Bennu fuego en las sombras (libro 1) Completo

14

No sabía la ubicación de los demás. 

Lágrimas comenzaron a brotar incesantemente, irritando mis ojos violeta. 

—Tranquila —me dije, deseando mantener el control, tenía muy en claro que ninguno de mis elementos acabaría con esta prisión. 

Y como había pasado en repetidas ocasiones, controlar mi furia era más que imposible, esta vez mi fuerza se había incrementado de una forma asombrosa.

Mis poderes se hicieron presentes en un parpadeo, el fuego dominó mis manos, el viento que había en la habitación comenzó a hacer estragos, el poder se posesionó en mí. 

—¡Yo soy más poderosa que cualquier otra persona! —grité. 

La puerta se abrió de par en par, el viento la azotó y la arrancó por completo haciéndola añicos, sentí un par de brazos alrededor de mí y en un abrir y cerrar de ojos me encontraba en el puerto de nuevo, con Dylan.

—Milena, ¿estás bien? —me cuestionó. El agua comenzó a moverse, formando un remolino 

—¡Milena, contrólate, por favor! 

—¿Dónde están los demás? —demandé saber.—Aún están en el barco, necesitamos sacarlos de ahí lo antes posible, pero no podré solo, tienes que ayudarme, por favor.

—De acuerdo, ¿cuál es el plan? —dije después de un breve momento de silencio y tratar de controlar mis poderes. 

—Tú tienes el don de que vean lo que tú deseas, ¿cierto? 

—Sí —dije a secas. 

—Pues si llega Vladimir o la rara esa, solo usa tu don y vuélvete invisible, mientras yo saco a los demás.

—Hum… ¿Puedes teletransportar más de una persona? —le dije angustiada. 

—Nunca lo he intentado, pero siempre hay una primera vez para todo —me animó. 

—Vamos —me tomó de la cintura, pero antes de irnos me dio un beso que detuvo el tiempo. Me tomó por sorpresa, lo correspondí, pero como siempre pasa, todo lo bueno se tiene que terminar. 

Suspiré.

En un parpadear ya estábamos adentro del barco, este se encontraba a una mayor distancia del puerto, casi había llegado a la superficie. Intentamos abrir las puertas utilizando la fuerza del viento, levanté mis manos para que el elemento me obedeciera, pero no ocurrió nada, el legado estaba presente, lo sabía por las luces en mis manos. 

Temblores se hicieron presentes, me concentré y enfoqué toda mi energía para desaparecerlos y destrozar las puertas que enjaulaban a mis amigos.

Las puertas explotaron atravesando nuestros cuerpos, pero sin causar daño alguno. Nell, Payton, Alexander, Zero, Darsving y Sebastian se reunieron con nosotros en el pasillo, las capas ondeaban fuertemente con el viento, aún tenía problemas para controlar esto, sabía que varía por el estado de ánimo, así que disminuí mi estado de excitación. Y el legado cesó. 

Nos tomamos todos de las manos y Dylan intentó sacarnos de ahí, pero no pasó nada, el pánico se asomó en los ojos de él. 

—No puedo —dijo Dylan en voz muy baja, casi inaudible, apenado por su derrota. Se armó un alboroto en tan solo unos segundos. Todos gritando y corriendo sin un rumbo fijo, nadie escuchaba al otro. 

—¡Basta! —grité—. Saldremos todos con vida de aquí, se los prometo, pero tranquilícense, que no me dejan pensar. 

—¿Piensas? —dijo Nell sarcásticamente, solo la miré sepulcralmente y volví a mis pensamientos.

«¿Qué podemos hacer? Soy la líder del legado de Bennu». Las ideas vinieron a mi mente como si alguien las hubiera puesto ahí, quizás así fue. Decidí comenzar la maniobra antes de que se me enfriaran las ideas. 

—¡Nell y Payton! ¡Vengan ahora! —les ordené a mis amigas. 

—¿Qué pasa, Milena? —me cuestionó Nell.

—La puerta está sellada, tenemos que buscar la manera de quitárselos y poder salir de aquí —le respondí. 

—Muy bien, entonces la puerta está sellada con siete llaves, delas cuáles tres son mezclas de plantas y las cuatro faltantes son basadas en los cuatro elementos restantes —dedujo Nell. 

—¿De dónde sacaron esos datos? —dijo Alexander.

—No lo sé, solo intuí —le respondió Nell. 

—¿Dónde está la Nell que conocemos? ¿Dónde la has dejado, criatura horrorosa? —bromeó Payton. 

—Payton, compórtate, ¡necesitamos salir de aquí ya! —ambas le gritamos al mismo tiempo.

—¡Compórtense! Ahora no es momento para hacer bromas —espetó Darsving. 

—OK, me callaré, solo díganme qué hacer —dijo Payton entre dientes, Nell casi se lanzó para atacarla y hacerla pedazos (exagerando), yo solo ignoré su regaño y decidí tomar la iniciativa. 

—¡Nell! ¡Payton! Concéntrense —les ordené fríamente.

—Bien, necesitamos eliminar los primeros sellos guardianes. Después los tres de la naturaleza y por último atacar los otros cuatro, pero al mismo tiempo todos… Milena, necesitaré tu ayuda para romper los sellos de la naturaleza. Zero, Payton, Alexander y Dylan, vengan aquí, necesitamos su ayuda —mandó Nell. 

—¿Qué quieres que hagamos? —la cuestionó Zero, y les explicamos el plan detenidamente. 

—Espera, Milena, pero ¿cómo atacaremos? Si aquí no hay ni una sola planta, ni fuego.

—Tienes razón, Nell —respondí algo angustiada. 

—Este plan está muy bien adaptado a la situación, solo que existe un detalle que no tomaron en cuenta y ni siquiera han pensado —la voz me resultó demasiado familiar, pero sentía que no la había escuchado desde hace mucho tiempo atrás, quizás desde mi infancia. Miré al lugar donde provenía esa voz, en efecto, era mi tío Naro Phoenix, hermano menor de mi padre. 

—¡Naro, qué bueno que estés aquí! —le grité mientras corría hacia él para abrazarlo, siempre lo quise como a mi padre.

—Sobrina, me alegro mucho de verte, tengo mucho tiempo de estar viviendo en Bennu —él me abrazó y me besó en la mejilla. Mi cara reflejaba las mismas cuestiones que salieron por mi boca: 

—¿Por qué? ¿Cómo? 

—No hay tiempo para hablar de eso, todos debemos salir de aquí. Ahora necesitamos que tú y tu amiga —señaló a Nell— actúen rápido y de la siguiente manera; ustedes dos…




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