★ Bajo tus estrellas ★
★ Capítulo 71 ★
Charlotte
Si cruzas la línea, no puedes volver.
Esa es una de las consecuencias de hacer algo sin pensarlo, de hacer algo de lo que estés seguro o no... simplemente no vuelves una vez que comienzan a hacerse presentes las consecuencias.
Así que, mi línea es seguir y enfrentar a Rodrigo.
¿Rodrigo? Primero fue Fernando quien estaba deslizando una carta en mi casillero, ahora es Rodrigo.
Lo único posible de pensar es que uno de ellos está ayudando a su mejor amigo.
Pero tengo y quiero hacerlo, no quiero irme a mis vacaciones de verano sin saber quién es Mr. Gato.
Camino lo más rápido posible, mientras él se aleja despreocupado. Abro en silencio mi casillero y corroboro.
Otra carta, firmada por Mr. Gato.
Entonces lo sigo, sabiendo que faltan segundos antes que el timbre suena y todos salgan a disfrutar su receso.
Fue una especie de suerte caminar cuando no había nadie en los pasillos, solo un objetivo a seguir, pero el tiempo pasa tan rápido cuando no quieres que sea así.
Se me dificulta seguirlo, cuando ya hay una multitud en los pasillos.
- Permiso. —Es lo que voy repitiendo constantemente.
Cruzó la puerta que me lleva a la cancha principal, pero él sigue caminando con sus manos dentro de sus bolsillos. Tan despreocupado y sin un punto de llegada fijo.
Lo llamaría. Gritaría su nombre para que se detuviera.
Pero no frente a la multitud de personas que constantemente están sedientas de algún hecho que puedan transformar en rumores falsos.
Observo a mi alrededor, y me percato que en esta parte ya no hay muchas personas.
Quiero decir: nadie.
¿Quién vendría a la parte trasera de la cancha? Está prohibido estar aquí.
Todos aquí sabemos, que no es "no se permite" es un "prohibido" desde que encontraron...
Eso no es relevante.
- ¿Rodrigo? —Pregunte. Algo me dice que el ya sabía que lo estaba siguiendo, solo dejo que lo siguiera haciendo para que terminara aquí.
- ¿Ya lo sabes, cierto? —Pregunta, con la cabeza cabizbaja.
- ¿Yo? ¿Saber qué? —Volví a preguntar. Es mejor oír primero lo que la otra persona crees que sabes.
No leemos mentes, pero podemos anticiparnos una idea de que es lo que hay en la mente de la otra persona.
Ese fue, mi consejo N°16 para todos ustedes.
¿Me viste frente a tu casillero, cierto? —Puedo decir que sí, pero eso puede significar cualquier cosa, no necesariamente que sea Mr. Gato.
- Si y no. —Dije.
- ¿No? —Repite.
- ¿Te vi? Si pero serás tú quien me dirá por qué —me acerque un poco más—, ahorita Rodrigo, o ¿debería decir admirador y acosador ahora ya no tan secreto?
- Le estaba haciendo un favor a alguien —en pocos segundos observe como la expresión de su rostro cambió—, no me digas que, oh no esto... ¡No puede ser posible!
- ¿Que no puede ser? Vamos, admítelo estabas deslizando la carta firmada por mi admirador secreto —me siento tan bien, de saber que al fin pude descubrir quién era—, y como vi a Christian hacerlo decidiste ser tu quien lo hiciera ¿verdad? —sé que es verdad, y continuo— así no pensaba que era Fernando mi admirador secreto. Y en caso que lo hiciera, no sospecharía nada de ti ¿cierto?
- ¿De qué estás hablando? Ninguno de nosotros estamos interesados en ti. —Dice mientras comienza a reírse, y no sé si de una manera nerviosa o al natural. Pero que lo está haciendo, lo hace—, es excelente Charlotte —hace una pausa, mientras toma aire— que pienses que yo podría estar interesado en ti, pero eso no pasará jamás. Simplemente no eres mi tipo, y de hecho ninguna clase de chica de aquí lo es.
Definitivamente ese fue un golpe bajo para mi ego. Pero nada fuerte como para romperlo.
- Todas son básicas, incluyendo. —Ok, esta vez sí se pasó pero aún no planeo perder mi razón.
- ¿Todas? Entonces, ¿qué haces con Alejandra? Porque en la manera en cómo la besabas el anterior día —dije refiriéndome al día en que los vi a las afueras de la cafetería BlueMoon, cuando fui a conversar con Georgina—, me pareció ver que lo disfrutabas.
- ¿Alejandra? Ella solamente es el motivo por el que puedo estar cerca de Elizabeth.
¿Espera? ¡¿Qué?!
- Eres un—
- No digas nada, sabes que Elizabeth es la excepción.
- Tienes razón. —Dije.
- Obviamente si la tengo.
- Ella es única. —Continúe diciendo.
- Y en todos los sentidos. —Dice anonadado.
- ¡Idiota! —Grita, Alejandra.
Ni siquiera pude observar en qué momento apareció Alejandra.
Salió de la nada, y desde donde ella venía apareció por detrás de Rodrigo dándole una cachetada. Tuvo que ser una fuerte, si no, no pudiera sentir como en todos los rincones de mis oídos quedó el eco del sonido de la mano de Alejandra contra la mejilla de Rodrigo.
Pude observar cómo los ojos de ella estaban rojos, húmedos y tristes. No sé cuánto escuchó de las idioteces de Rodrigo, pero creo que fue todo.
Rodrigo tardó en reaccionar, pero cuando lo hizo Alejandra se apartó de su vista. Y de la mía también.
- Realmente jamás he visto a una chica tan única y especial como ella, —tome una pausa—, ninguna chica tiene altos celos por alguien que no la ama, ninguna chica se comporta de manera patética tratando de ser la más popular, ninguna chica quiere más a un chico antes que a ella misma. —Me acerque a Rodrigo, para tratar de dejarle en claro:
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Editado: 27.03.2022