegre, cabello rojizo y ojos esmeralda, era como una chispa de fuego entre medio de la gente del lugar. 
Siendo la hija única de un matrimonio ya mayor sus padres se preocupaban mucho por su futuro y de que tuviese un buen pasar, así que se pusieron en campaña para buscar un esposo que se casase con ella en cuanto cumpliese la mayoría de edad. Lo que ellos no sabían es que el corazón de Helena ya le pertenecía por completo a un hombre del que nadie podía saber, pues se trataba de su patrón, Christopher Lafcrat.
La joven hacia un año había comenzado a trabajar como sirvienta en la mansión de aquella acaudalada familia, y lo que empezó como un juego de miradas inocentes terminó por atraparla en un espiral de pasión del cual no podía escapar.
Christopher era mayor que ella y llevaba dos años casado con una mujer por la cual no sentía absolutamente nada, sólo por conveniencia de ambas partes. Ahogado en un matrimonio infeliz en cuanto esa muchacha apareció en su casa fue como una rosa entre medio de un jardín lleno de espinas para él. 
Su juventud, feminidad y belleza lo enamoraron, y Helena simplemente no pudo resistirse a su carisma y porte. 
Aquel hombre le entregó su corazón pero no podía prometerle nada más que un amor clandestino, pues su esposa tenía algo que aquella joven no, linaje. 
Un matrimonio por conveniencia no podía deshacerse fácilmente, y la gente de su clase social sólo debía aspirar a unirse con personas de su estirpe. 
Helena era consciente de que aquello estaba mal, pero no podía detenerse, Christopher la seducía de tal manera que perdía la cabeza, ese hombre que la besaba a escondidas la hacia sentirse mujer hasta el punto en que llegó a entregarse en cuerpo y alma a él, no sólo en una sino en varias ocasiones, aquella pasión la insitaba a correr riesgos.
Hasta que un día la joven dejó de ir a la mansión, y la razón se haría visible en unos pocos meses, había quedado embarazada.
Deshonrada, Helena era el comentario del pueblo, sus padres avergonzados la expulsaron de su hogar, abandonandola a su suerte.
Ella sabía que no podía pedirle ayuda a Christopher pues si su familia se enteraba seguramente la matarían a ella y a su bebé, así que optó por no decirle nada, sentía que querer continuar con aquel embarazo era sólo su responsabilidad.
Tomó la decisión de que se haría cargo sola de su hijo y partió a otro pueblo en busca de una vida nueva cursando su cuarto mes de embarazo.
Para su suerte en aquel poblado encontró gente que le tendió una mano amiga y apoyándose en ellos consiguió un trabajo como cocinera y camarera de una concurrida fonda. Fueron días duros pero su pequeño Vincent lo valía todo. Cuando Christopher se enteró de la verdad ya era demasiado tarde, aunque no podía reconocerlo al menos pretendía ayudarla económicamente pero no pudo hacerlo, nadie sabía el paradero de la joven.
Así, los años pasaron y el pequeño se convirtió en un hermoso niño de siete años, era la viva imagen de su padre pero con los ojos esmeralda de Helena. Llevaban una vida humilde pero feliz, Vincent era el amor de su vida, dedicaba cada segundo a él, hasta que un día un evento inesperado tocó la puerta de la casa que la muchacha compartía con sus dos amigas, era un enviado de la familia Lafcrat.
Aquel apoderado le comentó a Helena que el señor Christopher no había podido tener descendencia con su esposa después de tantos años de matrimonio, que él estaba empezando a transitar una enfermedad muy difícil y necesitaban con suma urgencia un heredero que criar, fue así que su amo decidió confesar que existía la posibilidad de un hijo extramatrimonial y comenzaron su búsqueda desesperada.
Helena estaba sorprendida, jamás pensó que pudiese pasar algo así, y en su ingenuidad de madre creyendo que no podría darle un futuro que Vincent mereciese decidió enviarlo con la familia Lafcrat, bajo la promesa de que cada tanto podría verlo. Lo que ella no imaginó es que esas palabras estaban completamente vacías, y que nunca más se le permitiría tener contacto con el pequeño.
