¿Recuerdas cuando jugabas?
Que el sol tocaba tus manos
manos montadas en poesía,
talento congénito de la palabra.
¿Recuerdas esas charlas pesqueras?
El uso de verbos, sentidos, misterios.
Estábamos siendo al calor de la noche, lo caliente del naufragio.
En la ansiedad de caer a la nada.
Ocupo mi alma y a ti la devuelvo
quiero estar tan viva como el primer encuentro:
dos espíritus creando sobre el espiral del cielo.
Y, sin embargo, aquí la salvaje verdad
caímos al síndrome de caducidad.