- 7:00 am. -
El día había comenzado, la luz entraba por mi ventana calando mis ojos y como todas las mañanas el despertador había empezado a sonar.
Elevé mis brazos haciendo un intento por estirarme pero cuando iba a ponerme de pie para despertar a Ji, note que algo me lo impedía.
O mas bien alguien.
Levante la cobija que yacía puesta sobre mi y me encontré con la tierna imagen de una pequeña saltamontes abrazada de mi pierna.
Reí un poco al observarla, y acerqué una de mis manos para poder remover un mechón de cabello que caía por su mejilla.
—Linda, despierta anda, tú debes ir a la escuela, yo al trabajo, y supongo que tienes hambre. —Dije en un tono bajo pero audible para la contraria.
—Solo cinco minutos más papá...—Se removió volteándose hacia el otro lado dándome la espalda a lo que yo solo pude reír.
—Bien si tu lo dices...
Me levante de manera lenta y me acerque a ella y susurre cerca de su oído.
—Hare panqueques con nutella... —Al escuchar esto ella abrió solo un poco uno de sus ojos y río ladinamente.
Entrecerre la mirada y rápidamente la tome de la cintura elevándola para ponerla en mi hombro como un costal de papas cuidadosamente.
Las risas invadieron la habitación y de nuevo podía soñar con los ojos abiertos.
—Bajame papá, enserio, bajame!.—Dijo divertida la menor.
—Definitivamente no la bajare señorita, debe alistarse para ir a la escuela, además usted ha infringido el código del espacio personal y se ha colado a mi habitación por la noche, tiene algo que decir en su defensa? —Alce una ceja y miré por encima de mi hombro para poder visualizar a Ji quien mantenía su larga cabellera colgando gracias a la posición en la que se encontraba.
—¡Tenía frío! Además no me gusta dormir sola, no, no, mis compañeros me dicen que a esas horas de la noche sale un monstruo del armario.
—Cielo, te lo he dicho, nada saldrá del armario, ay esta juventud...—Digo con sarcasmo mientras bajaba por las escaleras para despues dejar a Ji en el sofá sentada, me coloque el mandil mientras la observava —Anda ya corre a alistarte y bajas para desayunar—Apunte hacia las escaleras girando sobre mis pies arremangando mi camisa para comenzar a cocinar no sin antes asegurarme de que habia subido..
Tome los utensilios necesarios, prendí el fuego y lave mis manos, tomé mi celular para poner mi canción favorita, muchos dirían que tengo gustos raros si de música se trata. Quien en su sano juicio escucha música clásica en pleno siglo 21.
Exacto yo.
Puse la melodía de piano Hijo de la Luna tocada por Benedikt y sin más comencé a preparar la masa para esos panqueques que le había prometido a Ji.
Despues de unos minutos esta bajo con un bonito vestido de color lila y zapatillas a la par.
Esta se sentó en una de las sillas del comedor a esperar la comida.
Termine los panqueques y me acerque a ella con estos y dos vasos de leche dejándolos en la superficie de la mesa.
—Listo princesa, ahora come algo rápido, iré a vestirme y regreso contigo— Guiñe en su dirección y sin más subí a mi habitación para cambiarme.
Era sencillo, tome una camisa blanca de vestir, pantalones color negro pegados al cuerpo, esa era la vestimenta segun las politicas del restaurante en el que trabajaba.
Peine mi cabello oscuro hacia atrás como todo el tiempo y lave mis dientes rápidamente.
Antes de salir de la habitación no pude evitar detenerme a ver aquella foto.
Me acerque y tome esta para observarla más de cerca.
—Sin duda debo cambiar los retratos en esta casa. —Dije poniendo esta boca abajo y tomando mi mandil para bajar las escaleras y arremangar mi camisa.
7 años atrás…
—Escuchame Park, entiendelo yo no quiero a esa niña, para mi ella no existe, al igual que tu, no quiero verte de nuevo en mi vida…— Aquella chica comenzó a empacar sus cosas en una maleta y Jimin no podía estar más asustado.
—Dame una razón Isabell, por que haces esto, que te hizo ella, solo por el simple hecho de existir ya tiraras la toalla? Disculpame pero no. —El joven chico exclamó sintiendo un vacío interior.
Y quien en su lugar no estaría de esa manera, con tan solo 17 años ya era padre de una adorable bebe, nadie quisiera cargar con eso.
—No necesitas ninguna explicación, esa bebe solo arruinara mi vida, y todo es tu culpa, no aborte al bebe, listo te hice caso, ya lo tuve y hasta ahi llego mi participación, si tanto te importa entonces arruina tu propia vida, no me metas en tu problema. —Camino hasta la puerta principal dándole una última mirada al joven que yacía parado con lágrimas en sus ojos, está simplemente suspiro y se fue.
Jamás volvió y Jimin no insistiría.
Intento secar las lagrimas que corrian por sus mejillas y se acercó hasta la linda bebe que se encontraba en un pequeño moises de color rosado. Tomo esta en brazos y comenzó arrullar la mientras esta se acurrucaba en el pecho del mayor.
Para él era la cosa más hermosa que había visto, la niña de sus ojos.
—Prometo que siempre te cuidare, no te faltará nada.
Actualmente…
—¿Estás lista Ji ?...—Dije tomando su mochila —Anda, corre debemos dejarte en la escuela cariño.
—Claro papá estoy lista— Sonrió al mayor y este se acercó a besar su frente.
—Entonces vámonos o se te hará tarde.
Ambos salieron yendo hacia el auto, se colocaron el cinturón y el coche arrancó.
El camino fue tranquilo hasta que una pequeña curiosa interrumpió aquel silencio.
—Papá tengo una pregunta—Miro al mayo y este asintió en manera de afirmación —No has pensado en conseguir una pareja, miró personas tomadas de las manos en la calle y nunca lo he visto haciendo eso a usted. —Dijo inocente.
—Nos levantamos muy curiosos hoy, no ratoncito?—Rio un poco— No lo se cariño, es solo que prefiero quedarme así.