Egoísta, agresivo, traidor, violento, avaro, vanidoso, soberbio y un sinfín de adjetivos. ¿Una coraza o un corazón corrompido?
Sus ojos eran claros y en su defecto su mirada era oscura, lóbrega; casi podía petrificarme. Por mucho que lo intentara, era débil ante él, ¿y él?, él se había aprovechado de ello.
Tú piensas que el diablo se llama Lucifer, y yo te digo que no, que su verdadero nombre es Friedrich Vögel y a él le gusta que le llamen Narciso.
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Esto es un borrador de lo que será la obra final, si hay errores, estaré encantada de que me los hagáis saber.
© 2021 Éride Martín.
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