Vincent, sin entender lo que sucedía, se vio obligado a despedirse de su madre con el único consuelo de que era para que tuviese un mejor futuro y que volverían a verse. De esa manera el pequeño partió hacia un mundo nuevo y hostil para él ya qué, aunque habían ido en su búsqueda, el único dispuesto a aceptarlo de corazón sería Christopher, el resto de la familia sólo lo hacía por mandato. Su parecido físico con su padre era innegable pero el hecho de que llevaba los hermosos ojos de Helena provocaba el rechazo completo de su abuela y madrastra. 
Vincent tuvo que crecer de golpe en medio de ese infierno, sin poder ver a su madre y apoyándose solamente en su ama de llaves, Rosella. Ella fue la unica que se apiadó de aquel pequeño y le propuso enviarle cartas a escondidas a Helena, esa fue la manera que encontró para poder tener contacto con ella.
En aquellas cartas Vincent describía su tristeza y su madre trataba de consolarlo diciéndole cuanto lo amaba sin falta en cada una de ellas.
Al cumplir los catorce años el niño se había convertido en un apuesto jovencito, su madrastra y abuela insitaban a Christopher a que buscase una señorita de buena familia con la cual comprometerlo, esto motivó una charla profunda con su padre
- No lo entiendo, ¿Por qué debo casarme con alguien a quien ni siquiera conozco? - preguntó Vincent 
- En nuestro mundo los matrimonios forman parte de los negocios, es una forma de proteger nuestras fortunas - respondió Christopher 
- Dime padre... ¿Tu amabas a mamá?...-
- Tu madre fue a la única mujer a la que ame y amaré hasta el día en que muera - dijo afectado pero esforzándose por no perder la seriedad
- ¿Entonces por qué no volviste a verla?, podrías al menos haberte presentado ante ella el día en que fueron a buscarme -
- Quería hacerlo... pero la culpa no me dejó. Cuando desapareció, aunque yo no sabía de su embarazo, al enterarme sólo la busque por un tiempo... luego los abandoné a su suerte... ¿Con qué excusa me iba a presentar frente a Helena?... después de tantos años aparecer para pedirle que me entregue a nuestro hijo sólo por que estoy muriendo... no pude...-
- Podrías redimirte un poco trayendola a vivir aquí o al menos más cerca de nosotros -
- No podría someter a semejante humillación a Helena ni a mi esposa Isabel. Inmediatamente quedaría expuesta como mi amante...-
- ¿Humillación? ¿Acaso no crees que pasó suficiente humillación cuando soportó que la señalaran al ser deshonrada por un desconocido?. Todos estos años esperó en silencioso un sólo gesto de amor de tu parte, nunca volvió a formar una pareja por que a pesar de todo te sigue amando...¡¿Y tu excusa es que no puedes verla por que sientes culpa?! - replicó ya en tono molesto Vincent.
Su padre se mantuvo en un penoso silencio por un momento - Cuando crezcas te darás cuenta que la gente de nuestra clase no es libre de amar a quien quiere, las apariencias lo son todo. Estarás en mi lugar y seguro tomarás las mismas decisiones...- dijo en tono calmo pero serio.
