Bajo Tus Estrellas [#1]

Capítulo 47

 Bajo tus estrellas ★

 Capítulo 47 

Charlotte

Cuando tenía entre 8 o 9años de edad, me preguntaba porque las mejores personas de nuestra vida son las primeras en irse...

Con el paso del tiempo, y ahora he entendido porque siempre tendía a cortar flores de mi jardín... siempre cortaba la más bonita.

Pero no quiero que mi vida, sea un jardín sin flores bonitas... porque las mejores personas en esta vida nunca logré saber cuándo estuvieron a mi lado.

Creo que ninguna, estuvo a mi lado.

Dicho lo anterior, ahora podrán entender una pequeña parte por lo que mi mente está pasando en estos últimos 5 minutos, que es el tiempo que he estado dentro del café con Georgina:

- ¿Hay alguna razón es especifico, por la que renunciaste? - Le pregunto, sumergiéndome con la vista en mi taza de café.

Es como si este me hipnotizara cuando más lo necesito.

- Si la hay, pero ya no es importante porque la decisión ya está tomada. - Dice, y levanto la mirada.

- ¿Es por el salario? Puedes hablar con mama si es así, quien hace el que hacer en una casa como en la que vivimos merece ganar millones.

- Charlotte.

No quiero escuchar.

- Si es la recamara, puedes pasar tu recamara a mi cuarto y seremos hermanas durmiendo juntas.

- Charlotte, escucha.

- Si es mucho trabajo, puedo ayudarte a hacerlo después de la escuela y los entrenamientos.

- Charlotte no es por el trabajo que me voy. - Levanto un poco la voz, llamando la atención de todos y otra vez: solo un par de fracciones de segundo.

- Entonces dímelo. - Dije, sin levantar la voz.

- Son tus padres, ellos son la razón por la que me voy.

¿Mis padres?

- ¿Te insultaron o-

- Simplemente -dijo empezando a sacar su cartera y a levantarse- no quiero ser parte de su teatro de mentiras y secretos. Por eso renuncie.

Dejo un par de billetes sobre la mesa, y salió por la puerta de salida que a su favor estaba solo aún par de pasos de la mesa.

En este café, hay dos puertas: Una es la entrada por la que yo cruce teniendo la esperanza de irme a casa con Georgina y la otra es la salida que es por la que tengo que irme a entender todo, cualquier lugar menos casa.

Llego el mesero a tomar las cosas, y le di mi taza de café para que se la llevara. Era un poco menos de la mitad lo que quedaba, pero el apetito de café se ha ido.

Perdida.

Es así como esta mi mente, es así como esta mi mirada, es así como estoy. No sé qué estoy pensando, de hecho, creo que ni siquiera estoy pensando en nada.

Hasta que veo el par de billetes de Georgina sobre la mesa, talvez el mesero vendrá luego por ellos.

Dejare que pase un par de minutos más.

Antes de levantarme, busco en que bandeja de los meseros esta la taza de café que tenía hace unos momentos.

No quiero de vuelta mi taza, pero el mesero que olvido el dinero fue quien tomo mi taza.

¡Bingo! Tomé el par de billetes y al ver al joven me dirigí a él...

- Disculpa. - Dije, su sorpresa era más que obvia.

- ¿Sí? Oh ya sé lo que necesitas.

¿Lo sabe? Es él me puede dar un poco de paz mental o las preguntas a mi respuesta.

- ¿2 de azúcar? - Pregunta.

- Entonces no.

- ¿Disculpa?

- Que vine a pagar.

- Oh bien, estabas en la mesa A4 ¿cierto?

- Si. -Dije.

- Son 9 dólares -le di el dinero - ¿Estás bien? - Dijo.

¿Tanto se me nota?

- Por supuesto que sí.

- Sabes que -me devuelve el dinero -la casa invita. Ve a descansar, creo que lo necesitas.

- No, enserio estoy bien. - Deje el par de billetes, en el mostrador.

Las heridas que no se ven son las más profundas. - Dijo y al no ver que no le di respuesta.

- ¿En serio? ¿No sabes de quién es esa frase?

- ¿En serio? No sabes que yo sé que eso es de Shakespeare. - Dije.

Porque para todos es un secreto, pero para mí, dejo de serlo hace más de un par de años: Todo lo relacionado con la Literatura, me fascina. Me encanta volver a leer los grandes clásicos, leer poemas nostálgicos, tristes o felices e inclusive he intentado escribirlos.

Y este es mi consejo numero 13: Todos tenemos talentos ocultos, no sabemos si algo nos gusta cuando no lo hemos intentado. Intentar los pasatiempos que podía pasar en mis vacaciones de verano anteriores, fueron por qué descubrí mi gusto por la Literatura.

- ¿Te gusta Shakespeare? - Pregunta.

- Si, es un gran ejemplo a seguir. De hecho, fue la primera persona por la que me intereso la Literatura, incluso mi clase cuando hablamos de ello.

- Toma. - Me da una tarjeta de presentación de un curso de Literatura.

- ¿Y esto para qué?

- Te gusta la literatura, y por como estabas en la mesa supe que tenías mucho en que -hizo una pausa, buscando una palabra más que obvia - que tenías mucho en que distraerte.

- Eres atento, pero ¿Qué tiene que ver eso?

- Te puede ayudar, ir a un curso y liberarte sin que nadie te haga pedazos.

- ¿Me haga pedazos?

- Ya sabes, confiar en la persona equivocada o que usen eso en contra tuya. ¿No te ha pasado? -Dice.

Tome asiento en una de las sillas libres de la barra, mientras el acomodaba los utensilios.

- De hecho, esa es mi situación. La duda de no poder confiar en la persona correcta.

Algo me genero una molestia en mi interior, porque el vino a mi mente en contra mi voluntad.

Y tú estás aquí, hablando con un extraño.




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