Uno en un millón
Lucas
Machete, machete y mas ……. Machete. Quito todo el pasto crecido que encuentro en mi camino y nos llega hasta la cadera. Tengo mucha sed y hambre, Nomi y yo apenas comemos algo de lo que pudimos guardar en nuestras mochilas. Y no es mucho apenas frutas y un poco de pescado enlatado. ¡Uag! odio la sardina pero no queda más. Por otro lado han pasado cuatro días desde que huimos de lo que era nuestro refugio y estamos dirigiéndonos según Nomi a las montañas pero del otro lado de las cascadas. No se si es buena idea ya que nos alejamos más de los chicos o este tipo tiene algo en mente. Imagino que conoce el lugar o no lo seguiría como pendejo.
-Saca tu libreta y dibuja las montañas altas, donde se pone el atardecer en medio- me señala justo cuando el sol esta por ocultarse. Saco y dibujo de inmediato, mi mano se mueve al rápido y en minutos esta terminado se lo indico a mi Nomi. Y arranca la pagina para doblarla por la mitad y escribir en el ella las iniciales de nuestros nombres.
La coloca en el suelo y la oculta entre la tierra seca. Donde arranca varias ramas con tallo grueso, trata de plantarla y sosteniéndola con rocas. Me rio por su maniobra chueca.
-Imagino que es una señal para que sepan donde encontrarnos.
-Correcto- termina llenándole de muchas rocas. Se limpia las manos con un pañuelo cualquiera para ponérselo en la cabeza.
-No imagino que funcione- me fulmina y niega.
-Nos van a encontrar, solo espero que funcione- se cruza de brazos mientras mira el atardecer en medio de la nada. Estamos a un metro de cruzar para iniciar nuestra subida- no podemos subir hoy, así que propongo subirnos a los arboles para descansar. Asiento cansado de tanto machete. Lo guardo en su funda y me lo pongo en el espaldar.
Nomi y yo buscamos un árbol que sea grueso donde se vean muchas ramas y sean resistentes. El sonido de nuestros pasos es lo único que se escucha y unos cuantos animales nocturnos, es me pone un poco nervioso porque no me gusta lo que asusta. Y aun tengo terror de lo que paso la ultima vez. Mi compañero encuentra uno enorme donde es imposible que nos alcancen pare que mide tres metros de altura.
-Esta muy enorme, ¿No crees?, si nos movemos mientras dormimos, caeremos a un vacío sin despertar- me paniqueo. Odio la supervivencia.
-Lucas, traje una tumbona donde vamos a dormir los dos- lo miro sorprendido- mi plan es subir hasta la mitad, donde los arbustos nos cubrirán de cualquier intruso y traje dos soportes para ponernos alrededor de nuestro estomago, este colgara de la rama gruesa- me indica una- haremos dos nudos fuertes para que nos sostengan a ambos. Y eso quiere decir de las dos ramas que sobran. Manos a la acción rubio- asiento no tan entusiasmado ya que esto me trae recuerdos del circulo.
Nomi comienza a subir, mientras yo observo alrededor la oscuridad y un cielo con rajas naranjas. Miro que ya esta en la rama mas gruesa donde va el arnés de rescate, subo también, mientras cada vez se haciendo mas alto, los nervios me comen de punta. Trato de sostenerme de un tronco para llegar al primer extremo donde va ir el nudo.
-Estoy listo lánzame la tumbona- la sostengo antes de que se vaya al vacío. Es gruesa y café, similar al color de los troncos, Nomi siempre piensa en todo. Realizo varios nudos corredizos, jalo para probar que no se desate y me lanzo hacia el otro lado para hacer la misma acción hasta eso Nomi comienza a descender. Cuando termino lanza la su mochila para probar que no se desate.
-Bueno parece que va a funcionar- también lanzo mi mochila y sip.
-Va a funcionar-jala la tira del arnés para colocárselo, observo que lo dejo a la altura de nuestros cuerpos para no correr el riesgo de algún error. Me lo pongo y juntos nos lanzamos despacio a la tumbona. Se mueve un poco y mi corazón late de los nervios de que caigamos al vacío sin despertar.
Nomi se acomoda mientras saco mi cobija térmica
-Bien pensado Lucas. Aun hace frio y nos vamos a congelar. Por un momento pensé en solo abrigarme con mis chompas de abuelo- nos acobijamos. Mientras el saca manzanas. Sonrió agarrando una.
-Como se me antoja comerme una rica hamburguesa- admito mientras mastico y veo el cielo apenas estrellado.
-A mi me gustaría comer una rica lasaña de carne nos reímos- con una rica gaseosa de coca cola.
-Sera que algún día podremos comer algo decente- no desprecio las manzanas pero ha pasado mucho tiempo desde que no como algo que sea rico y se haga agua en mi boca.
-Algún día Lucas- suspira- ¿Crees que puedan aparecer zombis por aquí?- se cruza los brazos por atrás de la cabeza mientras seguimos mirando el cielo ahora oscuro y brillante solo por la luna.
-Pueda que si, aunque dudo que algunos de esos monstruos este dirigiéndose a las montañas a buscar comida.
Niega.
-La comida pueda varias para ellos, hasta un pequeño animal pueden comerse- asiento cansado.
-Estoy preocupado por mi hermana- admito sintiendo esa sensación que no a desaparecido.
-La princesa estará bien-lo miro de reojo confundido por ese apodo que le han puesto.
-De princesa no tiene nada, además de ¿Quien fue la idea de llamarle así?- se carcajea bajo.
-De William, antes le gustaba tu hermana- hago mueca chistosas- y porque tiene el cabello rubio como una princesa largo y siempre trenzado.
-William gustaba de mi hermanita- sonrió con ganas- nunca lo imagine.
-Pero ahora los gustos cambian ya que tu hermana nunca lo miro si no a otro- vuelvo a mirarlo sorprendido.
Ahora que lo pienso mi hermana yo nunca conversamos de nuestros sentimientos, ni gustos, ni de quien nos pueda gustar. Eso me convierte en un mal hermano, y ahora que no esta lado mío peor me siento.
-¿Tu sabes quien es?- asiente- pero no se si sea correcto decírtelo. Ni ella se ha dado cuenta de que tan involucrada esta y peor no correspondida.