- Podré estar en tu lugar, pero no seré igual que tú - finalizó el muchacho retirándose de la oficina de Christopher, y entre dientes murmuró - El único error de mi madre fue enamorarse de un cobarde...-
Una vez en su habitación Vincent no podía disimular su enojo con aquella situación, Rosella, quien en ese momento se encontraba ordenando los libros del joven, se percató de su estado y no pudo evitar preguntar - ¿Que ocurre joven Vincent? -
- Estoy harto de todo esto Rosella, harto de tener que vivir al compás de esta familia de hipócritas. Lo único que deseo es poder ver a mi madre de nuevo, y mi padre ni siquiera contempla la idea de traerla a vivir cerca de nosotros. Tengo miedo de olvidarla Rosella... han pasado tantos años de la última vez que la vi que temo olvidar como era su rostro... - dijo mientras por su cara rodaba una lágrima llena de rabia 
- Joven Vincent...-
- Y además esa maldita vieja está presionando a mi padre para que me comprometa -
- ¿Se refiere a su abuela? -
- Sí, parece que no le basta con controlar la vida de todos aquí, también quiere manejar la mía - 
- Entonces destaque joven Vincent -
- ¿ A qué te refieres? -
- A que se destaque en todo lo que pueda, demuestreles a todos lo brillante que es, supere las expectativas que tienen en usted. Y una vez que sea el señor de la casa podrá hacer y deshacer a su gusto, incluso un matrimonio arreglado. Usted tiene el carácter suficiente para oponerse a los mandatos familiares -
- Es verdad, dada la salud de mi padre más temprano que tarde tendré que sucederlo -
- Yo conocí a su madre, Helena era una joven hermosa por dentro y por fuera, sin nada de maldad. Aún tenía el corazón de una niña, sólo se enamoró de la persona equivocada...-
Vincent quedó en un respetuoso silencio mientras escuchaba a Rosella
- Sí, era una niña, pero muy valiente... porque se necesita mucho valor para amar a alguien que no te conviene. Alguien de quien no puedes esperar nada, y tampoco del que nadie puede saber, es muy duro -
- Sí, mamá es una mujer muy valiente -
- Sí algún día usted decidiera casarse deseo que lo haga solo por amor y no por obligación, pues fui testigo de como su padre se hundió en amargura desde el día que Helena desapareció de su vida -
- Él es un cobarde, prefiere morir sintiendo culpa que hacer algo para redimirse. Yo jamás dejaría sola a una persona amada -
- Lo sé joven, sé que cuando sea el señor de la familia hará justicia...- terminó Rosella mientras acariciaba la cabeza de Vincent.
Y así fue, en los años que siguieron el joven se convirtió en un prodigio para los estudios y negocios, llegando a ser reconocido por otras familias de la alta sociedad. Al cumplir los dieciocho años asume su lugar como cabeza de familia luego del fallecimiento de su padre y como era de esperarse su primera orden fue la de traer a vivir a su madre a la casa principal, ante la oposición de su abuela y madrastra su única respuesta fue - Ahora seré yo quien lleve las riendas de esta familia...- .
Decidió que iría personalmente a buscarla y en compañía de su asistente personal Guilian subieron a un carruaje que los llevaría al lugar. Se sentía muy ansioso pues habían pasado dos semanas desde la última carta de su madre. Al llegar quienes abrieron la puerta de la humilde morada fueron las dos amigas de su madre Nini y Amelia a quien él cariñosamente llamaba tías - Tía Nini, Tía Amelia, cuanto tiempo! - dijo el muchacho con una sonrisa en su rostro
- ¿Acaso eres tu Vincent? - preguntó una de ellas 
- ¡Así es!, estoy tan felíz de que no me hayan olvidado -
Ambas mujeres se acercaron a él y lo abrazaron con fuerza -¿Cómo podríamos olvidar esos hermosos ojos?, idénticos a los de tu madre. ¡Ya eres todo un hombre! Te extrañamos tanto...- 
- Muchas gracias tías. A mi también me han hecho mucha falta... ¿Y?, ¿Dónde está mamá? Tengo tantos deseos de verla! ¡Ya no puedo esperar! -
- Vincent... así que nunca te enteraste... por eso no viniste...-
- ¿De qué hablan? -
Las dos mujeres se miraron entre ellas con pesar - Helena murió... hace más de una semana...-
- ¿Qué...? -
- Intentamos avisarte que se encontraba muy enferma, fuimos a la casa Lafcrat en dos ocasiones pero ni siquiera quisieron recibirnos... y la última vez le hicimos entrega de una nota al guardia y este se la dió a una mujer muy mayor que llamaba "Señora Beratriz"...-
- Mi abuela...?- el mundo del muchacho comenzó a derrumbarse, toda aquella ilusión que tenía de vivir una nueva vida junto a su madre desapareció en un instante, mientras el corazón se le partía - ¿Donde está... mamá?... -
- Te llevaremos a su tumba...- respondió Amelia mientras lo abrazaba gentilmente.
