Capítulo 4
<<Un día inesperadamente esperado>>
La pelinegra se movía al compás de la música, sensual, exótica, era una criatura divina que me tenía tan hipnotizado con cada movimiento de sus caderas. Mi cuerpo reaccionaba sin que lo pudiera evitar, algo que me estaba pasando muy continuamente desde la llegada de ella a mi vida. Me acomode mejor en el sofá donde me encontraba.
Con pasos lentos y sensuales se fue acercando a mí, un calor más intenso y sofocante me golpeo sin piedad haciéndome estremecer y haciendo que mi mente comenzará a imaginar muchas cosas, mis manos picaban por tocarla y ver sus tentadores labios hacían que mi boca se secara, quería probarlos, disfrutar de su sabor, moje mis labios con mi lengua cuando ella se sentó a horcajadas sobre mis piernas. Se inclino de tal manera que sus pechos rozaban mi cara, levante la cabeza y mire sus ojos que parecían llameantes, lujuriosos, su boca me pedía a gritos que la besara con pasión.
Sentí su cuerpo estremecerse cuando pase mi labios por su cuello llegando al inicio de sus pechos, su suave piel se erizo ante mi contacto, aleje mis labios de su cuerpo para ir en busca de su boca, anhelaba con locura poder besarla.
Casi sentía la calidez de su boca, podía sentir como la saboreaba, y disfrutar de su exquisita textura de sus labios…
El contacto del agua fría con mi cuerpo me hizo levantarme de golpe con el ceño fruncido y todas las ideas congeladas, mi cuerpo se enfrió tan rápido como se había calentado y busque con furia quien había sido causante de esta broma de mal gusto mientras me limpiaba el agua de la cara para poder ver mejor.
-¿Qué demonios?- dije girando hacia donde podía escuchar una carcajada.
Mire con enfado al imbécil de Jhon que sostenía su estómago con una mano mientras en la otra traía una cubeta vacía. Se reía tan fuerte que estaba adquiriendo un color azul por falta de oxígeno en su cuerpo.
Tome una almohada para arrojársela dándole justamente en la cara, mientras me miraba con diversión y seguía riendo.
-¿Quieres callarte de una maldita vez y explicarme por qué demonios me has hecho eso?- dije molesto mientras intentaba quitar con mis manos el agua de mi pecho.
-De… debiste… ha… haberte… visto- dijo fallando en su intento de controlar su risa. Lo mire con el ceño fruncido.
-Basta, imbécil, no le veo la gracia- dije dirigiéndome al baño para tomar una ducha. Ahora tendría que cambiarme y abrigarme bien sino quería que me diera un resfriado.
Jhon me siguió hasta que azote la puerta en su cara, me deshice de mis bóxer y entre a la ducha sin siquiera mediar el agua, mientras caía sobre mí, vino a mi mente la imagen de una sexy pelinegra, maldición ¿cómo era posible que sólo traerla a mi mente hacia que me pusiera al mil?, algo estaba mal conmigo. Termine de ducharme y pase una toalla por mi cintura mientras que con otra secaba mi cabello.
Al salir encontré a Jhon recostado en la cama del lado donde el agua no había alcanzado a mojar. Lo mire con furia mientras pasaba de largo hacia el armario para buscar algo que ponerme. Salí con un conjunto deportivo y observe el reloj del mueble de noche. Eran las 8 de la mañana. Mire con incredulidad al tipo que se decía mi amigo.
-¿Ya puedo saber por qué me has despertado de esa manera?- dije tomando mi móvil del mueble. Voltee a mirarlo cuando no dijo nada y lo observe, tenía una sonrisa ladeada y una mirada maliciosa- ¿Qué?- dije con el ceño fruncido.
-¿Has dormido bien, cariño?- dijo con un tono burlón.
-Lo estaba, hasta que has venido a perturbar mi sueño con tus estupideces- dije más que molesto recordando que había interrumpido el mejor de los sueño que pude haber tenido en años.
Comenzó a reír nuevamente.
-¿De qué demonios te ríes?
-De que he notado que has tenido un buen sueño, dime, ¿era conmigo con quien soñabas? - dijo volviendo a mirarme con burla.
-Joder, eres un tremendo imbécil- dije saliendo de mi habitación y dirigiéndome a la cocina con Jhon detrás de mí.
-Okay, si no quieres contarme, no importa, pero deberías ya de una vez salir del closet. Sabes que eso no cambiara nada entre nosotros- dijo con cara seria y tomándome del brazo. Después de 5 segundos de silencio comenzó a reír nuevamente. Y yo quite su mano de brazo maldiciendo en silencio. Ese hijo de puta me las iba a pagar un día de estos todas juntas.
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Editado: 15.02.2020