Bésame, ángel.

ix. Kaia.

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  〈〈 Temí perderte, porque definitivamente te quería conmigo y no con alguien más. 〉〉  

 

  ▁▁▁▁▁▁▁▁▁▁   

 

Abro los ojos con dificultad, temiendo despertar en un lugar en el que no quiero estar. Todo mi cuerpo deja de estar en tensión, cuando puedo sentir su suave mano tomando la mía. Veo su cabellera negra y sus ojos claros, que están llorosos. Aprieto su mano mientras la sonrío, y cuando se da cuenta de que estoy despierta, me abraza fuertemente y llora más fuerte.

—El doctor me ha contado todo, lo siento...—tartamudea, entre hipidos.

—No te preocupes, Lea. Me encuentro bien, ¿sabes? Ahora sé toda la verdad...

—Aunque hay algo más que tienes que saber...—murmura, con una tristeza inundando sus ojos.

— ¿El qué es?—pregunto, confundida.

—Te hemos estado protegiendo muchas personas, en realidad. Nadie que has conocido desde que despertaste fue por obra del destino, sino porque alguien así lo quiso para protegerte. El doctor es mi padre, la enfermera Aria es la novia de tu mejor amigo, que te salvó aquel día. Se llama Hunter, y consiguió un puesto en la policía, por lo que investigó a tu padre.

Ahora todo tenía sentido. Por eso me miraba así la enfermera, y el doctor. Pero no entendía quién era Lea en mi vida, porque ahora que recordaba todo, no la he visto en ningún recuerdo. Quiero preguntarle eso, pero alguien llama a la habitación y entra a la misma. Mis ojos se abren mucho, y tapo mi boca mientras las lágrimas se acumulan en mis ojos.

Pego un salto de la cama y corro hasta sus brazos, que me sujetan con fuerza mientras siento el agua de sus ojos sobre mis hombros. Repite todo el rato "lo siento" en mi oído, y yo le digo que todo está bien ahora y no hay ningún problema. Le doy las gracias por salvarme aquel día, cosa que lo hace llorar más porque no pudo evitar el accidente de coche, del cual le repito varias veces que no es culpable en absoluto.

—Pero lo que no entiendo, es por qué estás tú, Lea. No te recuerdo...—murmuro, cuando ya estamos más calmados y estamos los tres sentados en mi cama. 

—A mí me pidieron el favor de compartir la habitación contigo, ya que mi padre era amigo del tuyo y de Hunter. No pudo creer lo que Hunter le contó el mismo día que ingresaste en urgencias, así que ideó este plan para protegerte. No quería que salieras en ningún momento, por lo que te ha mantenido en el hospital hasta ahora que ya sabes la verdad—contesta, y otra duda surge en mi mente.

¿Entonces aquel beso era mentira?

—Cuando él crea conveniente, te vendrás a vivir conmigo y con Aria. Por ahora no puedes vivir sola...—murmura Hunter, y niego con la cabeza.

—Necesito estar sola, Hunter. Llevo casi seis meses con gente agobiándome por todos lados. Sé que lo habéis hecho con buena intención, pero necesito estar sola...—pido, tomando sus manos.

—Puede vivir en mi piso, Hunter—dice Lea, haciéndome observarla con confusión—. No te preocupes, la semana que viene tendré que marcharme de aquí para ir a Estados Unidos por un tiempo.

— ¿Por qué te vas?—pregunto, y el miedo invade mi cuerpo. No quiero que se vaya, sólo la necesito a ella, quiero entender lo que siento.

—Quiero cumplir mi sueño.

Mierda.



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En el texto hay: chicaxchica

Editado: 14.11.2018

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