Llevaron a Vincent al pequeño cementerio del pueblo, y allí en una precaria tumba yacia el cuerpo de Helena. El joven se desplomó de rodillas frente a ella y mientras las lágrimas brotaban de él sin control lo único que pudo decir fue - Perdóname mamá... no llegue a tiempo...- Aquella mujer había muerto en soledad sin siquiera poder despedirse de él. El muchacho se deciso en llanto, tratando de liberar todo el dolor acumulado en esos años, pero una vez que el sufrimiento salió sólo quedó espacio para la rabia, sentimientos como la empatía y el amor se fueron junto con su madre, haciendo lugar a un nuevo Vincent - Lo pagarán... Todos ellos pagarán por el dolor de mi madre... lo juro Guilian, me vengaré de todos, empezando por esa maldita anciana...- aseguró el joven a su asistente con una mirada llena de furia. 
- Cuente conmigo señor - respondió fielmente su sirviente.
A partir de ese día Guilian y Rosella se convirtieron en la espada y escudo de Vincent que con astucia e inteligencia, cuál partido se ajedrez, fue haciendo caer a cada uno de los miembros de aquella familia mediante chantajes y secretos familiares, relegandolos a vivir en otras casas de la familia pero de forma humilde y austera como lo había hecho su madre, convirtiéndose de esa forma en el nuevo Señor Lafcrat.
Envió a buscar el cuerpo de Helena y la sepultó en un jardín interno, donde había hecho construir un hermoso invernadero lleno de rosas rojas y blancas para que acompañasen la tumba de su amada madre.
Con su habilidad para los negocios logró triplicar la fortuna que había heredaro y canceló el compromiso que su padre había formalizado para él antes de morir, después de todo no necesitaba un matrimonio con otra familia sólo para resguardar su dinero.
Pasaron los años y el joven continuó sin comprometerse, no había conocido a ninguna mujer que llamase su atención más alla de un encuentro ocasional, ya que con su atractivo le era facil conseguir compañía.
Realmente lo tenía todo, pero su corazón estaba vacío, sus únicas compañías eran aquellos fieles sirvientes. Un día tuvo una interesante conversación con Rosella que, sin saberlo, sería la antesala de algo que estaba por sucederle.
- ¿Que ocurre joven Vincent?, veo que no puede concentrarse en su lectura - comentó Rosella mientras le servía el té al muchacho que se encontraba en el jardín. 
- Tienes razón, es por algo que me dijo Guilian. Él creé que ya es tiempo de que me comprometa y forme una familia, dice que es mejor que tenga hijos ahora que soy joven así podré tener muchos -
- Que hermoso suena eso, ¡Tener niños corriendo por esta vieja casa sería adorable!. ¿Acaso no desea tener descendencia? -
- Claro que quiero, pero no con cualquier mujer y por obligación. La madre de mis hijos debe ser una mujer especial, alguien a quien yo ame. Pero ninguna de las que eh conocido ha llamado mi atención. ¿Cómo se supone que me daré cuenta cuál es la indicada? -
Rosella esbozó una sonrisa - Créame que lo sabrá con sólo mirarla -
- ¿Cómo estás tan segura? -
- Yo quedé viuda muy joven pero en el momento en que vi a mi esposo supe que era el hombre de mi vida, simplemente lo sientes en el cuerpo -
- Sentirlo en el cuerpo dices...-
- Tal vez no tenga que buscarla, estoy segura que aparecerá de imprevisto en su vida y el corazón se lo dirá, por que así funciona el amor. Es sorpresivo y salvaje -
Vincent quedó reflexionando sobre ello, pensó en cuantas mujeres había conocido y en que ninguna fue especial, tal vez porqué para él era difícil exponer sus emociones o empatizar con una desconocida.
