15 | Oculto

—¿¡Pero que te ha pasado!? Estas muy pálida —se acerca a mi lentamente, preocupado.

Niego levemente, mientras me quedo estática, analizando la situación. Después de casi una hora estando filmando en grupos, dentro de la iglesia y algunas zonas con un poco de actividad —donde hemos sido víctimas de algunas presencias—, hemos vuelto a reunirnos. Solo tenemos algunos rasguños o pequeños moretones, nada grave. Seungmin se acerca a mí y me examina minuciosamente, para asegurarse en que no tengo nada grave.

—Ya sabes, solo hemos visto algunos fantasmas, escuchado voces macabras y nos han hecho algunas marcas, lo normal.

Suelta una pequeña risita, entre divertido y asustado. No lo sé.

—Por lo visto, ustedes han tenido más experiencias paranormales durante su recorrido —anuncia—. Nosotros apenas si escuchamos unas cuantas cosas, nada aterrador.

—Pues habría deseado estar en tu grupo.

—Pues ahora estaremos todos juntos. Ahora iremos a lo más profundo del cementerio, donde se dice que suceden más cosas paranormales a altas horas de la noche.

Relamo mis labios y trago fuertemente. Nadie me menciono nada de esto y me parece una falta de respeto muy grande. Odio que me mientan así para traerme a lugares como estos. Ya debería saberlo demasiado bien. Quiero irme de aquí en este preciso momento.

—Dudo mucho en que mi corazón soporte cosas más fuertes que lo que hace un rato.

—Yo te reviviré si es necesario —sonríe ampliamente.

Antes de poder decir algo, alguien le llama, por lo que se aleja de mí. Me quedo ligeramente atonita ¿Cómo debería tomar eso? Pensé que diría algo como ‘podemos quedarnos aquí y esperar a que todos vuelvan’ o algo similar. Supongo que peor es nada.

Se acerca rápidamente Changbin y Hesvel, tomándome fuertemente del brazo y alejándome unos metros del resto.

—¿Qué sucede? —Los miro, confundida, ante su comportamiento.

—Nada —confiesa Changbin—, solo queremos saber cómo te ha ido.

—Lo normal que sucedería en un cementerio a estas horas.

Asienten y se miran fijamente, cómplices. Algo se traen entre manos.

Me cruzo de brazos y ladeo ligeramente mi cabeza. —¿Qué es lo que tienen que decirme?

—Bueno, no sé cómo empezar —juguetea Hesvel con sus manos.

Changbin carraspea, y mira por última vez a Hesvel, antes de dirigir su mirada hacia mí. No entiendo.

—Bueno, seguramente Seungmin ya te dijo que nuestro recorrido fue demasiado tranquilo, a comparación de tu grupo —comienza a explicar, nervioso. Asiento—. Bueno, pues…realmente nada aterrador paso, pero…

—¡Dime! —Lo tomo de ambos hombros fuertemente. Me mata la curiosidad.

—Konnie no soltó a Seungmin en ningún momento —dice finalmente Hesvel, poniendo los ojos en blanco—. Según ella estaba demasiado asustada, que sentía que en algún momento le podría dar un paro cardiaco.

—Y Hesvel me ha dicho que Konnie no es de esas personas a las que le s asusta casi cualquier cosa —menciona Changbin, en un susurro—. Como a ti.

Lo miro, amenazante y se encoje de hombros. Niego levemente, mientras esbozo una ligera sonrisa. Se que yo tengo una peculiar fama de que me asusten algunas cosas, y realmente eso no me importa, lo importante es que Konnie no es de esas personas. Ella ama lo extremo o cualquier cosa que le acelere el corazón. No le importaría morir.

No me enoja el hecho que estuviera junto a Seungmin en todo el recorrido, pero extrañamente siento algo ardiente dentro de mí que viaja por todo mí cuerpo. Incluso siento mis mejillas arder. No sé cómo describirlo. Exactamente, ¿Cuál es la necesidad de mentir así para estar con él en todo el recorrido? No logro entenderlo.

—He vuelto —aparece de pronto Seungmin a mi lado.

Hesvel y Changbin desaparecen y vuelven a donde estaban hace un rato. No sé qué decir. Extrañamente, me siento un tanto incomoda después de saber esto.

—¿Sabías que pasaremos aquí la noche? —dice de pronto.

Abro mis ojos ligeramente más de lo normal y mi respiración se acelera instantáneamente en el momento en que termina la oración. Esto es demasiado, considerare seriamente en renunciar al programa. Llevo una mano a mi pecho e intento calmar mi respiración. Siento que el aire en mis pulmones comienza a ser escaso.

—Tranquila, es una broma —anuncia Seungmin, asustado ante mi reacción.

Me mira, expectante. Lo miró fijamente, amenazante, negando levemente.

—Podría costarme la vida —digo, ya un poco más tranquila—. No soportaría quedarme una noche aquí. Apenas lograré soportar las tres horas que estaremos aquí.

Alguien del staff hace un ademan con su mano, para que nos acerquemos. Han terminado de reparar algunas de las lámparas que misteriosamente han dejado de funcionar durante nuestro recorrido. Con suerte, logramos recordar el camino y la tenue luz de la luna nos ha iluminado lo suficiente para ver el camino. Fue el regreso más eterno de mi vida.

Las cámaras se encienden y todos nos ponemos en posición. Inicia la grabación.