Capítulo 3 | Como vez primera

El corazón me late muy deprisa. Gigi camina de un lado a otro con su largo dedo índice cruzándole los labios, nervioso. 

—¿Qué crees que le esté diciendo el doctor a los padres de Connor? — Me dice mientras sigue caminando un lado a otro nervioso. Necesito calmarme, y él también. Así que me paro enfrente de él.  

—Necesitas calmarte ¿Está bien? De seguro cosas muy buenas. — Lo sostengo de los brazos haciendo que se detenga. 

—Lo siento, estoy emocionado. — 

—¡Ay! Yo también. Pero necesitamos tener calma. —  

—Hola chicos. Me alegra verlos aquí. — Alice aparece a un lado de nosotros con un jugo de naranja. Ella luce un vestido largo modesto color blanco con retoques de flores sin mangas. Ella es delgada, rubia, de ojos verdes y con facciones perfectas. Su cabello está recogido en una coleta, y con un poco de máscara de pestañas.  

—Alice ¿Qué haces aquí? — Pregunto. 

—Fui a tu casa y tu mamá me dijo que estabas aquí. Me contó todo. — Se acerca rápidamente hasta a mí y me abraza fuerte.  —Qué bueno que estás bien. —Me dice durante el abrazo.  

—Sí. Afortunadamente a mí no me pasó nada malo, ¿Cuánto tiempo tienes que estás aquí? — Frunzo el ceño confundida. La alejo un poco de mi mientras ella tiene su ceño fruncido preocupada y trata de recordar.  

—Ya un rato, te estuve buscando por todos lados. Pero bueno, al fin te encontré. —  

—Si. Al fin. — 

—Yo sé que no conozco del todo a Connor, pero al menos estar aquí me da la oportunidad de poder reconfortarte si algo malo pasa. —Camina y se acerca hasta a mí. Me toma de las manos, ¿Qué le pasa? Seguro está bromeando.  

—¿De qué hablas? — Contesto confundida a lo que acaba de decir. Me suelto de sus manos, mientras Gigi la miraba de arriba abajo, con gesto de asco -Gigi y Alice nunca se han llevado bien. -  

—Bueno, pues si mue... — 

—¿Qué te pasa? — La interrumpo, frunzo el ceño, molesta.  

—Bue... Bueno... Todo puede pasar... — Balbucea nerviosa. 

—Ni lo pienses ¿Cómo se te ocurre? Connor ha despertado y está con sus padres, y con el doctor adentro. Así que guarda tus palabras si no vas a decir algo realmente relevante. — Gigi a un lado de mi le lanza una mirada altanera.  

—Exacto. Bien dicho Gen. — Alice pone los ojos en blanco a la contestación de Gigi. 

—Perdón. Yo no lo sabía, pero que bueno que ya haya reaccionado. — Comenta tratando de arreglar lo que había dicho. 

—Sí. — Respondo tratando de reprimir la molestia que me causo con su comentario. Cuando abren la puerta de la habitación, saliendo primero la señora Lee y el señor Lee, por atrás seguido del doctor.  

—Estará bien, solo es cuestión de tiempo... — Comenta el doctor. Rápidamente me dirijo hacía ellos. 

—¿Qué pasó? ¿Puedo verlo? — Les pregunto a los padres de Connor, mientras ellos ya tienen una sonrisa, el señor Lee abraza a su esposa por la cintura y asienten.  

Con una sonrisa entro hasta donde está Connor el cual está comiendo una gelatina. 

—¡Connor! —Grito mientras corro hasta a él y lo abrazo fuerte. —Por un momento pensé que no ibas a despertar. —Me despego de él y lo veo. Entra Alice y Gigi y nos ven con una sonrisa mientras yo con mis dos manos toco su rostro. 

—¿Me conoces? —  

—Claro, eres Connor, Con... ¿No te acuerdas de mí? — Le digo con una sonrisa. 

—Lo siento, pero no la conozco. — Me responde serio. Palidecí, volteo a ver a Gigi y a Alice que me miraban serios.  

—¿Estás bromeando? ¿Verdad? Soy yo Gen, ¿Tú mejor amiga? — Le digo seria, mi corazón comenzó a latir fuertemente mientras él me miraba a los ojos sin entender nada. Debe estar bromeando, algo muy típico de Connor.  

—¿Estás bromeando? ¿Cierto? — Le digo con una sonrisa preocupada y una pequeña risa asustada. 

—No bromeo, en serio. No la conozco. — Responde serio. Me hago para atrás mientras con mis manos presiono mi pecho, sintiendo como mi corazón se rompe en mil pedazos. Y Gigi se acerca a él para sostenerlo con sus manos.  

Enseguida entran sus padres. Y el doctor se queda en la puerta.  

—¿Qué pasa? ¿Por qué dice Connor que no me conoce? — Les pregunto acercándome y dirigiéndome a los padres de Connor. La señora frunce el ceño triste y se hacen a un lado dejando a mi vista al doctor.