Una semana después recibió una invitación para una gala de ballet en un importante teatro del pueblo de Bursov, el mismo era concurrido por mucha gente de la alta sociedad y según Guilian era indispensable que asistiese para hacer acto de presencia entre sus colegas.
El muchacho decidió ir sin mucho interés particular, así que realizó un viaje desde la capital a aquel próspero pueblo. 
Tal como su asistente le había advertido aquel lugar estaba lleno de importantes empresarios, políticos e inversionistas, todos movidos por una sola razón, hacer contactos. Sin saberlo Vincent era una de las figuras destacadas de la noche ya que su notable habilidad comercial y fortuna eran tenidas en alta estima por sus pares. 
Ya en sus asientos el joven sólo quería que aquella velada acabase pronto, ya que no se sentía a gusto en ese tipo de eventos, pero en cuanto el telón se elevó una hermosa bailarina surgió de la oscuridad del escenario y lo dejo sin habla. De figura perfecta, piel blanca como porcelana, cabello rubio y ojos de un profundo color azul. Parecía poseída por la música, en una perfecta sincronización con cada compas. Se veía delicada pero veloz, y sus posturas resultaban ser imnoticas. Desde ese momento Vincent no pudo dejar de mirarla, y al terminar su acto cruzó su mirada por un segundo con la de ella hasta que el telón se cerró.
- Guilian, ¿Quien es ella? - preguntó el joven
- No lo sé señor, debe ser una bailarina profesional en ascenso, es muy talentosa y hermosa -
- Quiero conocerla, averigua quien es, habla con el dueño del lugar para que nos presente -
Guilian se sorprendió con aquel entusiasmo de Vincent por la chica, era la primera vez que le pedía algo así. 
Luego del espectáculo el joven esperó a su asistente en la sala principal, pero al verlo regresar notó en su rostro un gesto de impacto, incluso se veía algo pálido -Señor...-
- ¿Qué ocurre Guilian?, ¿Qué te dijo?, ¿Por qué estas así? -
- Es qu- -
- Ah! Señor Lafcrat bienvenido!, gracias por asistir a mi velada. Me presento, soy Vonseri, comerciante y dueño de este teatro - interrumpió en voz alta aquel hombre
- Mucho gusto, gracias por la invitación - dijo el joven mientras estrachaba su mano
- En verdad es muy joven, tal como los rumores decían. Estoy seguro que tendremos oportunidad de hacer negocios usted y yo. Pero hoy su asistente me comentó que quiere conocer a la estrella del show, ¿No es así? -
- Así es, deseo conocerla -
- No hay inconveniente, pero si quiere verla deberá quedarse a la "fiesta privada" que daré en un momento -
Vincent quedó extrañado con la propuesta - Entiendo, entonces esperaré -
- Excelente decisión, sé que no se arrepentirá - dijo por último Vonseri y se retiró 
- Guilian, ¿Qué está pasando?, ¿ A qué se refiere con fiesta privada? -
- Señor... aquella joven... es una esclava...-
- Que?... - el muchacho quedó sin habla, no podía entender la situación. ¿Como era posible que esa hermosa bailarina fuese una esclava?. Pero minutos más tarde todo quedaría claro para él, ese elegante teatro luego de cada función se convertía en un burdel para la alta sociedad, lleno de excesos, lujuria y apuestas. Vincent espero paciente en un sillón individual mientras su asistente permanecía de pie junto él, de repente Vonseri apareció ante ellos - Señor Lafcrat hay una cosa que debo advertirle antes de traer a la señorita -
- ¿A qué se refiere? -
- Esta totalmente prohibido el contacto sexual con ella, ya que debe seguir siendo virgen hasta el momento en que decida venderla. Si lo que desea es una noche de placer puedo ofrecerle a otras de mis chicas - 
- No. Sólo estoy interesado en ella, traiganla por favor - respondió seguro el joven 
- Entiendo, como deseé, enseguida regreso con ella - dijo y nuevamente se retiró 
- Señor esta es una mala idea, deberíamos irnos de aquí - le pidió Guilian 
- Sí, este lugar es desagradable pero ¿Has visto a la gente de nuestro alrededor?, todos son importantes. Este burdel cumple varias funciones, es un teatro, un lugar de excesos y también sirve para reuniones secretas de negocios y conspiraciones, después de todo ¿quien diría que se ha visto en este siti- - en ese momento Vincent vio a la joven acercarse lentamente. Era sumamente bella, traía puesto un sensual vestido verde escotado, con aberturas en los costados de la falda dejando al descubierto sutilmente sus piernas y había recogido su cabello con dos apliques de rosas. El muchacho sintió que el corazón le retumbaba en el pecho, nunca antes se había intimidado así ante la presencia de una mujer. 
