CAPÍTULO 21: Mil pedazos

Giselle

La tarde transcurre lenta.

Cada uno se dedica a decorar una zona de la casa para agilizar el trabajo. Alex y yo armamos el árbol de navidad, lo adornamos con bolas de diferentes tamaños tonos y colores, una cinta que rodeaba el árbol hasta la punta, flores escarchadas y luces de colores brillantes.

Mi estado de ánimo cambia al escuchar hablar a Alex como un cotorro sin parar, de miles de cosas al mismo tiempo sin saber al fin si hablaba de su indignación por la actitud que Danae actualmente toma contra él, de lo pesado que ha sido trabajar en el nuevo caso o de lo que va a cocinar para la cena está noche, aun así, me hacía reír como nunca con las ocurrencias que a veces salían de su boca.

—Vamos a jugar a adivinar quién es el artista —propone Danae.

—En qué consiste —pregunta Canon.

—Bueno, consiste en adivinar cuál es el artista —responde Alex rabioso.

—Este juego se juega en parejas, aquí hay unos papelitos —muestra unas tazas llenas de papeles enrollados—, con el nombre de un artista, pintor, actor, escritor, etcétera. Entonces, un integrante de la pareja va escoger un papelito y este tiene que decir algunas características del artista para que el otro adivine, si adivina sin sobrepasar los diez segundos, es un punto.

—Y que se gana —pregunta el mayor de los Keynes.

—En realidad nada, es solo por diversión. Es una técnica psicológica para la comunicación —le responde Danae.

—Yo hago de jurado —dice mi tía tomando el temporizador.

Danae se hace con Canon, Alex con Vanya ganándose el disgusto de mi amiga y yo con Elián Keynes.

—Empiezan ustedes —dice Vanya a nosotros.

Elián saca un papel y lo mira.

—El retrato de Dorian Gray —dice él como característica del autor.

—Oscar Wilde —respondo.

Él gira el papel y allí está el nombre del autor anteriormente mencionado.

—¡Punto! —grita mi tía y todos aplauden.

La siguiente es Danae que saca el papelito y lo mira.

—Eh... but thi is gonna take me down. He's so tall and handsome as hell —pausa por escasos segundos, pero no obtiene respuesta de Canon y este se ve confundido—, I can see the end as it begins, my one condition is... say you'll remember me, standing in a nice dress...

—¡Tiempo! —anuncia mi tía.

Se oye a Danae quejarse al fracasar en su propio juego.

—Taylor Swift.

Digo ante la falta de respuesta de Canon y continué la canción en su compañía.

—Staring at the sunset, baby. Red lips and rosy cheeks. Say you'll see me again even if it's just in your... wildest dreams.

Los siguientes son Vanya y Alex, es Vanya quien agarra el papelito y le echa un vistazo.

—La Noche Estrellada —dice ella.

—Vincent Van Gogh —responde Alex.

—¡Punto! —grita mi tía con entusiasmo.

Jugamos un rato más, pero Danae parecía querer matar a Canon por no atinar ni a una.

Los tres hermanos se fueron antes del anochecer cuando el cielo se tornaba oscuro. Se despidieron, pero antes de que se fueran hable con el mayor de los hermanos Keynes anunciándole que mañana en la mañana volvería a mi trabajo.

Cuando estos se marchan me doy la vuelta para volver al interior, reparo el interior de la casa desde la puerta principal y no sé si está decorado de navidad o de carnaval, pero cada lugar tiene una decoración diferente, con diferentes colores y adornos, se ve horrible, al parecer nunca se pusieron de acuerdo y cada quien decoró a su gusto dejando mi casa como vomito de unicornio.

No digo nada y dejo todo así, al fin y al cabo, es una navidad más de tantas.

Una navidad sin mi alegre hermana, ella era quien amaba la navidad y me entusiasmaba porque me encantaba ver la sonrisa luminosa al decorar la casa juntas, ella irradiaba luz, a pesar de su condición nunca se apagó, por lo contrario, siempre brilló más y más.

—Todo ha quedado divino —menciona Danae solo fijándose en la parte que ella decoró.

Alex emite un leve gemido en desacuerdo muy silencioso y hace caras con las que río sin poder contenerme.

—¿Qué, imbécil? ¿Quieres decir algo? —le pregunta Danae a Alex.

—No... quiero morir pronto —lo último lo menciona en un tono muy bajito seguido de una tosida.

Ambos nos juntamos, sonreímos con complicidad y seguimos caminando.

En la noche Alex y yo hicimos la cena, a decir verdad, él cocinó y yo vi, probé y di el visto bueno a la comida. Cenamos entre risas, aunque las únicas que reíamos éramos mi tía y yo que éramos espectadoras de la discusión infantil entre Danae y Alex que aún no superan que el otro se haya involucrado con un hermano Keynes McLean.

Después de la cena Danae estuvo acosándome por sus detalles que no obtuvo y se fue a la habitación algo indignada, pero eso no le impidió molestarme con Elián.

Alex me acompañó al cuarto subterráneo a ver la bebé, puesto que desde lo que paso ayer no he ido, no había tenido el valor, no quería verla en un estado en donde estuviera sufriendo, tan mal que estuviera luchando por su vida, pero cuando la veo se ve mejor de lo que imaginaba, está bien, fuera de peligro.

Me quedo en el laboratorio subterráneo por horas en compañía de Alex haciendo estudios y pruebas con un mismo objetivo, la cura.

Cuando dieron las doce subimos a la habitación, él se marchó a la suya y yo me quedé descansando en la mía.

Llega a mí el recuerdo de esta tarde cuando me encuentro en la penumbra de mi habitación con la mirada en el ventanal con las cortinas remangadas viendo como la nieve descansa en las ramas sin hojas de los árboles, sonrío ante las imágenes que se reproducen en mi mente y luego de unos minutos caigo rendida en un sueño profundo.

***

Abro los ojos y chocan con la tenue luz mañanera que entra por el ventanal, respiro pesadamente luego de aquel sueño tan horripilante del fusilamiento de esa mujer, la cual se ha la caracterizado por aparecer cada vez que mis ojos se cierran. Su situación se me hace tan mía, tan propia; que logro sentir una combinación de emociones de dolor, decepción, impotencia y derrota.