PLANES Y ESTRATEGIAS
Samanta
Comienzo a removerme en la cama de Alex es la primera vez despertándonos juntos y se siente tan cómodo el encuentro de nuestros cuerpos desnudos en plena mañana mirándonos fijamente observando el brillo de sus ojos ante el resplandor del sol.
—Envidio sanamente tus pestañas —Suelta una risa divertida mostrando su dentadura.
—Y yo tus ojos —Dice acariciando mi mejilla con cuidado—. El ámbar en tu mirada me tiene hipnotizado y tu arte femenino me tiene loco.
—¿Mi arte femenino?
—Todas las mujeres son un arte —Se acomoda apoyando su rostro en la mano—. La cintura es como la curva tentadora de una serpiente tan peligrosa y que encajan como rompecabeza en las manos indicadas, sus senos son las campanas del placer esa mirada retadora de una leona sin dudar en atacar quien sea que este a su paso, fuertes, guerreras y dominantes —Acaricia con sus dedos mi clavícula—. Así que cada espacio de tu cuerpo es un significado valioso eres una fantasía convertida en belleza.
—¿Campanas?, serán los limones del placer hasta suena como un comercial.
—Sean limones, campanas, melones o sea lo que sea es un placer intenso de belleza, no solo eso, sino el cuerpo en general.
—Bueno, tengo hambre ¿Desayunamos?
—Yo soy el desayuno ¿Me vas a comer?
—¿Me estás tomando el pelo?
—No —Se posa encima de mi—. ¿Lo tomas o lo dejas?
—¿No puedo pensarlo?
—Tienes diez segundos desde ahora si no lo decides te meteré los mis dedos.
—Pero...
—Ocho...
—¿Es enserio?
—Seis...
—Está bien, esta... —Poso sus labios con los míos.
Mientras me besaba siento como separa mis piernas con su rodilla y unos de sus dedos deslizan con cuidado más abajo de mi vientre hasta sentirlo en mi sexo húmedo a punto de soltar un suspiro me penetra con dos de sus dedos haciéndome arquear mi espalda para jadear.
Los gemidos no paraban de salir hasta que iba protestar al no sentirlo dentro de mí, me toma con fuerza para ponerme boca abajo tomándome de mis caderas y colocar sus brazos debajo de las mías para entrar a mí de porrazo.
El cuarto se inunda de nuestros sonidos al mismo ritmo del placer
──── ∗ ⋅◈⋅ ∗ ────
Nos encontrábamos en la cocina luego de darnos una ducha y veo como prepara unos deliciosos waffles mientras está en bóxer comienzo detallar algunas pequeñas marcas somo si le hubiera pasado algo.
—¿Y esas marcas? —Le pregunte.
—Por causa de un atentado causaron un incendio en unas residencias donde se encontraba una bebé, los bomberos no llegaban y sin miedo subí para salvarla hasta el último piso iba tomarla para escapar explotó una parte del departamento cayó una viga en mi espalda haciéndome causar esas heridas. Llegaron a salvarme junto con la bebé que se estaba sana y salva al lado de su madre, aunque estaba lastimado. —Sirve los waffles en un plato cerca de mí.
—Eres muy valiente —Susurre cuando iba decirme algo su celular suena con una llamada entrante.
—Un momento...
Tomo su móvil para alejarse y poder contestar así que empiezo a comer hasta fijarme que Charlie me había enviado un mensaje de texto.
"Tenemos que conseguirnos en el aeropuerto esta tarde porque se nos presentó una misión de dos asesinatos en Tower Hamlets y fueron los O'Conner, nos escogieron para regresar a Londres junto con Alexander porque descartaron de la misión a Gustavo"
Ese apellido comienza repetirse mil veces en mi cabeza al recordar las pistas del caso por la muerte de mi hermano, Michael O'Conner el hombre de la mafia, las drogas son su especialidad junto su sobrino y para cerrar con broche de oro O'Ryan su medio hermano.
—Me tengo que ir —Me termino la taza de chocolate con malvaviscos y cojo el suéter holgado que estaba en la silla.
—Ni siquiera te dije para que llamó tu padre —Se acerca mí.
—Para decirte que tenemos una misión en Londres porque hubo dos asesinatos y descartaron del caso a Gustavo mi primo me acaba de informar sobre el mismo por un mensaje, ahora me voy —Abrí puerta para salir y me gira sujetando mi brazo.
—Puedo llevarte hasta tu casa e irnos los tres en mi avión.
—Gracias, pero no te preocupes en serio —Me acerco para darle un beso en sus labios y doy la vuelta para salir.
Comienzo alejarme de su casa tomando el camino derecho mientras me hago una coleta, en estos momentos no puedo soportar cada cosa que navega por mi mente por culpa de ellos lloré cada noche recordando a mi hermano sintiéndome débil drogándome para olvidarme del mundo y no regresar a la realidad.
Tenemos cicatrices en los lugares más insospechados como si fueran mapas secretos de nuestra historia personal, vestigios de viejas heridas algunas de ellas se cierran dejándonos solo una cicatriz, pero otras no. Algunas de ellas las llevamos a todas partes y aunque la herida cierre el dolor persiste quizás esas viejas heridas nos enseñan algo para recordarnos donde hemos estado y lo que hemos superado.
Y fue su silencio que me dio todas sus respuestas.
Al llegar a casa veo todos los autos estacionados en la parte de afuera junto con mi primo que estaba guardando parte del equipaje.
—Charlie...
—Samanta, ¿Estas bien?
—Si, algo agobiada por la noticia ¿Cuándo sucedió eso?
—Parece que fue la noche anterior no tengo la información suficiente pero ya mis tíos van salir con nosotros.
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Editado: 19.09.2022