CAPITULOS ESPECIALES
AÑO 2012
(Centro para menores infractores, reformatorio)
Era mi primer día en la prisión, recién había llegado junto con otros 29 chicos que al parecer algunos ya habían estado allí y para otros era la primera vez, pero no se veían nada asustados sino al contrario; yo solo temblaba de miedo y mi cuerpo me decía que quería irme de allí pero mi mente sabía que no podía.
—¡Estás serán sus celdas ahora! —decía uno de los guardias —antes de que entren a cada una de ellas, hay varias reglas que deberán cumplir
Todos estábamos formados delante de nuestras celdas, poniendo atención a lo que los guardias nos estaban diciendo.
—Las luces se apagan a las 10 de la noche ni un minuto más tarde —dijo el otro guardia —todos deben estar despiertos a las 7:30 de la mañana con las camas ya hechas formados afuera de la celda para la revisión, así que deberán ser bastante limpios ya que nadie puede tener desorden, luego bajaran por el desayuno, después de eso saldrán al patio para hacer ejercicio hasta las 10 de la mañana, acabado eso deben ir a trabajar en el oficio que hayan elegido.
—A los nuevos el día de mañana los ubicaremos en algún oficio así que piensen bien a que se van a dedicar, aquí nadie vaga, todos deben hacer algo —dijo otro guardia
—¿Qué pasa si no quiero hacer ningún oficio jaja? —dijo una chica que estaba alado mío
—Si nos les gusta ninguno de los oficios que hay, pueden continuar con sus estudios, pero para eso deben hablar con la directora del centro y ella los anotara para acomodarlos en algún grupo —dijo el guardia
—Ja, ni siquiera quiero estudiar —susurro la chica
—El trabajo lo deberán hacer el resto del día hasta que terminen la jornada a las 7 de la noche y se dirigirán a las duchas para bañarse y subir a las celdas de nuevo y descansar hasta que se les apague la luz como ya dijimos —dice el guardia
—Toda esta rutina la tendrán que cumplir, todos los días hasta que se cansen —continua otro guardia —y de verdad van a odiar estar aquí jaja, pero es lo que sé merecen escorias, bien ahora todos en orden entren a cada una de sus celdas.
Todos en orden entramos a las celdas que nos correspondían, y los guardias una a una pasaron cerrándolas con llaves; yo entre a la mía observándola de arriba abajo cuidadosamente y asustada, parecía que estaba o está ocupada por alguien debido a que había una litera y en la cama de arriba estaba una canasta con las mismas cosas que yo tenía en la mía, había también un uniforme doblado así que por lógica sabía que me tocaba la cama de abajo entonces solo deje mis cosas allí y me senté en la cama.
Veía hacia afuera de la celda sentada en la cama bastante nerviosa, el olor de la celda era bastante horrible y predominante a orina y humedad algo que me daba incomodidad y asco.
—Suspiré de terror y pensé —bien, estaremos aquí los próximos cinco años así que debemos evitar problemas y todo estará bien.
No sabía qué hora era, y él tiempo estaba pasando lento ya que no tenía ninguna clase de entretenimiento, pero sé que es cerca de la noche debido a que la luz de la celda estaba aún encendida así que no debía pasar de las 10 de la noche, cuando estaba sentada en mi cama a mi celda vinieron 4 chicas.
—¡Vaya, que tenemos aquí jaja! —dijo una chica algo gordita —pero si es un poco de carne fresca jaja
—¿No me digas que te toca compartir celda con la jefa? —dijo otra chica de pelo negro corto
¿La jefa? No sabía quién era, pero ya me hacía una idea de que con la mala suerte que cargo me tocó con alguien que es peligrosa.
—Te aconsejo que no la hagas enojar jaja —dijo la chica gordita —es bastante ruda y muy poco predecible pero ya te darás cuenta tu misma jaja
—Las nuevas no saben que existe formas de salir cuando los guardias se van jajaja —dice otra chica que tenía un piercing en la nariz —me dan ternurita, son tan ingenuas
Con eso último que dijo todas se fueron hacia otras celdas a hablar con otras chicas y yo me quedé allí pensando seriamente en lo que me dijeron acerca de la persona que me acaban de mencionar pero por ahora mejor me quedo tranquila ya que no está aquí así que será mejor que trate de descansar.
Con todo lo que había pasado hasta ahora no había podido dormir bien así que apenas me acosté en la cama me quedé dormida, el cuerpo me dolía un poco y más que nada las piernas así que sentía como me latía y eso de a ratos me despertaba, otra cosa que me estuvo molestando durante la noche es el terrible frío que entraba por las rejas de la celda y la cobija que había en la cama era bastante fina y casi no abrigaba; estuve en la cama dando vueltas debido a la corriente de aire y solo encogía las piernas lo más que podía. Al final termine teniendo un sueño muy pesado y cuando amaneció llegaron los guardias de seguridad para revisar las celdas.
—¡Arriba engendros! —dijo un guardia con voz alta y burlona —es hora de la revisión así que todo mundo fuera de la celda —con el tolete hacia sonar las rejas de todas las celdas