- Señor Lafcrat le presento a la señorita Fressia, el ángel de Bursov! - exclamó el comerciante 
- Buenas noches señor Lafcrat - dijo ella mientras hacia una pequeña reverencia. 
Vincent tomó su mano y la besó tímidamente - Hola... señorita Fressia - dijo mientras la miraba fijamente a pesar de sentirse nervioso. 
Había algo en ella que a simple vista le resultaba familiar aunque no podía descifrar que era. 
- Sí desea más privacidad puedo ordenar que les preparen una cena en el balcón del segundo piso señor - ofreció Vonseri 
- Me parece una buena idea, ¿Me haría el honor de acompañarme señorita? - 
- Como usted desee mi señor -
Tenía una voz dulce al hablar.
Los llevaron hasta un pequeño salón privado que conectaba con un hermoso balcón, pero no estaban solos, además de Guilian, Vonseri dispuso dejar un custodio particular - Digame ¿Es necesario dejar un custodio? - preguntó algo incómodo Guilian
- Por favor caballero, no es por ustedes en particular, es la costumbre de la casa. Algunos hombres se "entusiasman" un poco cuando se quedan a solas con ella - explicó el comerciante 
- Entiendo, ¿Al menos podria pedirle que esté del lado de afuera de la puerta?, le doy mi palabra de que nada sucederá, el señor Lafcrat es un caballero - 
- Jeje todos lo son hasta que llegan aquí... pero está bien, por tratarse de la primera vez le daré el beneficio de la duda - respondió el comerciante, dejó al custodio en la puerta y luego se marchó
Vincent observó a Fressia durante toda la cena, era elegante, refinada, con modales y muy femenina, no le parecía una joven nacida como esclava, era un misterio.
La intención del muchacho era tener una conversación más profunda con ella, conocerla, así que luego de cenar se asomaron al balcón y allí apoyados en el barandal de piedra...
- ¿Qué edad tiene señorita Fressia? - preguntó el muchacho mientras intentaba encender un cigarrillo 
- No es necesario que sea tan formal conmigo, puede llamarme simplemente Fressia - sonrió ella
- Fressia...-
- Y respondiendo su pregunta tengo diecisiete años -
- Diecisiete!.. disculpa, sólo me sorprendió un poco, crei que tendrías unos veinte años - dijo algo avergonzado 
- Tal vez es lo que aparento por como visto, pero aquí a nadie le es un problema mi edad - respondió amablemente.
Guilian, que también podía escuchar la conversación, no evitaba pensar que todo era una locura, ni siquiera era mayor de edad.
- ¿Y tú? ¿No hay nada que quieras preguntarme? - continuó él tratando de recuperar la compostura
- No quiero ser indiscreta, sólo lo que usted quiera contarme estará bien -
- Bueno mi nombre es Vincent Lafcrat y tengo veinticuatro años -
- Así que veinticuatro, es la primera vez que veo a un hombre tan joven aquí -
- ¿Estas acostumbrada a estar rodeada de viejos que quieren tocarte? -
Fressia lo miró a los ojos y con una tímida sonrisa respondió - Así es la vida aquí señor Lafcrat -
El muchacho quedó perplejo por un momento, había logrado descifrar que era lo que reconocía familiar en ella, su mirada. Tenía la misma forma de mirar de su madre, Helena, ojos amables pero tristes, iguales a los de aquella mujer que lloraba cada noche por desamor pero que estaba dispuesta siempre a brindarle una sonrisa. 
