Capitulo 3

CAP 3

VIERNES, 3:50 P. M.

Scarlett

Se los dije, no me fijo en los detalles pero si en los recuerdos.

Se supone que eres una cazadora, ¡DEBERÍAS DE FIJARTE A TU ALREDEDOR!

ESO YA LO SÉ, definitivamente tengo que fijarme más en las cosas o más bien personas.

Si, si lo conocía, pero… Hay algo diferente.

Muy diferente en el que conocía con el que tengo justo al frente

Simplemente parecen dos personas totalmente distintas 

¿Por qué las personas en mi vida nunca son quienes dicen ser?

En mitad de mi parálisis por descubrir que él era mi prometido me obligué a recordar.

Eran las 6:58 de la mañana, acababa de hablar con Andrea sobre una fiesta e iba a mi primera clase del día, historia. Al entrar me senté justo en el medio y unos cuantos grupos de chicos estaban riendo.

Ahí 

Justo ahí 

En la fila uno, contando de izquierda a derecha en el tercer puesto, estaba sentado, él con una sonrisa hacia sus amigos.

Moreno, Alto, castaño con unos hermosos ojos color verde grisáceos que enloquecen a todas las chicas y de pronto me miró, fue una mirada rápida e indiferente, no me fijé mucho en ella pues otros estudiantes también lo hicieron después de todo había entrado solo dos minutos antes del inicio de la clase. 

Su sonrisa es hermosa, tiene a la mitad de las chicas persiguiéndolo de manera “disimulada”, hace chistes en clases que hasta los profesores ríen de ellos y aumentemos el hecho de que es muy inteligente y simpático, siempre saca excelentes notas.

Ahora… ¿Dónde está ese chico?

Lo tienes en frente pendeja, habla!

¡SI, pero con una frialdad que ni siquiera sabía que podía tener!

-¿tu ya sabias quien era yo?- pregunté aún atónita 

- Si. -al ver mi silencio puso una mueca y continuó hablando- claro que sabía quién eras tú o eso sospechaba, nadie me lo dijo, yo solo… -dejó la frase en el aire- 

- ¿Solo qué?- esperé poniéndome a la defensiva.

- Presté atención 

- ¿Desde cuándo prestas atención?- dije fastidiada 

- No recuerdo que nos hayamos casado como para que me hagas un interrogatorio—contestó en mi mismo tono de fastidio- 

- Nos casaremos.

- O asesinaremos, lo primero que pase.

- ¿Qué?

- Solo necesito que me respondas una pregunta

-¿Qué pregunta? O aún mejor ¿Por qué te la tendría que responder? –me puse de pie enojada y el también lo hizo, me llevaba una o dos cabezas de altura-

- Sabré si me mientes de igual manera- cortó la distancia que había entre nosotros de un solo paso y quedamos tan cerca que tuve que levantar la cabeza para mirarlo-

-Nunca dije si-  le recordé

-Tampoco dijiste no- y su mirada perfecta solo se fijó en mis ojos –dime Susana- puse una mueca al escuchar mi segundo nombre- ¿A que le temes?

- No voy a responderte esa pregunta –se alejó de mi restaurando la distancia y tomó asiento de la misma manera que antes, como un puto rey.

Luego de algunos segundos en silencio mientras yo lo miraba como si estuviera a punto de atacar él se empezó a reír.

Si, reír

Perfecto, mi prometido está loco. Dios sácame de esta.

- pff  -  sonrió con burla- ¿acaso tú la heredera de la dinastía de cazadoras más poderosa le tiene miedo a la oscuridad? -juro por Dios que hubiera sonreído como estúpida si no fuera porque esa hermosa y alucinante sonrisa estuviese llena de burla - pues déjame decirte que yo soy oscuridad

-No le temo, la odio – rodee los ojos- e incluso más de lo que te odio a ti y no te conozco.

- entonces dime, ¿me deberías odiar o temer?

- te debería amar, y exactamente eso es lo que odio.

Y como si Diosito estuviera escuchando mis súplicas, la puerta se abrió y dejó ver a Cristina y tras de ella mi padre quien cerró al entrar 

-Les contaré una historia, una de Guerra, Traición y la razón por la que ustedes se deben casar- dijo mi padre evitando mi mirada que buscaba la de él sin parar-