Blancanieves

4to Capítulo

Encogida y triste en el rincón más oscuro,la pobre Blancanieves escuchaba las desagradables risotadas y palabrotas de los enanos que cada noche se emborrachaban,hasta quedar dormida en el suelo duro y frío de la cabaña.

Una tarde, mientras recorría el bosque en busca de leña,observó a lo lejos a una anciana que caminaba encorvada bajo el peso de un enorme saco que cargaba sobre su espalda y se acercó para ayudarla.Al contemplar su rostro,un ligero escalofrío recorrió su espina dorsal.Los ojos extremadamente saltones y la nariz curva y llena de verrugas de la mujer,la impresionaron al punto de quedarse clavada en el lugar sin saber qué hacer o qué pensar.Desde pequeña había escuchado las historias que contaban los enanos acerca de brujas y duendes que habitaban el bosque,y su intuición le alertaba que se encontraba en presencia de uno de éstos seres mágicos y malévolos.Pero la anciana le habló con una voz dulce como jamás había escuchado:

-Gracias hija,por tu amabilidad, no tengas miedo,si me acompañas a mi humilde choza podremos conversar un rato y comer alguna golosina.

Blancanieves la miró indecisa,pero al notar que la mujer no representaba algún peligro para ella,decidió seguirla encantada de olvidar un rato sus problemas e intercambiar palabras con alguien más que no fuesen los pájaros o las ardillas.

Al llegar a la cabaña,la muchacha quedó boquiabierta: los más increíbles objetos parecian haber cobrado vida en aquel extraño lugar:escobas que se movían solas,gatos negros que cuchicheaban entre sí con voces humanas,cuervos que se posaron sobre el sombrero puntiagudo de la anciana para comunicarle lo que habían encontrado en su vuelo tardío sobre el bosque,plantas y animales exóticos disecados,y en el centro,un enorme caldero donde algo hervia despidiendo humos y burbujas fosforescentes.

La anciana la observaba divertida por  su asombro,y con un guiño la invitó a sentarse:

-efectivamente, soy una bruja,creo que desde el principio te diste cuenta.

La muchacha saltó desde su asiento asustada.La enigmática mujer soltó una carcajada dejando ver sus dientes amarillos y carcomidos:

-no te asustes niña,no pienso hacerte daño,al contrario, tengo que agradecerte por tu amabilidad.Otra en tu lugar hubiese salido corriendo,por eso quiero ayudarte,pues sé que sufres,¿ahora, quieres enseñarme ese medallón que cuelga de tu cuello?-preguntó clavando sus ojillos inquisidores en la sencilla reliquia.

Blancanieves, aún sin reponerse del susto, se despojó del medallón depositandolo en las manos huesudas de la bruja.

-En su interior hay una foto,creo que son mis padres,los enanos no me quitaron esta joya,  pues la consideran de poco valor,en cambio yo la aprieto cada noche entre mis manos,me gusta creer que ellos están en algún lugar esperando por mí-respondió la joven con tristeza mientras la anciana observaba la imagen con creciente curiosidad .

-entonces, ¿no recuerdas nada sobre tu origen?

-en realidad desde que tengo uso de razón, sólo conozco a los enanos,ellos son como una familia para mí -el rostro de la muchacha se ensombrecio al pronunciar tales palabras 

La bruja se dirigió en silencio al fondo de la choza,para regresar inmediatamente cargando un objeto grande tapado con un paño oscuro,el cual colocó frente a la muchacha.Cuando lo destapó, Blancanieves se encontró frente a un extraño espejo nublado con el marco ricamente labrado en oro.



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Editado: 20.09.2023

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