Dos meses después.
La luz del sol me molestaba, no era muy a menudo cuando yo podía ver la luz, ya que Chace me encerró en este cuarto, y que fue prácticamente a la semana cuando me vine con el y deje toda mi vida atrás, incluyendo al amor de mi vida, y al padre de mi hijo, Blake.
Si hace dos meses en los cuales estoy encerrada, cuando Chace y yo nos dimos cuenta que estaba embrazada, la alegría y nostalgia me invadieron, al momento de saberlo.
– Sal de ahí Nat. – Chace abrió la puerta del cuarto.
– No quiero. – me hice dos pasos para atrás, algo bueno era que no se me notaba aún mucha panza, aunque se empezaba a notar algo ya. –
– Que salgas de ahí maldición. – entró y me tomó de la muñeca, respira Nat, tienes a un pequeño ser dentro de ti.
– ¿Qué mierda quieres? – me sentó en el sofá a la fuerza.
– Que veas esto. – me tiro enzima unas fotos de...¿Blake? No, no.
– ¿Qué es esto? Dijiste que no le harías nada. – me levante furiosa a encararlo, dos meses aquí encerrada no iban a ser de en vano.
– Siéntate y ve. – sonrío.
Me senté de nuevo y tome las fotos, no, no esto era mentira.
– Son falsas. – hable fuerte, pero no sabía a quién estaba convenciendo si a Chace o a mí.
– ¿Qué ganaría yo mintiéndote cuando ya te tengo bajo mi techo? – no, no, Blake no me engañaría, el no sería capaz.
– El jamás me engañaría. – tire las fotos, en donde el se besaba con una morena, el no haría eso, el me ama.
– Como quieras, ¿aún piensas tener a su bebé? – se acerco a mi.
– Si. – intente hacerme la atrás pero, la mano de Chace en mi cintura me lo impidió.
– Aun esta la oferta de abortarlo. – su nariz estaba rozando mi piel, por favor que no nos haga nada.
– ¡Suéltame! – grite llorando el echo de llevar un bebé, no le había importado y me a golpeado cada vez que se le antoja, creo que mi espalda lo puede corroborar.
Cuando intente zafar me de el, los vidrios estallando lo hicieron por mi, me agache cubriendo mi cabeza, y gate para poder estar detrás del sofá.
– Creo que interrumpí algo. – Blake, era el, su voz.
– ¿Cómo mierda estás aquí? – escuche como Chace cargo su arma.
– Cuando envíes a alguien a seguirme, asegúrate que no sea una mujer, y menos una que se acuesta con todo lo que se mueve. – quise reírme, pero el alivio de que Blake no me había engañado, gano en mi.
– Tendré cuidado la próxima vez.
Y entonces comenzó, la guerra de balas en esa pequeña cabaña, quería correr pero no sabía a donde, cualquier bala me podía rozar.
– ¡Nat! ¡Nat! –- la voz de Oscar se hizo presente en medio de muchos balazos, asome mi vista por encima del sofá, y entonces lo pude ver, vi a mi hermano cubriendo a Blake de las balas, y mi Blake a cubriendo a Oscar, intente correr hacía ellos, pero unas manos me tomaron del cabello.
– ¡Paren, paren! – Chace me puso enfrente de el, apuntando a ambos con su pistola. – me disparan y... – su pistola viajo de mi cabeza a mi estómago, y por último se detuvo ahí, mierda. – le disparo a tu hijo. – Blake me volteo a ver sorprendido y luego el lugar donde estaba la pistola, esta no era la forma en que yo quería que el se enterara. – Oh no te había dicho, vas a tener un hijo, o puede ser mío.
– No Blake no le creas. – intente gritar pero Chace me dio un jalón callándome.
– No le vas a decir a tu querido novio que estas embrazada, y puede ser mío.
– ¡No mientas es de Blake! – grite intentando zafar me de el, pero ahora su mano se fu a mi cuello, evitando que respirara. –
– Suéltala ahora. – Blake apuntó hacía Chace. – Ahora dije. – cargo su arma.
– No, hasta que tiren sus armas. – la pistola de Chace se acercaba más e dónde estaba mi bebé. –
Blake y Oscar bajaron sus armas, ¿qué diablos hacen?
– Bien hecho. – el tiro más de mi y se dio la vuelta para salir por la parte de atrás en la cocina, pero el sonido de una bala se escucho, y yo choque con una silla, me di un golpe que ocasión que me desmayara.
(•••)
Desperté de golpe con olor a limpiador, y eso me causaba unas náuseas horribles.
– Pero que asco. – me levante de golpe intentando salir de la cama, pero una mano cálida me detuvo.
– Hey, hey tranquila. – Blake hizo que me acostará de nuevo.
– Blake, ¿dónde estoy?, por favor dime que no estoy soñando de nuevo. – el río, amo ese sonido.
– No niñata, no estas soñando y estas en un hospital. – hace mucho tiempo que no me decía así, y hace mucho tiempo no escuchaba su voz, lo extrañaba tanto.
– ¿Cómo me encontraste?
– Hace un mes y medio, fui a tu cuarto en tu departamento, quería verte, pedirte perdón, pero iba sucio de tanto sudar, estos dos meses el saco de boxeo se hizo un muy buen amigo. – reí. – me cambie con las cosas que deje ahí y entonces vi, tu carta y recordé como te fuiste, así que comencé a atar cabos, hasta que te encontré.
– Dime por favor que no besaste a esa mujer. – el negó y mi corazón se calmó.
– Jhon se hizo pasar por mi, y durante el sexo le saco toda la información. – quien diría que el sexo sirve para eso. – Nat, el bebé que esperas...
– No. – lo corte. – es tuyo, Chace nunca me toco, excepto para... – me detuve.
– Lo sé, el doctor te revisó, claro estando yo presente.
– ¿Y Chace el está?
– Muerto. – al fin podía vivir tranquila.
– Bueno... Blake vas a ser papá. – ambos sonreímos, el se acerco y me beso, como extrañaba sus labios.
– ¡Hey chicos hay personas aquí presentes y un bebé haya dentro que los escucha! – Alex se quejo, y nos separamos.
– Hola chicos. – los salude como si nada hubiera pasado, como si hace dos meses no los viera.
– No se te ocurra desaparecer. – Vanessa fue la primera en hablar.
– Nunca jamás. – Yess le siguió.
– Hola Nat. – Jhon me sonrió y me respondió el saludo.
– Cuando se te ocurra irte, llévatelo es insoportable sin ti. – Máx se quejo.
– Muy cierto. – Oscar concordó haciendo un asentimiento de cabeza y riendo.
– Shh... quiero escuchar a mi hijo. – Blake los callo a todos y puso su oreja en mis estómago.
– Si sabes que aún no puedes hacer eso verdad. – Oscar lo riño al cual Blake solo le lanzo una mirada asesina y siguió con su oreja en mi.