Jay corría tan rápido como sus piernas se lo permitían hacia el instituto, la alarma le había jugado una mala pasada y la que la termino despertando fue su mamá. Si no llegaba en siete minutos a su salón se perdería uno de los examen más importantes del año, el de matemáticas y si eso pasaba reduciría sus notas quitándole su primer lugar en el boletín escolar.
“No lo permitiré”
Cuando iba llegando vio a dos estudiante de último año tomando asistencia de los estudiantes que entraban, estos suspiraron y empujaron el portón para cerrar y antes de que Jay pudiera detenerlos el portón ya estaba cerrado.
“No, no, ¿que se supone que...?”
En ese momento vio a su molesto compañero llegar a un paso relajado, escuchaba musica a través de sus audífonos y sus manos se refugiaban en los bolsillos de su pantalón.
“¿Como puede estar así?” se preguntó ella con incredulidad y luego recordó con fastidio que es el alumno más vago y poco asistencial del instituto, claro que no le importaría llegar tarde.
Algo que la sorprendio fue cuando el chico se apoyó de las barrotas y saltó cruzando las rejas del instituto. Ella abrió la boca y rápidamente se acercó a las rejas viendo como el chico se acomodaba su mochila, éste notó su presencia y se volteo a verla, una mueca de incredulidad y fastidio adornó su rostro.
—Hey, se que no nos llevamos bien, pero tengo un examen que presentar en... — ella alza su muñeca viendo la hora en su pequeño reloj y abre los ojos con horror —... En cinco minutos y necesito entrar — ella respiro hondo incrédula de lo que diría a continuación — ¿podrías ayudarme a pasar?
El chico suelta una pequeña risa de burla mientras niega con la cabeza como si lo que viera frente a él fuese una alucinación y como si ella no estuviera allí se da media vuelta y empieza a alejarse de las rejas. Ella al ver esto mira a varios lados intentando buscar a alguien mas quien la ayude pero no hay nadie así que se da cuenta que no tiene otra opción.
—¡Oye!, ¡no te vayas! — suplica ella a gritos pero el castaño ni se inmuta — ¡Park Jimin!.
Jimin para al escuchar su nombre y rueda los ojos con fastidio para dejar salir un 'aich'.
—¡Por favor!.
El suspira hondo y se da vuelta encontrando el rostro suplicante de la castaña, se pregunta si realmente debe ayudarla y al final se acerca a la reja.
—Quitate la mochila y tirala dentro.
Jay sonrie y obedece, una vez entra este se trepa la reja hasta arriba y le ofrece la mano, Jay la toma y escala hasta arriba, una vez bajan la castaña se gira hacia él y hace una reverencia.
—Gracias por ayudarme — Jay sonríe alegremente y luego recuerda el examen. Ella corre tan rapido como sus piernas de lo permiten ignorando la regla de no correr por los pasillos y dejando a Jimin atrás.
Una vez esta frente a la puerta de su salón esta la abre teniendo inmediatamente la atención de los alumnos y profesor, al parecer ya habían empezado pues habían hojas en cada uno de los puestos. El profesor carraspea.
—Señorita, llega tarde — recalca lo obvio — ¿tiene excusa?
Jay baja la cabeza avergonzada y medita si decir la verdad o no.
—Me quede dormida, lo siento — admite ella sin subir la mirada y escucha unas pequeñas risitas a su alrededor que pronto son cesadas.
El profesor suspira y hace un ademán de que entre y se siente, ella obedece sentándose en su lugar donde yase la hoja con las preguntas correspondientes. Minutos después la puerta se vuelve a abrir volviendo a llamar la atención de las personas dentro. Era el mismo chico que la había ayudado a subir las rejas.
—¿Puedo pasar? — pregunta Jimin sin importancia, como si preguntar aquello estuviera de más.
—Si, si, sientese — ordena el profesor con desinterés pues ya estaba acostumbrado a ver llegar al castaño tarde.
El chico se sienta al lado de Jay y el profesor da orden de empezar con el examen.
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Jay se levantó de su asiento para salir a comprar su almuerzo pues el descanso había empezado y no había logrado desayunar en casa gracias al apuro, sin duda se moría de hambre.
—Oye — llamo perezosamente su compañero de puesto quien no había hecho más que dormir en las anteriores cuatro clases — comprame pan.
Jay fruncio el ceño en confusión.
—¿Porque debería de hacerlo?, mueve tu trasero y hazlo tu — contestó Jay en desagrado.
—Wee, si no fuera por mi hubieras perdido en examen — argumenta el castaño con indignación — lo mínimo que deberías hacer es complacerme.
Jay abre la boca para sacar alguna excusa contra ello pero ningún sonido sale de ella pues ante eso no tenia nada que decir, era verdad, él la había ayudado a llegar al examen, si ni fuera por el quizás nunca hubiera atravesado las rejas.
Jay hace una mueca de fastidio derrotada y Jimin sonríe victorioso mientras se recompone en su asiento y de su bolsillo saca un billete de cinco wones. La chica los toma a regañadientes con la cara de pocos amigos y en diez minutos vuelve con el recado y lo que había comprado para ella.
—Aqui tienes — Jay sostuvo el pan frente al castaño y él lo tomó sonriente luego su vista se clavo en los alimentos que había comprado para ella. Jay nota esto y decide alejarse un poco antes de que se lo robe — ni lo pienses.
—¿Entonces con que lo pasaré? — pregunta este — solo un poco de jugo, una gotita — pide el chico juntando su dedo gordo con el índice señalando lo poco que tomaría.
—No
—¿Que te cuesta?
—Mucho.
—Solo una gota
—No
—¡Vamos enana!, solo un poco
Jay frunce el ceño en desacuerdo con aquel apodo, ¿coleta?, pensó ella en confusión y luego cayó en cuenta de su peinado, ella bufa con una mueca de fastidio.
—No me llames así
El chico sonríe con diversión al notar el efecto en la chica debido a su apodo.
—¿Te molesta, enana? — pregunta este con tono burlesco con el objetivo de empeorar su enojo.