–¡¿Que?! –grito confundida levantándome de mi lugar.
–Nat yo...
–¿Cómo no me di cuenta?
–De...
–¿Cómo? - tome mi cabeza entre las manos.
–¡Si me dejas explicarte tal vez entenderías! – me grita, cierto no eh dejado dar su versión, asiento en señal de que hable.
–Fue hace 3 años cuando tu y yo salíamos más, nuestra amistad estaba haciéndose cada día más fuerte, ambas nos contábamos todo , siempre que iba a tu casa me moría por verlo, ¿en serio te creíste que tenían enfermedad en la vagina y tenía que ir al baño constantemente?– en mi defensa soy muy despistada. – un día, el me descubrió que lo perseguía constantemente, siempre lo veía cuando iba a tu casa, cuando se dio cuenta pensé que me iba a reclamar, iba a enojarse, el solo dijo que algún día tendríamos que hablar de eso, así que salimos ese día que te sentías mal y yo le confesé todo al igual que el a mi los dos nos gustábamos y decidimos salir, pero no sabíamos como lo tomarías.– Ni yo se. – así que salimos a escindidas tuyas, temiendo que lo tomaras más no quería perder tu amistad. – eso ya lo entendí. – pero cuando tus papás empezaron con los tramites del divorció, y todo empeoro en tu casa, tenía que estar para ambos, pero el ya no era lo mismo se emborrachaba, ya no hablaba conmigo como antes, de vez en cuando tenia golpes en la cara, moretones en los nudillos. – lo recuerdo a la perfección ese tiempo. – un día lo seguí, fue cuando me di cuenta del por que estaba tan distante y todo su comportamiento, lo seguí primero a un bar tardó serca de unas cuatro horas después... – se le corta la voz – a un hotel, lo seguí hasta el cuarto, una puta lo esperaba ahí la beso y desde afuera se escuchaban los gemidos, trate que Oscar me dijera la verdad de lo que hacía, así al menos sabia que tenia los suficientes pantalones para decírmelo, pero no lo hizo siguió ocultando absolutamente todo, luego el se fue, le envíe un mensaje donde le decía que ya sabía todo lo que había echo a mis espaldas estando juntos, lo mucho que estaba decepcionada de el, como hombre, y como novio.
Wow, vaya yo no se que decir al respecto, tengo un inmenso coraje por lo que Oscar hizo, pero al mismo tristeza por que no me lo contara Vane es mi mejor amiga, se supone que las mejores amigas se cuentan todo, he incluso mi hermano, siempre nos contábamos todo. Me siento un tanto decepcionada de ambas partes, ambos son mi familia.
–Vane yo...lo siento.
–No es tu culpa Nat, yo no te dije nada al respecto.- hundió la cabeza entre sus rodillas, podía ver lo mal que estaba con la situación, el le había roto el corazón y no pudo sacar su dolor conmigo.
– Pero ahora mismo me va a escuchar ese infeliz. – salgo echa una furia al cuarto de mi estúpido hermano antes de que Vane me detenga, entre sin siquiera tocar, ni pedir permiso, lo vi ahí recostado con sus audífonos tan tranquilo y eso solo hizo que me enfadara mucho más.
–¡Hey! – me grita enojado. – es tu casa si, pero tienes que tocar.– se levanta furioso de la cama. – le doy una cachetada, sin pensarlo estoy muy enojada como para siquiera pensar.
–Nat no lo... – Vane entra llorando, se detiene al ver la escena en la que estamos, Oscar se queda parado con su mirada triste y preocupada que viaja desde mi hasta mi mejor amiga, ahora si idiota te importa mi amiga, ¿no?
– Vanessa sal de aquí. - le ordenó
– Tenías que decirle, ¿no podrías aguantarte tu teatro? – mi hermano le reprocha a Vane furioso.
– ¡No me dirijas la maldita palabra! Y no me grites, ¡no tienes ningún jodido derecho!, ¡lo perdiste hace 3 putos años! – Vane grita llorando y enojada.
– ¡Que te salgas de aquí Vane! – tal vez ella no se merecía que yo le gritara, pero quería que saliera de inmediato de aquí, tenía muchas cosas que reclamarle a mi hermano, aunque claro también tenía que hablar con Vane bien sobre todo esto, pero primero era mi hermano por haber desilusionado a mi mejor amiga de esa forma, es la peor forma de romperle el corazón a una chica, a veces no es bueno que la familia y que la amistad se mezclen en una relación sentimental, siempre termina afectando a los intermediarios.
–No Nat, yo lo arreglaré sal. – no me moví de mi lugar. – Por favor... – salgo vencida de ahí, no antes de darle una mirada amenazante a Oscar, de todos modos mañana hablara conmigo, de eso me encargó yo.