Y cuando creí cerrar mis cicatrices, las dagas de un oscuro recuerdo volvieron demostrando lo difícil que es curar las heridas
Si bien era sabido que, cuando la vio sus ojos se deslumbraron creando en su mente la imagen perfecta.
Por cada gota del fuerte licor era una promesa de su relación desastrosa. No podía pedir un simple deseo y decir que las cosas cambien de la noche a la mañana, nunca creyó haber deseado no encontrar a una persona en su camino. Estaba seguro de que las cosas fueron para bien.
Frustrado bebe de tajo, mientras sus pensamientos varían una y otra vez en lo mismo. Jamás creyó desear y detestar a una mujer, sus sentimientos optan en mantener un firme pulso hacia un sentir que él por mucho tiempo odio.
Se detesta, odia por dejarse manejar como un simple muñeco de trapo, sin embargo, sabía que todo aquello que hizo era para el bien de su familia. No obstante, su mente y corazón le reprochan una y otra vez por todo lo malo.
» Y qué más da, si aquellos planes nunca funcionaron «
» —Si quieres seguir con todo tu lujo no olvides cuál es el muro por derribar.
Aquellas fuertes palabras de su madre aún siguen en pie, pero a la vez sentía que era patético seguir sabiendo que todo lo que construyó se fue a un precipicio.
» —¿Acaso quieres ver cómo tu familia se hunde en la miseria? Hijo mío piensa, todo lo que estás haciendo es por el bien de tu hermana. No te da tristeza verla postrada en aquella cama...
Cada gota mostraba un recuerdo de hace unos malditos siete años, cada palabra de su madre, cada decisión mal tomada le afectan en gran manera. Se cree estúpido al aceptar la propuesta por el "bien de la familia", y todo lo que recibió fue un destierro propio. Quiso salvar a Mia de un matrimonio maldito fue una de sus mejores decisiones, pero también quiere salvar una parte de su familia.
»— ¡Qué has hecho! — su padre mostraba el odio, y cada grito era un decibel más — estás contento al dejar que nuestra oportunidad de ser ricos nuevamente se esfumara. Tu hermano hubiera sido mejor que tú.
Y allí estaba su herida, su hermano. Quizás si él estuviera allí las cosas hubieran sido diferente. Él hubiera seguido todo al pie de la letra, no hubiera expuesto sus sentimientos ante tal mujer, no hubiera sido tan indefenso como él.
Hace diez años, la declaración de quiebra que provocó que su familia tomara medidas demasiado crueles y fuera de lo racional. Aún no podía creer que estuvieran viviendo como si nada haya pasado, un hermano que solo pensaba en su propio mundo, alguien capaz de desafiar y hacer que sus dos hermanos menores estuvieran en una fiesta, sin embargo, una parte de él siempre aseguró que la catástrofe fue totalmente su culpa.
A pesar de que Franco era el hermano mayor, muchas veces sentía que su nivel de madurez estaba rebajado a la edad de un niño de cinco años. No creía conveniente salir a altas horas de la noche.
Aun no podía olvidar la emoción que su hermana presentaba aquella noche, de cómo su hermano mayor les contaba sus anécdotas. Nunca creyó que después de tanta diversión lo que esperaba era una nevada. De solo cerrar sus ojos volvía a ver con tanta nitidez su pasado, de cómo una simple discusión hizo que su hermano perdiera el control provocando que el auto quedara en el carril contrario.
» —¡Ya estoy cansado de quedar como el culpable de todo! —grita sacando toda su rabia —simplemente me aburre tener que cargarte siempre, de que tú seas el mejor para ellos.
Aún recuerda la firme mirada de Franco después de decir todo lo que sentía.
» —¿Tú crees que yo no me siento mal?, ¿qué no siento envidia de los dos? Jure odiarlos a los dos, aun así, Ya sabes, es mejor tener al enemigo de amigo, así sabrás sus debilidades.
Recuerda que aquellas palabras calaron generando que miles de lágrimas dejaran ver lo débil que alguna vez fue. No creía en sus palabras, pero algo en la mirada de aquel desconocido hombre que decía ser su hermano juraba que todo era cierto.
Aún sentía la fuerte mirada, mirada que siempre estuvo con desprecio. Aprieta sus ojos reviviendo cada segundo, imaginando que está en el auto.
De un momento a otro regresó justo a la realidad pasada, en donde podía ver que aquel imponente muchacho seguía con su mirada fija en él, mira hacia el frente notando que el auto no estaba en el carril correcto, no obstante, un par de luces le mostraban que ya era tarde para dar un aviso seguro. Un fuerte sonido, gritos, luces titilando y el sabor ferroso de la sangre era la bienvenida de la madrugada.
Un fuerte dolor en sus sienes le advierte el gran esfuerzo que hizo al recordar cada segundo de la última noche junto a su hermano. Se sentía culpable de solo regresar al momento en donde escuchaba los quejidos de dolor de su hermana en medio de su propia inconsciencia.
Limpia sus lágrimas saliendo de aquel viejo bar de mala muerte. La noche lo recibe con el cielo más nublado. No sentía ganas de llegar a casa y ver los resultados de aquella madrugada. Sin embargo, la fuerte necesidad de seguir abriendo sus cicatrices le llevaron a subir en su auto provocando que derrape generando un fuerte sonido.
Su mente se mantiene nublada, el dolor persistía sentía su cabeza a punto de explotar, respirar es la tarea más difícil de hacer. Abre sus ojos obteniendo un blanco muy resplandeciente. Pronto la confusión lo embargó notando su brazo derecho enyesado, su cabeza vendada, una mascarilla en su cara y un agudo pitido en sus oídos.
Pequeños fragmentos de la discusión llegaron generando un fuerte dolor.
La puerta se abre bruscamente dejando mostrar a una mujer desaliñada y llorando.
» —¡Fuiste tú! —su madre grito— por.... —sus alaridos cesaron mientras se arrodilla frente a su camilla. La mujer toma su mano izquierda —tenías que impedirlo, porqué permitiste todo, ahora tendrás que cargar con la muerte de tu hermano y la ausente presencia de tu hermana.
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Editado: 22.05.2022