- ¿Cómo es que alguien como tú terminó en este lugar?... - preguntó él 
La joven se sorprendió, nadie antes le había hecho una pregunta así 
- ¿De verdad quiere saberlo? -
- Quiero saber todo sobre ti... - 
- Mis padres biológicos murieron hace mucho tiempo, mi madre de una enfermedad y mi padre en un incidente, terminé sola en el pueblo de Fidiore y allí fui recibida por una hermosa familia. Viví con ellos durante siete años, pero cuando tenía quince años Vonseri apareció en el pueblo y quiso comprarme. El padre de esa familia se negó pero aquel hombre no se resignó y consiguió hacerse acreedor de una deuda que tenían. Así que los extorsionó con que si no me entregaban perderían su casa, cuando me enteré decidí irme con él por voluntad propia, no podía aceptar que sufriesen por mi culpa, y así fue como acabe aquí -
- ¿Y no tienes más familia fuera?, ¿Abuelos o tíos? -
- En realidad si, está la familia de mi madre... pero ellos nunca me buscarían...-
- ¿Por qué? -
- Porque soy mestiza... para ellos mi sangre es sucia... sé que por mis rasgos no lo aparento, pero jamás negaría mi origen... estoy orgullosa de llevar los ojos de papá - terminó ella mirándolo a los ojos. Esas palabras atravesaron el corazón de Vincent, aquella misteriosa joven había logrado resumir en una simple frase todo lo que él exactamente sentía cuando pensaba en su madre, "llevar con orgullo sus ojos".
El muchacho comenzó a pensar que tenían varias cosas en común, y no podía evitar interesarse más en ella. 
- ¿Puedo hacerle una pregunta señor Lafcrat?...-
- Claro, adelante -
- ¿Por qué quería conocerme?, ¿usted también está interesado en mi cuerpo? -
Vincent se sonrojó, nunca espero una pregunta tan directa de su parte y nervioso contestó - No, yo no... perdón, me siento un poco estúpido, me pones nervioso - sonrió él - yo sólo quiero conocerte, por supuesto que eres hermosa, pero quiero saber más de ti. Es muy agradable estar a tu lado -
- Yo también me sentí muy a gusto está noche, le agradezco su compañía, ha sido una velada diferente - agradeció ella
El tiempo se acababa y Fressia debía regresar a su habitación, Vonseri se hizo presente en aquel salón para ir a buscarla 
- Lamento interrumpir señor Lafcrat, pero ya es hora de que la señorita regrese. ¿Todo a sido de su agrado? -
- Sí, Fressia es una excelente compañía - 
- ¡Que gusto escucharlo!, señorita Fressia por favor despidase del caballero -
- Adiós señor Lafcrat, gracias por su amabilidad - dijo ella mientras hacia una leve reverencia, una extraña sensación invadió el pecho del joven, no quería que se fuera. Tomó la mano de la muchacha y la beso con ternura - Hasta pronto Fressia, espero volver a verte - 
- Aquí estaré - terminó ella y se marchó acompañada del custodio personal.
- ¿Es una belleza verdad?, es nuestra joya más fina - comentó el comerciante 
- La quiero - 
- Disculpe? -
- Quiero comprarla, ponga su precio - dijo seguro el joven.
