VII

Alinet.

—¿Enserió no me dirás que te paso?—bebe de su taza de café.

—No.

—Sabes que es malo guardarse las cosas. Al final todo explota.

—No te entiendo, tu dijiste que yo no te importaba ni un poquito, y ahora quieres saber que me paso.

—No intentes buscarle un significado a TODO tal vez solo soy chismoso—se encoje de hombros.

—Pero eres un completo extraño para mi—la mesera me trae mi batido.

—Exacto, soy un extraño pero conocido.

—¡Qué!.

—Si, mira por una parte soy un extraño por lo tanto no puedo juzgarte, y por otra un poco conocido y me puedes tener un poco más de confianza. Chica del batido de fresa sin mucha azúcar soy tu mejor opción.

—Esta bien te lo diré—él se para de su mesa y se sienta en la mía.—pero con una condición.

—¿Cuál? —regreso su mirada de odio al mundo.

—Me dirás tu nombre.

—Sabia que tu no pierdes una oportunidad—me encojo de hombros.

—Acepto.