Bennu sangre y traición (libro 2) Completo

6

 

Después de subir las escaleras al galope de Derty, llegamos a la planicie donde estaba la puerta de hielo, el enex le dio dos patadas, la primera hizo que se agrietara, la segunda la tumbó haciendo un sonido estrepitoso como el cristal haciéndose añicos. Por poco me caigo, abracé del cuello a esa maravillosa criatura. Entramos en el túnel, estaba demasiado iluminado, así que trate de tranquilizarme. Derty y yo creamos una conexión como la que solía tener con Sally, así que también haría lo mismo que yo, para así evitar delatarnos por nuestra luminiscencia y excesivo calor.

—¿Hacia dónde debemos ir? —pregunté, suponiendo que alguien me respondería.

—Deberías salir del castillo, no es un buen lugar para usted, majestad, y su hermoso enex —la voz me parecía conocida y me llenaba de confianza, continuó hablando en las penumbras de la cueva, donde no llegaba la luz que emanábamos —Vamos a salir por la cocina. Ahí, existe una salida que no muchos guardias conocen. Soy el único que siempre está en ese lugar.

—¿Blass, eres tú? —pregunté, bajando de Derty.

—Sí, soy yo, mi lady —me dijo con una tierna sonrisa, acercándose a mí. El fuego que me rodeaba se calmó aún más de un momento a otro, al igual que mi grado de estrés, haciendo que mi cuerpo quedara apagado en segundos y el de Derty también.

—Su majestad, creo que necesitará esto —me dijo mientras me daba mi capa, en la que había envuelto algo de ropa limpia. El enex ya estaba en su estado de verde belleza, así que la iluminación en el túnel disminuyó, y la visión de mi alrededor era borrosa. Para ser sincera, eso era muy bueno, porque estaba completamente desnuda y mi piel se veía roja por la vergüenza, no era siquiera por el fuego que me rodeaba hace pocos segundos. 

Me cubrí con la capa, después me puse detrás de Derty para ponerme la ropa con algo de privacidad. Odiaba no tener a mi fénix, antes no tenía que preocuparme porque mi ropa se incendiara.

—¿Lista, su majestad? —me cuestionó Blass. La verdad es que me hizo enfadar. Odiaba que me dijeran así, yo nunca quise ser la reina o princesa de este lugar o cualquier otro. Además, ni siquiera he sido coronada.

—Por favor, llámame Milena, todavía no soy la reina de Bennu —dije tratando de serenarme.

—Así será, su… —hizo una pausa y continuó hablando —Milena, salgamos de aquí. Sebastian y sus guardianes siguen buscándola, además llegaremos tarde a la reunión que Jared convocó para esta noche.

—¿Cuánto tiempo estuve desaparecida? —cuestioné.

—Como un octavo de luna (es aproximadamente una hora en su dimensión).

—Entonces… Hum… —dije pensando.

—¿En dónde estuvo? —me cuestionó al no escuchar mi respuesta, mientras caminábamos hacia la cocina para salir del castillo e ir al lugar citado.

—Una mujer muy extraña me secuestró dentro de un sótano algo peculiar del castillo y allí encontré a este hermoso enex, llamado Derty. Fue quien me ayudó a salir de ese lugar, además, me di cuenta de que aún me quedan poderes, por algunas travesías que tuve en ese extraño lugar.

—¿Cómo se llama esa mujer?

—Zile. Ella deseaba matarme, no me lo dijo, pero sí lo pude ver en sus ojos sedientos de sangre y en sus acciones —dije, mientras un escalofrío me recorría toda la espalda.

Blass guardó silencio. Anduvimos por el pasillo hasta llegar a la puerta, ahí cruzamos la cocina, Derty fue el último en pasar, haciéndose casi del tamaño de una persona. Así le fue más fácil andar por el resto del camino. Al llegar a las afueras del castillo, regresó a su tamaño real.

—¿Mi hermana también asistirá a la reunión? —cuestioné a Blass.

—La señorita Coral no está invitada, ella es uno de los aliados de Sebastian.

Ya sabía eso, pero escuchar las palabras de otra persona fue como si un balde con agua helada me cayera en la espalda y no solo eso, sino que también me golpeó la cabeza ese mismo balde de acero.

—Vámonos, no hay tiempo que perder —dije, tratando de ahogar los sentimientos negativos y el desprecio hacia las personas que me traicionaban, en especial a mi sangre, mi hermana... Coral.

—Es por aquí —me señaló Blass con sus dedos largos. Aún me era difícil quitarle los ojos de encima, él era totalmente distinto a cualquier humano o criatura que hubiera visto en esta dimensión. El joven azul estaba apuntando hacia la izquierda. Derty resopló como represalia a mi desconcentración y comenzó a andar como si él supiera hacia dónde teníamos que ir.

Sacudí la cabeza para despejar mis ideas sobre lo guapo que era ese joven, pero a pesar de todo, jamás pude dejar de pensar en aquel chico que apareció un día sin preverlo y me cambió la vida de una forma tan inesperada. Ahora, solo deseaba verlo de nuevo para estar a su lado y ser feliz, para dejar de lado mi preocupación por sobrevivir a todos estos villanos que deseaban matar a mi pueblo, a mis amigos y a mí, Milena Phoenix, futura reina de Bennu, por mandato divino.

Iba viendo las estrellas, la noche parecía estar en su punto más oscuro y esos pequeños puntos luminosos lo llenaban de tonalidades frías; como el azul, verde, violeta y otros colores más. Lo único que quería en ese momento era estabilizar el mar de emociones que me dominaba. Furia. Tristeza. Soledad. Sed de venganza. 

Noté el silencio y la ausencia de los que me acompañaban. Derty y Blass estaban en un lugar oscuro y lúgubre dentro del castillo, a una gran distancia de mí. Miré hacia atrás y no había ningún portal abierto, me pareció cuanto menos muy extraño todo lo que estaba sucediendo.

“¿Qué fue lo que pasó?... No creo que sea eso que estoy pensando, definitivamente no, es imposible que tenga el poder de la intangibilidad, lograr atravesar muros de piedra sólida… Aunque todo es posible en este lugar, ahora mis poderes para controlar el fuego dentro de mí están más que presentes y se suponía que eso era completamente imposible” deduje en mis pensamientos.




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