Después de quitarme las alas y lanzarme al vacío, encontré un nuevo inicio
Gira escuchando ronquidos, observa a su compañero quien se encuentra con la boca abierta mientras un hilo de baba se aventura en su mejilla, trata de no reír recordando que tales escenas en novelas románticas es lo opuesto a lo que está viendo, pero sabe que su novio es una persona hermosa en todos los sentidos. Toca su abdomen desnudo recordando el gran sacrificio que hizo en el club, pronto tendría que preguntarle de dónde sacó esos pasos, de alguna u otra forma sabe que los ha visto en algún lugar.
Pasa su derecha por su cabello tratando hallar la paz necesaria ante tanto escándalo en los pasillos. Hoy es el día de Erika y todos están acomodando los últimos arreglos.
— Pagaría cien dólares y bailaría la macarena para saber tus pensamientos.
— No es necesario, aunque verte bailando macarena con una abeja en tus joyas no estaría nada mal — sonríe al ver como sus mejillas se tornan rojas.
— ¡Acosadora! Yo solo quería ser romántico
— Si a romántico te refieres a roncar mientras observo como un camino de baba se dirige a tu cuello, puedo darle un puntaje de cien al amor — se levanta — ya es momento de la despedida, ya es tarde — hace alusión a que es momento de que salga de su cuarto mientras nadie los ve.Por una parte le entristece hacerlo pasar por tantos enredos.
— Ven — la toma de las manos logrando que su cuerpo quede completamente recostado en él — quiero pasar cinco minutos más a tu lado, si tuviera el poder de congelar el tiempo, creeme que lo haría.— pasa el edredón sobre su cuerpo.
Siente sus calientes manos por sus piernas llegando a la fina tela. Sus toques lentos y con gracia logran que suspire obteniendo de él una sonrisa triunfadora de lo que logra con tan solo rozar sus dedos sobre la pequeña tela. Todas las mañanas antes de irse, complacerla se ha vuelto un ritual. Cierra sus ojos dejando que su imaginación provoque un choque al notar que su izquierda acuna su seno, pronto leves pellizcos generan descargas hacia el sur de su anatomía.
— Azael — tiene miedo de perder el control, de ceder ante la lujuria; solo tiene miedo de quedarse nuevamente con el corazón herido. No recibe respuesta a su llamado, el calor del cuerpo va en aumento mientras recibe más estimulación. Pronto es postrada en el mullido colchón, ve a su novio escrutarla.
— ¿Sabes que te ves tan hermosa? así completamente a merced.— roza suavemente su mejilla — sé que tienes miedo, todo tiene su tiempo.— la abraza repartiendo besos por todo su rostro.
— Lo siento, yo…
— También te amo — sonríe al verlo triunfante en la conversación. Nunca se había dado la oportunidad de mencionar aquella frase, pero era el momento porque realmente lo siente, verlo todos los días, saber que ha sido quien le ha brindado ese amor necesario y notar que cada día junto él es completamente lo que deseaba.
— Te amo — lo toma de las mejillas — te amo hombre que me esperó por siete largos años…
[...]
Se mantiene serena observando el gran horizonte, pronto le llamaría a la pequeña colina, el lugar de las palabras, ya que cada vez que quiere tomar un pequeño respiro alguien llega en completo silencio. Observa como la pequeña paja se enreda entre sus labios carnosos. Ya no lo piensa como el dolor o traición, solo lo ve, lo ve como alguien que se refugió en una persona mala, sabiendo que su rostro dice lo contrario.
Su cabellos brilla a la luz del sol, su nariz perfilada un poco curva debido a un accidente que pasó hace muchos años le da un auge varonil diferente, sus pestañas largas siguen siendo la propia envidia, realmente Lucas es un buen partido si no hubiera resultado ser un casanova completo.
— ¿Cómo es ella? — Tal vez es el momento de conocerlo realmente. La luz resalta enigmáticamente sus iris.
— Ella es realmente hermosa, era bailarina de ballet — lo escucha suspirar — de alguna forma me siento culpable de todo, ella era feliz. No éramos la gran familia, ahora hace falta mi hermano mayor, mi padre es un deudor más y mi madre está completamente desquiciada.
Escucharlo hablar con tanto resentimiento y culpa sobre su familia no es lo que realmente esperaba, sin embargo ver aquella sombra de dolor por su pérdida y la soledad, le hace ver más allá de aquel chico ostentoso — Una vez alguien me dijo que no es bueno dar segundas oportunidades, pero verte aquí decirme quién eres realmente me hace darte esa oportunidad de ser un amigo, así también quiero ofrecerte una confidente.
— Sabias palabras de madame uniqua — toca su cabeza — ¿podemos olvidar la etapa donde quise ser tu Romeo? — sonríe
— Siempre quise ser Tasha y sí, sí podemos olvidar esa etapa.
— Aun me pareces hermosa, Tasha…
— Tan bien que íbamos, adiós ¡Se cancela la amistad! — se gira en dirección a la hacienda
— ¡Tasha, no me dejes! Aquí está tu Pablo — empieza a correr detrás de aquella mujer que ha jurado amar en el silencio, sabe que su oportunidad de hacerla feliz ha pasado, no obstante, se siente pleno en saber que Azael ocupará ese lugar que él no pudo llenar.
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Editado: 22.05.2022