Banquells & Ferrer

Capitulo Trece ( Riccardo )

-Buenas tardes, soy Riccardo Harrison probablemente me recuerdan ya que en otras ocasiones entrene a algunos jóvenes seleccionados que triunfaron en el medio. Estos jóvenes estan llenos de talento y se que los elegidos darán todo su empeño para lograr un debut magnífico.-

Asi que el seguía aqui, tenia tratos con Marian, no pude evitar sentirme algo mal, mi estómago se revolvió causandome nauseas, salí corriendo directo a el baño sin avisar nada, seguro todos me miraron raro pero era lo que menos me importaba.

Ver a Riccardo me afecto tanto que devolví hasta mi desayuno de hace tres días, algo bastante desagradable, solo suplicaba que nadie entrara al baño en los próximos 10 minutos o se encontrarían con una escena no muy agradable.

Esto no se logro ya que enseguida escuché pasos, los mismos malditos pasos marcados de antes, lo unico que podia faltar, se fueron escuchando cada vez mas cerca hasta detenerse a mis espaldas.

-¿Todo bien Ferrer? Saliste corriendo y asustaste a todos. ¿Necesitas que te pida un auto para regresar a casa?

Era la maldita situación mas incómoda de todo el mundo, yo de rodillas en el baño terminando de recuperar la estabilidad de mi estómago y el hablándome como si nada, definitivamente hoy es mi día.

Me levanté lo mas rápido que pude en dirección a los lavamanos, mire mi cara en el espejo, estaba completamente palido, sumándole mis ojeras, era un desastre. Enjuague mi boca con agua, pero me sentía algo incómodo ya que Riccardo seguía observandome desde la esquina.

-Tiene bastante tiempo que no nos vemos Ferrer, desde que saliste de la escuela aproximadamente.-

No queria establecer una plática con el, me sentía pequeño ante su presencia y temo que si hablo lo pueda notar asi que solo lo ignore.

-Vamos dime algo, no es como si no me conocieras. ¿O acaso es por ese pequeño tema? Lo pasado pasado Ferrer. Se que me equivoqué en muchas cosas discúlpame por eso, pero creo que tendrias que dejarlo ir.-

-Ahora no Riccardo, no estoy de humor para bromas-

-Pensandolo bien ¿Es por Marian? -

-Solo trabajo para ella-

-¡Carajo Benyamín hablame! No seas un maldito amargado cortante, ya te dije que lo pasado pasado.-

-¿Quieres que te hable? Bien... ¿Como se supone que le tengo que hablar a alguien que me agredía por estupideces? No se me olvida eso, ni tampoco lo que le llegaste a hacer a Marian-

-¿Sabes cual es la diferencia? Que a mi me perdono y a ti no. Desde que estás aquí no puedo subir a su maldita oficina y decirle todos los dias que la amo ¿Gracias a quien? A que su secretario es un maldito amargado, claro y que tambien es su ex novio-

-Yo no tengo nada que ver con eso, solo estoy haciendo mi trabajo, me da igual si subes o no, para ser sincero no sabía ni de tu existencia-

-Tenia la idea de ya no eras el mismo, de que me perdonaste, pasaron 10 años, no entiendo para que te tiene aquí Marián-

¿10 años? Es menos tiempo de el que imaginé... Todo este tiempo recuerdo cada cosa que tuve que pasar por su culpa y el llega como si nada pensando que lo perdone, un maldito dolor en el pecho es lo que me causo en estos momentos, definitivamente necesito retirarme, pero no le pediría ayuda a el, utilizaré mi teléfono que deje en la oficina para perdile a Gómez que me llevará a casa.

Salí de el baño con mucha tranquilidad, buscando la puerta que lleva a mi oficina, pero justo al dar una vuelta alguien se tropezó conmigo y termino en el piso, por inercia estire mi mano para ayudar a que se levantara y fue cuando me di cuenta de quién era, la pequeña chica por la que llegue aquí, Lara, pude notar unas lágrimas en sus ojos y eso me causo un poco de angustia.

-¿Estas bien Lara?

-Señor Ferrer, perdone no vi por donde estoy caminando, disculpé esto de verdad...

-No pasa nada. Te vi en las audiciones, cantas hermoso, ¿Que tal te fue?

-¿Se esta burlando de mi verdad? Fue humillante lo que me pasó ahí, es una broma de mal gusto al saber que no me seleccionaron.

-No era mi intención, salí antes de que dijeran algo, me sentí bastante mal y me retire a el baño.

-Disculpe que le hable asi, es solo que tengo tres años en las audiciones y nunca llego a ser seleccionada, me deprime bastante saberlo. Pero para ser sincera no se ve muy bien. ¿Necesita algo?-

-Me sentí mal, es todo, ¿Podrias prestarme tu celular? Olvide el mio-.


Gómez dijo que venia en caminó, solo tenia que salir de aquí, tendría que avisarle a Marian pero seguro esta con Riccardo y en estos momentos no quiero ver su horrible cara.

Ya en el auto recibí una llamada de Marian, no quiero imaginar como se puso despues de todo esto, pero decidí no contestar, le mande un mensaje que me surgió algo importante y que no podria regresar.

Gómez recibió una llamada importante ya que detuvo el carro para contestar, lo cual nunca suele hacer, seguro por eso estaba ocupado en la mañana, trate de ignorar esto, estaba algo cansado, asi que cerré los ojos hasta quedarme dormido.

La voz de mi conductor me despertó, me dijo que llegamos a mi destino, abrí la puerta para encontrarme con una vista nueva, un lugar que no conocía, era una casa bastante grande incluso mas que la mía, ¿Que se supone que hacía aquí? Volví a subir a el carro, note una pequeña sonrisa de parte de Gómez.

-Es una broma de mal gusto, ¿Me dira que ya no recuerda donde es mi casa?-

-Claro que recuerdo donde es, pero recibí ordenes de traerlo aquí y que se quede hasta tarde-

-¿Ordenes? Tu trabajas para mi, esto es una broma bastante tonta, ¿Puedes llevarme a la casa ahora?-

-Joven Ferrer, la señorita Marian me pidió traerlo aquí, le recuerdo que tengo contrato con su empresa la cual maneja la señorita, ordenes son ordenes, entre, si me pidieron traerlo fue por algo.-

-Muy graciosos los dos- dije al momento de bajar de el carro por segunda ocasión, ¿Entonces esta era la famosa Mansión Banquells? Seguro vale mas que todo lo que yo puedo tener.



#35200 en Novela romántica

En el texto hay: romance, drama, asistente

Editado: 11.09.2020

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