No podemos cambiar las cosas que no podemos controlar…
Si no necesitara un baño para asearse hubiera pensado que Azael le llevaría a otros asuntos. Podrías aprovechar. Frase que su clan de amigas hubieran recitado a coro, claro que ver como su novio está completamente a merced en una cama demasiado cómoda.
“ La mordida, hija la mordida” podía sentir los golpeteos de su madre si hubiera imaginado a su única hija en un hotel con un hombre demasiado atractivo. No puede negar que la situación amerita observar tan sexy cuerpo, pero la dura realidad golpea sus sentidos. “Solo has venido a darte un baño” “Si, claro. Un hombre tan guapo te lleva a un hotel de lujo a solo darte un baño” Ironías que sólo Bridget le cantaría al oído.
— ¿Irás tú primero?
— Eh
— Que si irás tú primero al baño. — la sola idea de saber que deben esperar a que sus ropas regresen de la lavandería, acción que se está tomando su tiempo, le hace pensar múltiples escenarios un tanto penosos y subidos de tono. Mira su bata, sus mejillas aún están sonrosadas, al saber que debajo de sus batas solo se encuentra la desnudez. No era tan tímida en los asuntos íntimos, pero delante de Azael su nivel de tontería ha llegado al máximo.
— Puedes ir tú primero, no tengo prisa — quizás fue el tiempo, su cercanía, los momentos de humor lo que orillo a ser diferente su personalidad, antes no solía pensar tanto en el sexo o el sentir entre sus manos un par de musculos, pero su rutina de todas la noches se volvío una completa exitación. Se ha imaginado el calor del cuerpo de aquel hombre que la mira expectante, en esos momento no para de recriminar el hecho de que muere de ganas de probar la temperatura del agua con su compañía.
— Está bien, puedes recostarte, porque me tomo el baño como un ritual — sonríe imaginando a su novio cantar mientras se enjabona.
La puerta hace un leve ruido, un ruido de encarcela sus deseos. Suspira visualizando la ventana mientras intenta reordenar sus pensamientos, algo completamente crítico. Pronto el sonido del agua estrellándose contra el piso invade su audición provocando que la intriga vuelva a ella.
— ¿Será posible que quite este demonio de pensamientos eróticos? — habla para sí. Tremenda locura querer ver nuevamente aquel cuerpo de dios del olimpo, pero esta vez completamente desnudo.
Camina hacia el sonido tratando de no causar alguna tontería. Su mente no paraba de catalogarla como una completa acosadora, sin embargo, esos pensamientos le gritan que siga en busca de las respuestas a sus dudas. La puerta no está del todo ajustada, acaso ¿es una invitación? parte de sus lecturas de las tardes solían ser un romance completamente erotico y una puerta semi ajustada solía ser la entrada a los deseos , pero, también podía ser un error. No obstante, ya era tarde para arrepentimiento, el pomo frío de la puerta empuja suavemente dejando a merced de su vista un cristal en el cual un cuerpo difuso se puede apreciar.
Debería irme. Piensa mientras da el primer paso hacia dentro. El vidrio mantiene su presencia fuera de las vistas de Azael, sin embargo, sabe que puede ser fácilmente descubierto en su papel de fisgona. Podía observar aquel cuerpo completamente formado, sus brazos flexionados contra la pared, sus espalda musculosa, la redondez de sus nalgas y unas piernas fuertes, todo lo perfecto en un solo lugar, un cuerpo que la mantiene en vela. Podía acercarse más para apreciar lo que tanto quiere tocar, podía ser descarada y entrar, pero a parte de tener pensamiento un tanto fuerte también puede ser una mojigata.
Era completamente hipnotizante ver su cabello mojado y todo su cuerpo desnudo, no sabía cuánto tiempo ha pasado, solo puede contar los movimientos a través del cristal, sin embargo, escrutar silenciosamente también enciende más que sus alarmas. No puede negar que su cuerpo ha empezado a reaccionar, no sabía en qué momento sus manos empezaron a toquetear por sí sola su cuerpo. Pronto el sonido de la llave inunda el cuarto algo que no llama completo su atención, abre más sus ojos al notar la mano postrada en la esquina deslizando lentamente el vidrio. Intenta escapar siendo un fracaso al escuchar su voz.
— ¿Qué haces? — Observa petrificada a un Azael de frente completamente a su alcance de sus vistas.
Dios ¿Es muy tarde para arrepentirme de mis pecados?
AZAEL.
Tan solo saber que solo existen sus batas que lo separen es un punto medio que con tan solo sus manos podría deshacer. ¿Tiene que solo ser un caballero y evitar faltar el respeto? verla recostada en aquella cama, sus manos prácticamente querían tomar vida y recorrer cada una de sus curvas. No obstante, solo prefiere dar una retirada un tanto decepcionante.
Quizás el sabor de su cuerpo sea un completo manjar Pero qué tanto pensaría ella si tan solo insinúa su deseo hacia su cuerpo, no era un completo petardo que solo piense en cómo tocar un cuerpo completamente desnudo. Pronto el agua tibia golpea su cuerpo alejando pensamientos un tanto fuera de la realidad, posa sus brazos en la fina pared mientras sacude su cabeza por ser tan pervertido. Siete años deseando a aquella mujer, siete años han hecho demasiado daño en su cabeza.
Apaga la regadera recordando que la toalla se encuentra fuera de alcance, estaba por maldecir mientras desliza rápidamente el cristal encontrando Mia petrificada.
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Editado: 22.05.2022