Se trata de respirar, el uso cansado del corazón es cuestión de respirar. Inflar el pecho en dinamita y convulsionar dentro de los anteojos. Como creador, hombre taciturno y escritor.
En la estela del ocultamiento, donde estaban los versos fríos; quedaba tu esencia incandescente, malabarista. Memoria airada y puente gravitacional. Se sufre de miopía por enamorarse del mar.
Luego de levantarme y encontrar refugio, de precisar que la ventosa se penetra, que los faros duermen cuando tus manos golpean firmes, holgadas en compromisos furtivos y cenizas cálidas; luego de sentirme heroica dime que acabó. Expulsa la náusea abriendo un hilo. Conectando la pasión.
Cuando me encuentres sumergida, pendiendo de las costillas, en la colilla del comienzo ocular; recostaré la esperanza de la melancolía, bailaré para ti. Como ídolos de un ocaso.
En la enfermedad sexual de nuestra capacidad descriptiva, en la miopía de tu vena craneal, deja mi llanto añorando que sea buen final.
Que encuentre poder de sujetar la tierra
como aguja dominando el pajar.