Día tras día me pregunto si algo cambiará, intento disimular que no conozco la respuesta, pero si la sé. Ya no tengo fuerzas para intentarlo por mí misma, solo me queda esperar, esperar a que todo acabe. Quiero disfrutar de esta relación que tenemos, o más bien, lo que queda de ella.
No puedo negar que sigo manteniendo la esperanza de que algún día, en algún momento, todo vuelva a ser como era antes, y creo que vos sentís lo mismo, sino, no podría entender la razón de que no pongas fin a todo esto. Sé que estas agotado, lo veo en tus ojos; esos ojos que antes me miraban con pasión ahora solo revelan cansancio.
Siento lastima por vos, pero no tanta como por mí. No sé cómo llegamos a esto, solo pasó, pero aun así te pido perdón por no ser lo suficientemente fuerte como para acabar con esta situación que nos supera.
Te veo ahí, sentado, fingiendo que todo está bien para alejar a las mentes chismosas que nos rodean. Tu familia sentada en esta mesa, disfrutando de una buena charla, no saben, al igual que la mía, por lo que estamos pasando. Durante tres años hemos permanecido al lado del otro por lo que los lazos entre nuestras familias es bastante fuerte, quizás sea eso lo que nos impide parar o tal vez el tiempo que pasamos juntos nos retiene. Verdaderamente no lo sé, así que por favor, no sonrías de esa manera, no te fuerces a hacer esto. Por más que lo hayamos intentado, nunca pudimos recuperar lo que teníamos. Te vi intentarlo y fracasar, fue doloroso.
Antes solías reír demasiado, lo que me hacia imitarte. Caminábamos de regreso del colegio, hacíamos chistes en el camino, jugueteábamos, gritábamos para llamar la atención e incluso cantábamos, era muy divertido. Al llegar a nuestras casas nuestro contacto no cesaba, hablábamos por horas mediante llamadas o mensajes sobre cosas que ya no recuerdo. Cuando estamos juntos, son esos momentos los que recuerdo, cuando reíamos o incluso cuando discutíamos, al menos en aquel entonces lo hacíamos con ganas, ahora la simple idea de nosotros peleando es agotadora.
Sigo esperando el momento en que todo cambie, y que me mires como me mirabas antes. Pero mientras más espero, mas me doy cuenta de cómo son las cosas en realidad. Me duele esperar, pero tampoco me atrevo a terminar todo.
Estamos caminando, alejándonos de la multitud. En un intento quisiste tomarme de la mano, pero terminaste sin hacerlo. Seguimos caminando, ninguno habla, solo nos quedamos en silencio. Me imagino las mil y un cosas que podría decirte pero no digo ninguna, me quedo callada. Siento que si digo algo intentando cambiar esta situación me dé cuenta por completo de que esto ya no funciona, no quiero perder la fe en nosotros. No quiero que ya no exista un nosotros. Puedo hacer que el nosotros se convierta en pasado, por eso, te lo ruego, termina con esto. No te lo mereces, ni yo tampoco, pero carezco de la fuerza suficiente para dar un paso al costado y luego otro adelante. Después de todo no puedo, no porque te siga amando, sino, porque amo el recuerdo de lo que fuimos, y también, no quiero estar sola.