Guilian quedó pasmado al oir a Vincent - Señor! -
- Ah! Lo lamento señor Lafcrat pero aún no tengo intenciones de venderla. Es la estrella de mi espectáculo, me hace ganar mucho dinero sin tener que entregarla a nadie. Pero si desea verla es libre de venir las veces que desee, ella estará aquí - 
- Entiendo -
- Que tenga buena noche señor Lafcrat -
Al salir de aquel lugar, en el carruaje Guilian intentó hacer entrar en razón a Vincent - Mi señor usted no puede comprar una esclava -
- ¿Por qué no? -
- Las esclavas son para los viejos casados o viudos, son un desahogo sexual, un fetiche. Usted es un hombre soltero y joven, ¿Qué creé que comentaran los hombres que vio hoy aquí cuando sepan que compró una esclava?, podrían esparcirse rumores desagradable a su alrededor -
- Nada me importa menos que la opinión de esos hombres -
- Al menos le pido que no regrese mañana, piense con detenimiento lo que quiere. Debe planear su futuro, formar una familia, tener hijos, ¿Que mujer querria casarse con un hombre que posee una esclava? - 
- Esta bien Guilian, prometo que lo pensaré - dijo por último el joven.
Al día siguiente Vincent reflexionó sobre lo que su asistente dijo, decidió que no asistiría al teatro esa noche, pero aquella sensación de vacío no desaparecía de su pecho. Una extraña ansiedad lo devoraba, nunca antes había sentido algo así.
- ¿Joven Vincent?, ¿Me oye joven Vincent? - preguntó Rosella al muchacho que se encontraba disperso
- Oh disculpa Rosella, estaba distraído -
- Hoy está más distraido de lo normal joven. ¿Ocurrió algo anoche? -
- Ja ja, no puedo ocultarte nada ¿verdad?. Te contaré, ayer conocí a una señorita y no puedo dejar de pensar en ella -
-¡¿De verdad joven Vincent?!, por favor cuénteme todo! -
- Es una bailarina clásica, si supieras lo hermosa que es, no tengo palabras para describirla. Tuve la oportunidad de cenar con ella, es muy joven pero madura y refinada. Tiene una dulzura en su voz, sus ojos... me senti un idiota a su lado, me ponía muy nervioso -
- ¿Usted nervioso? Eso si que no lo esperaba -
- Sí, nunca antes me había pasado, ella es especial - 
- Parece que se enamoró a primera vista joven Vincent - sonrió Rosella 
- ¿Enamorarme? -
- Por todo lo que describe indica que sí, ¿Ella está comprometida? -
- No -
- ¿Planea volver a verla?, tal vez sea la mujer que ha estado esperando! -
- Es que hay algo terrible que me lo impide...-
- ¿Ah que se refiere? -
- Ella... es una esclava -
- ¿Cómo dice? ¿Una esclava? -
- Sí, es cierto que nos invitaron a un espectáculo pero cuando pedí conocerla descubrí que todo ese teatro era una fachada para un burdel de alta categoría, y ella es la atracción principal. Ese hombre la conserva pura para venderla al mejor postor -
- Que terrible ...-
- Ayer en un impulso intente comprarla, pero él se negó. Dijo que aún no quiere venderla y sólo me ofreció ir a verla cuando quiera por las noches - 
- Estoy impactada, no sé que decirle...-
- Guilian dijo que no era apropiado que la comprase, que las esclavas no son para los hombres jóvenes. Me sugirió que piense en mi futuro, en formar una familia de una vez... dime Rosella ¿Qué debo hacer? -
- La única respuesta para eso está en usted. Sólo puedo aconsejarle que por hoy lo piense, calme su ansiedad y vaya a verla mañana. De esa forma podra definir lo que siente -
- Entiendo, tienes razón -
- Pero si de verdad la quiere... que más da que sea o no una esclava?... - dijo por último Rosella con una sonrisa antes de retirarse.
Esa última frase sorprendió al muchacho, fue como si en un segundo se quitase de encima aquel prejuicio de que se hubiese interesado en una esclava, al fin y al cabo era una mujer, no importaba su condición.
Durante todo ese día intentó distraerse en sus otras ocupaciones pero fue inútil, no podía dejar de pensar en ella. Así que en la noche del día siguiente decidió ir a verla, pero jamás espero ver a Fressia en brazos de otro hombre...



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En el texto hay: celos, romance, amor

Editado: 09.11.2019

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