|| Italia ||
Una acalorada discusión se llevaba acabo en el frondoso jardín de la mansión Tornatore, se trataba de dos jóvenes de rubia cabellera y similar apariencia.
— Amphilyon no es un arma!
— Basta. Aria! — Exclama con seriedad Enrique — No quiero discutir
— Permitiste que Amphilyon, la bestia bit principal de la familia atacara a un jugador — espeta — en verdad crees que no debemos discutirlo?
Las facciones del rubio se endurecieron, no le hacia gracia alguna recordar lo sucedido, pero sobre todo admitir que en efecto había perdido control al permitir que Amphilyon atacara a Tyson. Siempre se había jactado de haber dominado el poder de su Hydra, aduciendo que esta le servía, por lo que aquel incidente había sido un duro golpe a su ego, después de todo Amphilyon era la bestia bit principal del Clan Tornatore, aquella que solo era heredada al primogénito del Clan, a diferencia de Serenity que era la bestia bit secundaria de la familia, aquella engañosa Sirena era poderosa pero su poder no igualaba al de Amphilyon o eso aseguraba su familia, inconscientemente Enrique no pudo evitar enfocar su vista en las replicas del escudo familiar de su clan sobre una de las columnas, en ellas se podía apreciar a una enorme Hydra en el centro, lucía imponente, fiero. Era todo lo que se esperaba del espíritu sagrado que protegía a su familia, sin embargo, atrás de esta enorme criatura se encontraba la figura de una hermosa Sirena, sin duda más pequeña que la Hydra, pero ambos eran espíritus sagrados que los protegían en batallas, aquellas bestias sagradas respondían al nombre de Amphilyon y Serenity, según la historia familiar, ambos espíritus sagrados luchaban como unidad, Amphilyon tenia el poder y Serenity la velocidad, aquella Sirena se encargaba de cubrir los puntos ciegos de la Hydra en batalla por lo cual la asociaron como un espíritu sagrado bajo el dominio de otro. Por lo cual Amphilyon fue nombrado como la bestia sagrada principal y la más poderosa de la familia, cuyo poder solo podía ser heredado por la futura cabeza del Clan, en este caso Enrique. Quien se había propuesto desde temprana edad dominar el poder de la Hydra para demostrar que era digno de ella, como de ser la futura cabeza de la familia, su hermana no tenía idea de lo que conllevaba estar en su posición. Para ella todo era sencillo, no tenia que demostrar nada, no tenía un espíritu sagrado de gran poder, ni siquiera batallaba, pero él era el campeón de Italia.
El joven y talentoso, Enrique.
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El que nunca ha perdido una batalla.
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Nunca.
Había mantenido su leyenda.
— No lo entiendes, Aria
— A qué te refieres?
La ojiazul lo observa expectante. Ciertamente no entendía por que le costaba ver a Amphilyon como un igual y no como un subordinado. Lo ocurrido en el coliseo había sido una advertencia que las situación se estaba descontrolando.
— Represento a uno de los 4 campeones de Europa porque eh dominado mi bestia bit. Es claro que el beyblade no significa lo mismo para ti.
— No te atrevas a decir lo que significa o no para mi — exclama enojada, odiaba ser minimizada pero sobre todo ser la sombra de su hermano, por esa razón había dejado de participar en torneos individuales, la fama de Enrique era un gran peso.
El joven y talentoso, Enrique
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El campeón de Italia
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El que nunca ha perdido una batalla.
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El beyluchador de la familia.
La ojiazul amaba el Beyblade pero odiaba los comparativos.
"—No se esperaba menos de la hermana del campeón de Italia."
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"— El talento viene de familia.
Su hermano es un campeón"
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"— Debió aprender del Campeón.
— Quién es ella?
—Es la hermana menor del talentoso Enrique."
Siempre estaba bajo la sombra de Enrique. Le costo trabajo hacerse un nombre sin ser relacionada con él, si bien esto fue gracias a la Opera, había logrado desligarse del nombre de su hermano.
— Ni siquiera has dominado tu bestia bit.
— No tengo que dominar a Serenity
— No fue lo que comprobé aquel día — dijo provocando que la ojiazul endurezca su mirada al recordar lo ocurrido —Esto no es un juego, Aria! Compites por diversión. Yo no
— Bien! Usa a Amphilyon — exclama — ataca a otro jugador y despedaza su beyblade como lo hiciste con el mio!
Ante lo dicho ojiazul se marchó enfadada dejando atrás a un muy afligido Enrique que la observaba con arrepentimiento. Ciertamente aquello era un incidente que queria olvidar y que por producto de la disputa lo habia traído a relucir.

|Castillo Jurgens|
Dentro de una de las habitaciones de un imponente y gótico castillo, un joven de ruda apariencia y rojiza cabellera castaña se encontraba esperando a un ocupado Robert, quién se encontraba en su despacho tratando uno de sus negocios, por lo poco que le había comentado se trataba de un nuevo estadio en el centro de la ciudad, mientras esperaba para terminar su partida de ajedrez no pudo evitar observar algunos cuadros, muchos eran de los ancestros de la familia Jurgens o de la infancia de Robert, ciertamente nada que no haya visto antes, conocía ese castillo casi tanto como el suyo, otras fotografías eran sobre el campeonato europeo donde Robert fue nombrado el numero 1, no puedo evitar hacer un chasquido a la vez que continuaba observando. Tras unos minutos su mirada se detiene en un porta retrato donde se encontraban reunidos Robert, Oliver, Enrique, Aria y él, aquello llamó su atención, no recordaba haber visto esa fotografía antes, con cierto cuidado el escoces tomó el porta retrato entre sus manos para observarlo, si no mal recordaba se trataba del cumpleaños de los padres de Robert, aquella era de las pocas veces que los 5 coincidían en un mismo evento por lo que la ojiazul había insistido en una fotografía. El escoces no pudo evitar sonreír de lado a recordar aquello, ciertamente Robert y él no eran partidarios de ello pero habían cedido a petición de la ojiazul, aunque a decir verdad, él siempre cedía. Por otro lado, en el extremo izquierdo se encontraba Enrique, seguido por Oliver, Robert estaba en el otro extremo seguido por el escocés, al centro se encontraba Aria sonriendo parada entre Johnny y Oliver que lo observaba con una sonrisa ladina. Ciertamente no era la primera vez que Oliver lo hacia enfadar, pero tras de lo ocurrido hace dos años se enfocaba en alguien en especifico.